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Cine de Autor

UNA GENERACIÓN ARDOROSA Y DOLIENTE

UNA GENERACIÓN ARDOROSA Y DOLIENTE

On the road, de Walter Salles, inspirada en el manifiesto fundacional del mismo nombre, del escritor Jack Kerouac nos pretende acercar al modo de vivir de toda una generación: los beats de finales de los 40, espíritus libres, indómitos, con ganas de experimentar y buscar en el amor y el sexo, en las drogas, en los viajes, etc. la inspiración y la espontaneidad necesaria para su creación.

Aunque en ningún momento se refiere explícitamente a Jack Kerouac, sinó que se trata de un trasunto de este beatnic, aquí con el nombre de Sal Paradise (Sam Riley). La película es una crónica de la amistad de Sal con Dean (en realidad Neal Cassidy), un hedonista joven que vive el hoy y el ahora con intensidad. Los viajes de estos dos chicos, sea en conjunto o por separado, sus relaciones con las mujeres, especialmente la de Dean con MaryLou (Kristen Stewart) y con Camille (Kristen Dunst), así como su amistad con otros colegas de generación, su relación con las drogas (como la marihuana y la bencedrina) conformarán un mosaico de sensaciones y vivencias que les ayudarán a tomar conciencia de la realidad y del mundo que les rodea. 

En este periplo vital de búsqueda de sentido de la existencia, hay dolor, melancolía, desarraigo, frustración, oportunidades vividas y otras perdidas. Así pues, esta cinta relata el sentir de esta juventud ardorosa y doliente, con ganas de comerse el mundo y de buscar una vía de canalización literaria y de inspiración para todo aquello que llevan dentro. 

La película, esencialmente, es un deambular carretera arriba y abajo de estos dos personajes, que toma especialmente interés por las buenas interpretaciones de Sam Riley, Garret Hedlund, de Kristen Stewart  y Kristen Dunst, así como por las apariciones intensas de Viggo Mortensen, Amy Adams y Steve Buscemi. Esta bien realizada e interpretada, aunque echamos de menos un poco de emoción en el relato, pues todo se nos cuenta de manera ordenada, linial y, por qué no decirlo, con una cierta distancia y poca implicación emocional. No obstante, sirve como aproximación a la generación beat, que serviría de modelo para los movimientos hippies de los 60. 

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Una juventud en busca del sentido de la existencia.

UNA HISTORIA DE VIOLENCIA

UNA HISTORIA DE VIOLENCIA

Santiago A.Zannou se reveló como un autor personal y a tener en cuenta con El truco del manco, donde abordaba, de manera un tanto biográfica, acercándonos a la historia de superación personal de El langui, discapacitado, D.J. y rapero español. En esta ocasión, parte de la novela con algunos tintes autobiográficos, de Carlos Bardem, para articular otro drama de superación personal con múltiples capas: el de Julián (Álex González), un joven que pertenece a un grupo neonazi, que decide vehicular toda la violencia y odio y canalizarla en el boxeo. Los entrenamientos por parte de Carlomonte (Carlos Bardem), un ex-boxeador retirado, y un nuevo amor, Alyssa (Judith Diakhate) le harán plantearse la posibilidad de una nueva vida. 

La película tiene un arranque impactante, poniendo en la palestra el discurso ideológico fascista de Solís (interpretado por Javier Bardem). Este personaje le sirve a Zannou para hacer una crítica sobre los movimientos fascistas que están resurgiendo estos últimos años en Europa a causa de la gran oleada de immigrantes. Alimentados por la crisis, la desilusión y la falta de oportunidades de algunos jóvenes de entornos desestructurados encuentran en el grupo neonazi y en las acciones violentas una manera de canalizar todos sus problemas, su dolor y la falta de oportunidades que su mundo les arrebata.

Así mismo, al director no le tiembla el pulso a la hora de retratar algunos asaltos violentos a personas de otras etnias (negros,árabes, etc) para introducirnos en el mundo de dos personajes radicalmente distintos: el de Luís (un acertado Miguel Ángel Silvestre), un neonazi convencido, que nos recuerda al protagonista de La naranja mecánica, pues justifica y ejerce la violencia por la violencia y el de su amigo Julián (Ález González da la talla en un papel muy exigente a nivel físico), quien, como el protagonista de American History X, acaba por ver un sinsetido en todo ello. A su vez, comienza a abrir su mente al boxeo como disciplina. 

El drama social del individuo se alterna con el drama pugilístico del protagonista y su drama intimista. La película no es redonda ni perfecta,pues no de despega del todo de los clichés de este tipo de cintas, aunque sí resulta efectiva para denunciar unas circunstancias sociales alarmantes y relatar el proceso de superación y redención del individuo a través del deporte y del amor de una joven mulata. 

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Una de las fuerzas redentoras del protagonista será encontrar un amor.

NUEVO POEMA VISUAL DE MALICK

NUEVO POEMA VISUAL DE MALICK

Vuelve Terrence Malick, uno de los autores más personalísimos del panorama actual. Un director misterioso y sugerente, que nunca deja al público a media tintas: no hay término medios con su cine. Lo amas o lo odias. Le descubrí hace ya unos años en La delgada línea roja, aquella película era mucho más que el relato de la batalla de Guadalcanal, era un torrente de sensaciones resultantes del encuentro entre los hombres (en aquel caso, los soldados) y la naturaleza. Cada fotograma estaba impregnado de poesía visual y de lirismo.

En El nuevo mundo volvía a explicarnos, casi sin palabras, más que las imprescindibles, la historia de amor entre el capitán John Smith y Pocahontas. Quizás su obra más ambiciosa hasta la fecha (y también muy pretenciosa para muchos espectadores) sea El árbol de la vida, en ella Malick nos sumergía en la fascinación que produce el origen del Universo e iba de lo general a lo particular, al explicar la historia de una familia, con un padre muy autoritario, en la América profunda de los 50. 

En To The Wonder, su película de estreno, Malick reincide en sus temas y en su aspecto formal, al presentarnos la historia de amor de dos seres, Neil (Ben Affleck) y Marina (una fascinante Olga Kurylenko, más bella y etérea que nunca), apenas sin palabras y con mucha voz en off, desde que se conocen y se enamoran en la Ciudad del Amor y de la Luz, en , hasta que se trasladan a vivir a Estados Unidos, donde él trabaja. A través de las imágenes, vamos descubriendo, de manera no lineal en muchos casos, y como si de un mosaico impresionista se tratara, las luces y sombras, los anhelos, tristezas y alegrías que nos puede proporcionar el amor: Una fuerza que emerge como un torrente liberador maravilloso, pero que también puede condenar al más grande de los sufrimientos y de la destrucción.

La historia se completa con dos personajes más, el de Rachel McAdams, un amor de juventud de Neil, que reaparece en su vida y el del Padre Quintana (Javier Bardem). Algunos se preguntarán qué significa que aparezca Bardem haciendo de cura. La película nos pone ante los ojos la crisis espiritual de los valores de Occidente y nada mejor que este religioso para dar rienda suelta a todas las contradicciones y la pérdida de lo esencial que está viviendo el mundo contemporáneo. 

Así pues, los que aprecien los poemas visuales sugerentes de Malick, están de enhorabuena, aunque quizás To the wonder esté, a nivel de contenido, un paso por detrás de algunas de sus obras, el director sigue coherente con su discurso formal y narrativo, proporcionándonos algunas de las imágenes más bellas y románticas que ha dado el cine en la actualidad.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: To the wonder: Una historia de amor salpicada de imágenes fascinantes. 

TODO EL SENTIR DE UN PAÍS EN VÍAS DE RECOMPOSICIÓN

TODO EL SENTIR DE UN PAÍS EN VÍAS DE RECOMPOSICIÓN

Barbara, de Christian Petzold, -quién obtuvo el Oso de Plata al mejor director en la Berlinale de 2011- nos explica la historia de una doctora quien, mientras espera en la Alemania Oriental para pasar al otro lado y huir, desde allí, a Dinamarca con su novio, comienza a trabajar en un pequeño hospital de un tranquilo pueblo costero. Será allí, donde Barbara comenzará a replantearrse su futuro, a partir del contacto con un cirujano, con el que entablará una estrecha relación más allá de lo laboral y con una paciente, quienes le harán ver y reflexionar su primera decisión.

Nina Hoss, actriz alemana conocida por La mujer del anarquista, Las partículas elementales o La Masai Blanca, vuelve al terreno que se le da mejor: el melodrama introspectivo. Su trabajo interpretativo es clave para entender a esta mujer, atrapada entre dos mundos (representados por las dos Alemanias) en el año 1980, que busca encontrarse a sí misma, así como definir su identidad.

Barbara transita por numerosos estados de ánimo: desde el miedo a lo desconocido, hasta la esperanza, el sentimiento amoroso, el valor de hacer lo correcto, la amistad, la solidaridad, etc. En su mirada y en sus silencios -a veces más que en lo que se dice- podemos llegar a comprender y extrapolar la situación de muchas otras personas atrapadas en una situación de incertidumbre similar, movidos por los acontencimientos socio-políticos y las circunstancias externas que les tocó vivir. 

Así pues, la cinta, minimalista y despojada de todo artificio y de grandilocuencia, pero llena de riqueza en su contenido, nos presenta esta mujer como símbolo y metafora de todo el sentir de una Alemania dividida y, la cuál, por consiguiente, debía ser recompuesta como las piezas de un puzzle. 

JR PALOMAR.-

SIN ESPERANZAS

SIN ESPERANZAS

Se han hecho varias versiones de Grandes Esperanzas, la obra literaria de Charles Dickens, a lo largo de la historia, pero no vamos en repasarlas ni a explicaros una trama ya conocida, pues ya lo hará nuestro especial, sinó a analizar qué aporta de nuevo (o no) esta nueva adaptación de Mike Newell.

El conflicto amoroso entre los personajes Pip, el niño pobre, con ansias de convertirse en un caballero respetable y el de Estella, la dama objeto de sus anhelos, en este caso, está bastante desaprovechado y no revierte demasiado interés. Jeremy Irvine y Hollyday Grainger -en un rol muy esquemático y estereotipado- no aportan la tensión dramática y romántica necesarias y nos dejan bastante fríos, pues a su relación le falta emoción, tanto implícita como explícita. Realmente, sus destinos, tal y como se nos relata a lo largo de la trama, apenas van a suscitar ningún sentimiento en el público.

A Mike Newell le vuelve a pasar como con la adaptación de la novela de Gabriel García Márquez, Amar en tiempos del cólera. Allí, al igual que en ésta, partía de un más que notable material literario, pero, en ambos casos no ha sido capaz de hacer una adaptación vibrante, dinámica y que enganche a las nuevas generaciones, sinó que, en su lugar, ha planteado una cinta larga, lenta y, en muchos momentos, demasiado aburrida y sin gran interés para el espectador. 

La ambientación de época y la fotografía son correctas, sin llegar a ser excepcionales y la banda sonora, tampoco es apasionante, tal y como correspondería a una producción de la BBC. Entonces, ¿qué es lo mejor de esta película? Sin duda, son dos de sus personajes secundarios. Por una parte, Helena Bonham Carter, la excéntrica Miss Havinsham, que ejerce de madre de la protagonista, una especie de "novia cadáver", que vive ahogada con las penas amorosas de un pasado que fue cruel para ella, y que intentará por todos los medios de evitar el sufrimiento amoroso a Estella. Por otra, Ralph Fiennes, Magwitch, un extraño benefactor, un hombre que a amasado fortuna en el Nuevo Mundo, mientras que se siente vacío por dentro haber perdido aquello que más quería y quiere suplir sus carencias afectivas "apadrinando desde la sombra" a Pip, el joven protagonista.

Así pues, el espectador amante de las adaptaciones literarias dramático-románticas que se acerque con "grandes esperanzas" a ver esta nueva versión puede salir bastante decepcionado, pues no hay nada en ella que sea suficientemente inspirado y atractivo para perdurar. A mí, como mínimo, me ha parecido una adaptación mecánica, fría y sin alma. Una verdadera lástima.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: El pequeño Pip y Miss Havinsham, aprendiendo sobre la vida.

AQUELLA IDÍLICA ETAPA UNIVERSITARIA

AQUELLA IDÍLICA ETAPA UNIVERSITARIA

Amor y letras es la nueva película de Josh Radnor tras la agridulce Happythankyoumoreplease. En esta ocasión, el chico de Cómo conocí a vuestra madre ha crecido y propone una interesante reflexión sobre la madurez a partir de la nostalgia de la vida universitaria de un hombre de treintaitantos con el síndrome de Peter Pan.

Jesse (Radnor) está desencantado con la vida que lleva, un buen día es invitado a su antigua universidad a la cena de despedida de su profesor preferido, Peter Hoberg (Richard Jenkins). Al volver conoce a una joven estudiante muy vitalista, Zibby (Elisabeth Olsen), con la que entablará una bonita amistad.

Si la semana pasada Damsels in distress suponía una visión anclada en el pasado y demodé de la vida universitaria americana, Radnor tiene un prisma también nostálgico, como dando a entender que cualquier tiempo pasado fue mejor y, por consiguiente, que la Universidad, la vida estudiantil, fue la mejor época de su vida. Con una mirada a medio camino entre Beautiful Girls, de Johnatan Demme, y Young Adult, de Jason Reitman, Radnor nos propone una vuelta al campus, a la juventud a partir del desencanto de la vida adulta y de las reticencias a afrontar la madurez y la vida adulta con todos los sacrificios y problemas que ella conlleva.

Especialmente brillantes están las dos féminas del relato: Elisabeth Olsen y Allison Jenney, mucho más lúcidas y más chispeantes en su manera de entender la vida que sus desorientados partenaires masculinos, que pierden el norte con un sentido de la existencia muy anclado en el pasado y en los sinsabores del presente.

Así pues, el film, con una apariencia de comedia ligera nos está haciendo pensar sobre algo más profundo como es la profunda insatisfacción del ser humano, abocado al pasado, incapaz de afrontar el presente y mucho menos, el futuro.

JR PALOMAR.-

Pie de foto: Josh Radnor y Elisabeth Olsen, dos maneras de afrontar la etapa universitaria y la vida en general.

 

LO QUE SE ESCONDE DETRÁS DE UNA VENTA

LO QUE SE ESCONDE DETRÁS DE UNA VENTA

Hay una determinada corriente en el cine español contemporáneo denominado "cine social", que busca acercarse a los problemas cotidianos de las personas normales. Su máximo exponente es Fernando León de Aranoa, con Familia, Barrio y aún más con Los lunes al sol. Más recientemente, Max Lemcke, acertaba al retratar en Cinco metros cuadrados los problemas de las salvaje especulación immobiliaria, a través de una pareja (Fernando Tejero y Malena Alterio), quienes compraban la casa de sus sueños y que se acabaría conviertiendo en su peor pesadilla. Ésta película, al igual que la que nos ocupa, estaban en el punto de mira del Festival de Málaga.

Xavi Puebla, en A puerta fría, conseguía en Málaga el premio al mejor actor para Antonio Déchent, quien interpreta a un gris y desencantado vendedor quien tendrá que salir a flote durante la celebración de un congreso de dos días en Sevilla. Así pues, tendrá que convencer a su jefe (interpretado por José Luís Pérez) y a un inversor norteamericano (un Nick Nolte muy ajustado a su papel de "loser"), ayudado por una joven azafata (María Valverde) de lo que es capaz para cerrar una venta. 

En este caso, el director acierta al acercarse a unos personajes muy humanos que viven estresados y hasta el cuello por una situación laboral cruda, que los oprime y que no les deja desarrollar sus auténticas capacidades. Su guión milimétrado y bien elaborado y unos actores en estado de gracia y muy ajustados a sus roles componen una película notable que bien hubiese merecido una distribución cinematográfica más justa.

Hay que aprovechar para verla en cine cuánto antes, pues se estrena en muy pocas salas y sesiones. Sería una pena perderse una de las películas más reflexivas, realistas y contundentes que ha dado el cine español en los últimos tiempos. 

JR PALOMAR.-

Pie de foto: Antonio Déchent y María Valverde componen unos personajes creíbles en un ambiente laboral hostil.

EL PARTICULAR VIAJE ESPIRITUAL DE HARMONY KORINE

EL PARTICULAR VIAJE ESPIRITUAL DE HARMONY KORINE

Acaba de estrenarse Spring Breakers (2012) del cineasta estadounidense Harmony Korine. Para muchos el nombre de Korine no significa nada, porque a día de hoy sigue siendo un completo desconocido para la mayoría del público en este país, pero es un cineasta de culto que ha conseguido crear polémica y desconcierto con cada una de sus producciones desde que saltó a la fama en 1995 después de que escribiera el guión de la controvertida Kids, de Larry Clark. Para bien o para mal, ha logrado conmocionar al público con cada una de sus películas. Su nombre está ligado inevitablemente con el arte de la provocación y, por lo tanto, no es de extrañar que su cine genere división de opiniones. Para unos es un genio, pero para otra mucha gente no es más que un embaucador. Antes de empezar con la crítica de Spring Breakers vamos a repasar la obra de este polémico autor.

Korine dirigió su opera prima (Gummo, 1997) cuando tenía 24 años. Era tal la expectación que había creado con Kids que la película se estrenó en el festival de Venecia y obtuvo el premio de la crítica. Gummo era una cinta provocativa, que no dejaba indiferente a nadie. No se trataba de una historia con una estructura sólida y clausurada, sino todo lo contrario, la realidad que se mostraba era totalmente fragmentada. Era caótica, desordenada… como la vida misma y quedaban muchas preguntas sin respuesta. Dibujaba retazos de realidad, y cada espectador tenía que construir su propia película a partir de esos esbozos.

Como David Lynch, Korine piensa que el cine no tiene porqué ser narrativo, sino que tiene que crear sensaciones. En cuanto a la trama, los protagonistas de aquella película, que eran Solomon y Tummler (dos chicos jovencísimos) pasaban las horas matando y torturando gatos, esnifando pegamento, acostándose con una chica que tenía síndrome de down, asaltando a casas ajenas y haciendo toda clase de virguerías.

Gummo era una especie de revisión del clásico de Tod Browning Freaks, porque aparecían personajes extraños y esperpénticos. También traía a la memoria el cine de otro enfant terrible del cine independiente americano que no es otro que Todd Solondz; no podían faltar pederastas y perversiones. Korine hace todo lo que está en su mano para incomodar al público. Y su cine también se asemeja al estilo de Wes Anderson, por lo surrealista y absurdo que puede llegar a ser.

Mister Lonely (2007) es la película que más aceptación ha conseguido entre el público y la crítica hasta la fecha. Para muchos se trata de su mejor película, pero para otros su cine sigue siendo una tomadura de pelo. Está claro que cuando observas a unas monjas saltando del avión y hacer acrobacias en el aire para aterrizar a continuación sin ningún tipo de rasguño puede generar desconcierto. Cuenta con dos historias, y muchos se preguntarán si la historia de las monjas tiene algún sentido o si aporta algo a la trama. Los amantes del clasicismo pensarán que se debería haber eliminado esa historia en la sala del montaje.

Pero el cine de Korine no es convencional, es posmoderno. “La profundidad está en la superficie”, es lo que nos intenta decir con su manera de hacer cine. La historia principal nos habla de un imitador de Michael Jackson (interpretado por Diego Luna) que es incapaz de encontrar su lugar en el mundo. Se siente un bicho raro. Pero un día se encontrará con una imitadora de Marilyn Monroe en París y decidirá acompañarla a un lugar mágico donde los imitadores han creado una especie de comuna. Parece que es un sueño hecho realidad, pero Michael se dará cuenta que no puede seguir huyendo de lo que es. A primera vista puede parecer que no es serio, pero Korine nos quiere hablar de la cuestión de la identidad y la soledad. A su manera, claro está.

Trash Humpers (2009) es una película que no debería existir. O al menos, no debería haber salido a la luz. Es una de las peores películas que he podido ver a lo largo de mi vida. Es una verdadera bazofia. No es una película en sí, puesto que, ni siquiera tiene una trama. Se trata de unos gilipollas que se graban haciendo el tonto, nada más y nada menos. Si algunos ya detestaban su cine, Trash Humpers se lleva la palma. No recomiendo a nadie verla.

DOS ESTRELLAS DE DISNEY

Spring Breakers es una cinta que puede generar desconcierto e incredulidad. No se trata de una película típica de adolescentes, aunque pueda parecer lo contrario. Por varias razones; la primera es que las protagonistas son cuatro chicas universitarias. Y entre ellas el autor ha escogido dos estrellas de la factoría Disney: Selena Gomez y Vanessa Hudgens. Es paradójico que haya elegido dos celebridades adolescentes cuando no se recomienda ver la película a espectadores menores de 18 años. Lo que está claro es que los fanáticos de Gomez y Hudgens no se quedarán sin ver la película. Korine sabe que su público es el más fiel, ya que, no hay mejor fan que el adolescente que colecciona obsesivamente todo lo que saca al mercado su estrella favorita. Por otro lado, nada hace sospechar que el viaje a Florida que van a realizar los protagonistas durante las vacaciones de semana santa pueda convertirse en un viaje espiritual.

Al parecer es necesario emborracharse y drogarse para encontrarse a sí mismo. Korine sigue siendo el azote de los puritanos y, por ello, ha elegido dos estrellas de Disney para dar a conocer su evangelio. Se trata de un viaje espiritual donde se encontrarán con un excéntrico mafioso interpretado por un irreconocible James Franco. Al parecer, el viaje es sólo un pretexto para hablar de otras cosas más serias. ¿Qué cosas?, preguntará el incrédulo. El espectador no podrá salir de su asombro. Korine lo ha vuelto a hacer. Es una película desconcertante y sorprendente que dejará boquiabiertos a más de uno. Si nos quedamos en la superficie no podremos ver lo extraordinario. La verdad es que no es fácil de descifrar, no sabes si te está hablando en serio o te está tomando el pelo. Cada uno tendrá que sacar sus propias conclusiones. Una cosa es segura: lo que tenía que ser una película típica de sexo y borrachera en la playa se convierte en algo distinto de lo que uno pudiera haber imaginado al principio. No hay demasiadas escenas de sexo, salvo al final, así que, tampoco ha querido forzar demasiado a las actrices.

En cuanto a la forma no es nada convencional. Normalmente, cuando se acaba la escena se pasa a la siguiente, pero en Spring Breakers las imágenes que se podrán ver a continuación no paran de asaltar la pantalla cuando estamos viendo una escena determinada. Se yuxtaponen. Se abalanzan unas a otras como si tuvieran vida propia, se podría decir que las imágenes luchan entre sí para poder salir a la superficie. Las imágenes aparecen y desaparecen como si fueran pensamientos que no podemos controlar. Por lo tanto, las escenas vienen y van una y otra vez, parece que no se clausuran nunca. Parece que todo esté abierto y eso puede generar confusión. La historia es cíclica, las imágenes vuelven una y otra vez (igual que en un videoclip). También la voz en off juega un papel determinante. La voz en off y las imágenes también luchan entre sí, se entrecruzan, se mezclan, cada uno va por su lado. Muestra las relaciones de poder que pueden existir entre las imágenes y las palabras. Deconstruye la narrativa convencional para hacer visible su artificialidad, es decir, problematiza el lenguaje cinematográfico a través de los juegos formales.

Algunos pensarán que se trata de un videoclip interminable que no aporta nada. Otros querrán ver más allá de la superficie y afirmarán de que es una original y desconcertante historia sobre unas chicas que buscan su lugar en el mundo. En mi opinión, es una interesante y magnífica película que está magistralmente dirigida. Una joya atípica.

BEÑAT EIZAGIRRE INDO.-

Pie de foto: Alien y sus "niñas" en las vacaciones más salvajes de su vida.

DESLUMBRANTE ANNA KARENINA

DESLUMBRANTE ANNA KARENINA

Anna Karenina, de Leon Tolstoi, es quizás una de las obras literarias más adaptadas al cine. Greta Garbo, Vivien Leigh y Sophie Marceau fueron tres de las predecedoras de Keira Knightley quien, en su tercera colaboración con Joe Wright-tras Expiación y Orgullo y prejuicio- se pone en la piel de una de las heroínas literarias trágico-románticas por excelencia. 

La historia del triángulo amoroso entre Anna Karenina, su marido, el ministro Karenin (Jude Law) y el Conde Vronksy (Aaron Taylor-Johnson) sigue los patrones literarias, gracias a un guión del prestigioso dramaturgo Tom Stoppard, quien consigue en poca más de dos horas resumir 1000 páginas de la novela, lo cuál no es tarea fácil, y sale victorioso en el intento, pues la esencia -a pesar de que algunas subtramas románticas y personajes, como el del hermano de Anna, Oblonsky y su cuñada, Dolly, quedan bastante recortadas-.

¿Cuál es la peculiaridad de esta nueva versión? sin duda, más allá de su contenido, es la forma en que está narrada. Joe Wright acierta en encerrar a sus personajes entre las cuatro paredes de un teatro, desde la escena teatral, la platea, los palcos e incluso las tramoyas. El significado está muy claro: los personajes están en el gran teatro de la vida y en él, viven sus miserias, sufren por amor, luchan, se desesperan, se sienten en soledad, en abandono, etc. 

Aunque la mayor parte ocurre en un teatro, la película no es para nada teatro filmado, sinó todo lo contrario: sus planos secuencias, su juego de cámara, su atrevida fotografía de luces y sombras, sus juego de espejos y de puertas que se cierran y se abren, le confiere un dinamismo absoluto. Hay secuencias de gran belleza visual, que son un prodigio de virtuosismo narrativo, como es el caso de la deslumbrante escena del baile en Moscú o la primera noche de pasión entre los amantes furtivos (ambas muy coreografiadas y perfectamente montadas), que coordinan perfectamente al son de los compases de la hermosa banda sonora de Dario Marianelli. Mención aparte, su lujoso diseño de producción y su vasto vestuario -que obtuvo el Oscar, merecidamente-. 

En cuanto a los actores se refiere, el gran acierto es una Keira Knightley que demuestra, una vez más, que es una de las actrices jóvenes con más empaque en papeles de época. El espectador sufre y se enamora perdidamente como su personaje. Un paso atrás están, Jude Law, quien realiza un Karenin más matizado, menos melévolo y más piadoso que en otras versiones, pero que lamentablemente carece del peso necesario en la trama; y de Aaron Taylor-Johnson, quien se beneficia de un atractivo imponente para el papel del galán seductor. 

Así pues, guste o no la adaptación de Joe Wright, es evidente su deslumbrante virtuosismo en la puesta en escena y, sólo por ello, merece ser vista y gozada en pantalla grande, pues esta Anna Karenina es una auténtica delicia para el deleite de todos los sentidos. Fascinante.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: La escena del baile, uno de los momentos cumbres de la película.

MÁS HISTORIAS MÍNIMAS

MÁS HISTORIAS MÍNIMAS

Carlos Sorín vuelve a las constantes de su cine: pequeñas historias cotidianas sobre las relaciones familares y personales, encuentros casuales y otros provocados; paisajes de la Patagonia infinitos, etc. Un cine sin estridencias, de tempos pausados y relajados, que encierra un universo cotidiano y particular y, por consiguiente, también universal.

Días de pesca bien podría formar parte de aquella maravillosa película que fue Historias Mínimas, pues todas las piezas del puzzle de la vida vuelven a encajar aunque, de manera inevitables, este relato suene a ya visto, ya oído y narrado anteriormente.

Así pues, no hay grandes sorpresas en el trascurrir vital de Marco Tucci (un creíble y entrañable Alejandro Awada). Su visita vacacional a la Patagonia con el pretexto de desarrollar el hobby de la pesca del tiburón, encierra un propósito más alto y más noble: reanudar la relación con su hija Ana (Victoria Almeida), a la que hacia tiempo que no veía, así como conocer al resto de su familia. En el camino, se encontrará y relacionará, de manera casual, con personas desconocidas (el manager de boxeo, los jóvenes excursionistas) que irán enriqueciendo su periplo; así como, vivirá algunos acontecimientos inesperados. 

Las historias de Sorín son tan particulares y familiares que, incluso se rodea de sus parientes en las películas, en ella aparece su nieto Santiago y también su hijo Nicolás, que es el autor de todas las bandas sonoras de sus cintas. Aquí, de nuevo, una bella banda sonora que acompaña al protagonista y al espectador a través de una trama, sin grandes conflictos, sinó todo lo contrario.

El suyo no es un cine de tramas ni subtramas, el suyo es un cine que retrata el devenir cotidiano y donde son más importantes las pequeñas conversaciones, los ínfimos gestos, los silencios, que las grandilocuencia visual y argumental. Así pues, sólo el espectador paciente que disfrutó con los relatos de Historias mínimas o Bombón el perro, podrá apreciar esta película no apta para espectadores de la nerviosa y fragmentada post-modernidad.

SONIA BARROSO.- 

Pie de foto: La historia de Marco podría formar parte de sus Historias Mínimas.

A MEDIO CAMINO DE TODO Y EN TIERRA DE NADIE

A MEDIO CAMINO DE TODO Y EN TIERRA DE NADIE

Lee Daniels, realizador de la polémica y desigual Precious, vuelve a la dirección con una historia destinada a levantar ampollas entre la audiencia, The Paperboy (el chico del periódico), una mezcla de thriller, cine negro y realismo sucio ambientada en Nueva Orleans, un proyecto que estuvo en el punto de mira de Pedro Almodóvar.

El argumento, en breves pinceladas, es el siguiente: Ward Jansen (Matthew Mc Conaughey), es un periodista encargado de realizar un reportaje sobre un preso acusado del asesinato del sheriff de una pequeña localidad de Nueva Orleans. En el pueblo se encontrará con su hermano pequeño, Jack, encargado de repartir los periódicos y con Charlotte, (Nicole Kidman) una mujer tan femme fatale como pueblerina, que está enamorada del preso (John Cusack)

La trama, basada en una novela de Peter Dexter, sigue a estos cuatro personajes en una historia donde se mezcla la traición con la pasión ciega; la investigación periodística con el cine judicial; el cine negro con el drama turbulento y el realismo sucio. Si la historia se sigue con interés es por la white trash tan sexual que interpreta Nicole Kidman -que está mejor que nunca, acercándose al tipo de rol de Todo por un sueño. No en vano fue nominada a los Globos de Oro como actriz secundaria- y por un John Cusack tremendo en su composición de presunto y "paleto" "falso culpable". McConaughey -quien parece haber enderezado su trayectoria tras El inocente; Magic Mike y Killer Joe- y Zac Efron hacen lo que pueden para intentar reflotar sus personajes, a la par que sus carreras. 

No obstante, la película no tendrá término medio, pues será amada por aquellos que le gusten los thrillers turbulentos y un poco pasados de rosca (sólo hay que ver la escandalosa escena en la cárcel) y odiada por aquellos quienes esperaban más que un telefilm sensacionalista, escandaloso y burdo. En este caso, me encuentro en el segundo grupo, pues la cinta me parece a medio camino de todo y muy en tierra de nadie. No dejo de preguntarme si la película hubiese mejorado en otras manos, como por ejemplo, en las de Almodóvar.

JR PALOMAR.-

Pie de foto: Cuatro personajes atrapados en una historia tan sensacionalista como turbulenta.

EL SACRIFICIO DE LAS RAMERAS

EL SACRIFICIO DE LAS RAMERAS

Zhang Yimou vuelve a nuestras carteleras con esta magnífica película protagonizada por el actor Christian Bale. En septiembre del año pasado se estrenó en nuestro país Amor bajo el espino blanco (2010), una sencilla y bonita historia de amor que encandiló a los seguidores del cineasta chino más reconocido en Occidente. Y 6 meses después de aquello, European Dreams Factory nos trae la última producción titulada Las flores de la guerra (2011), que aunque llegue con retraso se trata de una excelente noticia para los amantes del cine asiático. Y los que son reacios a ver películas asiáticas tienen en Christian Bale un buen motivo para acercarse a ella.

Estoy seguro de que no se arrepentirán, ya que, estamos ante una gran obra. La distribuidora no podría haber elegido mejor fecha para estrenarla, ya que, el 8 de marzo es un día señalado para poder denunciar a los cuatro vientos los abusos y los maltratos que sufren las mujeres en todo el mundo. La crisis económica ha empeorado la situación que viven muchas mujeres y por consiguiente hoy es más necesario que nunca reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres.

Esta cinta tiene como objetivo denunciar las violaciones cometidas por los soldados japoneses en Nankin durante la guerra chino-japonesa. Por ello no tiene nada que ver con la agradable cinta de Amor bajo el espino blanco. En esta ocasión Yimou nos quiere hablar de los horrores de la guerra.

No obstante, el autor no sólo quiere mostrarnos la violencia que padecieron las mujeres en la guerra, ya que, nos muestra unas mujeres fuertes y decididas que no aceptarán ser simples víctimas. Las flores de la guerra cuenta la historia de unas mujeres que supieron hacer frente a la barbarie y la sin razón. Por fin parece que la heroicidad no sólo es cosa de hombres, por ello, es de agradecer que el director más prestigioso de la llamada quinta generación se decidiera contar esta bella y, a la vez, trágica historia que logra emocionar e impactar al espectador.

Hoy en día los cineastas de todo el mundo siguen denunciado las atrocidades que se cometieron en la guerra, porque las heridas del pasado no se cierran hasta que no sale a luz la verdad. Hasta que no se haga justicia los muertos no podrán descansar en paz, por lo tanto, es necesario que los jóvenes reivindiquen la memoria de los que perdieron. Ciudad de vida y muerte (Lu Chuan, 2009) ganadora de la Concha de Oro en el festival de San Sebastián fue otra gran película que denunció la masacre que perpetuaron los soldados japoneses en Nankin el año 1937.

Yimou nos trae esta dura historia para que podamos saber de primera mano lo que hicieron los japoneses con los civiles que encontraban a su paso, pero es una película que también nos habla de la heroicidad de unas mujeres que, a los ojos de la sociedad, eran malas. Por lo tanto, es una película que pretende transmitir esperanza. En los momentos más difíciles se demuestra lo que uno es realmente, por esa misma razón, la película nos puede recordar La diligencia (1939), de John Ford. Está claro que la condición o la clase no es lo que verdaderamente importa a la hora de juzgar a las personas, ya que, los actos de cada uno demuestran lo que uno vale.

Las imágenes de la guerra son realmente espectaculares. La estética de Yimou es como siempre exquisita y está muy bien cuidada. La película está basada en la novela del mismo título de la famosa escritora Geling Yan. La autora de Las flores de la guerra también ha trabajado para el cine escribiendo guiones como Forever Enthralled (2008) de Chen Kaige. Las mujeres del barrio rojo se refugiarán en la catedral de Winchester y allí tendrán que convivir con las estudiantes y con un occidental. Disparando a perros (Michael Caton-Jones, 2005) es una sencilla e interesante película que trata sobre el genocidio en Ruanda.

En aquella ocasión los protagonistas eran blancos, y los negros eran los últimos monos, no pintaban absolutamente nada en la trama. No obstante, En Las flores de la guerra, Christian Bale tiene que compartir el protagonismo con la prostituta Mo (Ni Ni) y con la estudiante Shu (Zhang Xinyi). No es una cinta para que el actor de Hollywood se luzca en todo momento. Está claro que su papel es importante, pero los verdaderos héroes de esta magnífica y emotiva película son las mujeres. Y eso le da aún más valor.

Lo que quiero decir es que los chinos que aparecen en la pantalla no están supeditados al hombre blanco, todos tienen algo que decir; los personajes chinos no son simples caricaturas. Se trata de una obra que no dejará indiferente a nadie. Hay escenas que son realmente escalofriantes. Dura y emotiva a partes iguales. Y el mensaje de la misma es interesante, puesto que, las mujeres no tienen por qué ser siempre víctimas, y aunque lo sean en un determinado momento, eso no significa que sean incapaces de responder y hacer frente a sus verdugos. Por todo esto, se puede afirmar que Las flores de la guerra es una indispensable obra. Honesta y valiente. Las víctimas pueden perfectamente convertirse en heroínas.

BEÑAT EIZAGIRRE INDO.-

Pie de foto: Christian Bale es el reclamo hollywoodiense de esta estupenda película sobre las atrocidades japonesas en Nankin.

EL AMOR DUELE MUCHO

EL AMOR DUELE MUCHO

Por fin llega a nuestras carteleras, tras tres años de retraso, Blue Valentine, de Derek Cianfrance, película que supuso para Michelle Williams una nominación al Oscar. Ya casi a punto de estrenarse la nueva película del mismo director, con el mismo protagonista, Ryan Gosling, The Place beyond the pines, la primera colaboración entre ambos fue este desgarrador drama romántico sobre el amor y sus consecuencias.

La película nos presenta a Cindy, a Dean y a su hija, en la que parece una familia normal, con sus problemas cotidianos, pero que son felices. Nada más lejos de la realidad, Dean propone a Cindy pasar la noche en un hotel temático y allí (y también a través de flashbacks explicativos de cómo se conocieron y enamoraron) iremos descubriendo que no se trata de una historia de amor idílica, ni mucho menos. Los infiernos de la relación salen a la luz y ambos protagonistas tendrán que afrontar el desgaste del presente aprendiendo de sus errores y sus limitaciones.

No obstante, esta historia de amor en construcción y deconstrucción, obliga a tomar partido al espectador, inevitablemente, por uno de ambos protagonistas. Pues mientras uno es romántico y pone todos los medios para que la cosa vuelva a funcionar; el otro se cierra en sí mismo, olvidando todo lo bueno que pasaron juntos, lo que lucharon, las disficultades vitales que soportaron y afrotaron, comportándose como un auténtico desagradecido.

En este sentido, la película castiga y condena a los protagonistas a pagar y a expiar sus pecados. Parece que en su relación hayan olvidado mirar el lado bueno y positivo de todo lo que han costruido juntos. Por ello, la película radiografía sin piedad los sentimientos de enamoramiento, pasión, desamor, abandono y soledad. Michelle Williams y Ryan Gosling hacen un trabajo magnífico y están muy creíbles y naturales en sus roles, buscando la cercanía del espectador y el máximo realismo a la hora de explicar una historia mil y una veces vista en pantalla.

Si vais buscando una película romántica, ésta no es una buena opción. En cambio, está especialmente recomendada para aquellos que piensen que el amor no es para siempre y que enamorarse duele, y mucho.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Dean y Cindy vivirán una dura historia de amor y desamor.

HASTA LOS PSICÓPATAS TIENEN UN CORAZONCITO

HASTA LOS PSICÓPATAS TIENEN UN CORAZONCITO

Seven Psychopaths es la segunda película de su director, Martin McDonagh, quien hace cuatro años nos sorprendió gratamente con su ópera prima, una historia muy negra de dos matones deprimidos por un terrible suceso relacionado con su "trabajo" (Colin Farrell y Brendan Gleeson) y un jefe desquiciado(Ralph Fiennes), que les destierra a una hermosa ciudad belga para deshacerse de ellos, Escondidos en Brujas. 

En esta ocasión y repitiendo protagonista, Colin Farrell, el realizador inglés nos cuenta la historia de Marty, un escritor irlandés alcohólico, que necesita algo de inspiración para escribir el guión de una película, Seven Psychpaths, junto a su mejor amigo, Billy (Sam Rockwell), un temerario actor quien comete el error de robar el perro a un peligroso gánsgter (Woody Harrelson) y Hans, un polaco cristiano de mediana edad, que tiene negocios con Billy, muy enamorado de su mujer (Christopher Walken).

La trama, salpicada de elementos de thriller, road movie y comedia negra, combina lo que ocurre en la ficción del guión que está escribiendo Marty, así como las distintas versiones de la historia que dan sus amigos, en unos giros de guión muy rocambolescos e inesperados, salpicados de mucho humor negro (con incluso algunos detalles gore, sobre todo en la subtrama del psychokiller, Zacariah y Maggie, o en la del cura vietnamita). El guión es dinámico y delirante, lleno de sorpresas inesperadas, ayudado por unos solventes actores en estado de gracia, especialmente destaca la genialidad un Sam Rockwell muy loco y creíblemente pasado de vueltas y el savoir faire de Christopher Wallken.  

Todo ello para reflejar que, hasta los psicópatas tienen su corazoncito, son humanos, quieren ayudar a sus mejores amigos y adoran a sus mascotas y a sus mujeres. Una muy buena comedia negra con unos personajes perfectamente elaborados y definidos, como ya pasó en su estupenda ópera prima. Estad muy atentos al final, aunque empiecen a salir los títulos de crédito, no os mováis de la butaca, pues uno de los más inspirados "refinales" de los últimos tiempos nos aguardan.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Marty, Hans y Billy buscando inspiración en el desierto para el tiroteo final.

PODEROSO POEMA VISUAL CON CONTENIDO MÁS O MENOS DISCUTIBLE

PODEROSO POEMA VISUAL CON CONTENIDO MÁS O MENOS DISCUTIBLE

Es difícil descifrar qué es El atlas de las nubes, la nueva y ambiciosa propuesta de los hermanos Lana y Andy Wachowski junto a Tom Twyker. ¿Un delirio visual New-Age? ¿Una críptica y fascinante obra maestra sobre el sentido de la vida y del destino? La película está abierta a múltiples interpretaciones y lecturas, tantas, como espectadores que se acerquen a ella viendo una revelación profética, un simple entretenimiento o una tomadura de pelo de proporciones gigantescas.

La trama se vehicula a partir de seis historias con el nexo común de algunos actores que aparecen en todas ellas haciendo distintos personajes, como Tom Hanks, Halle Berry, Jim Sturgess, Jim Broadbent, Ben Wishaw (actor fetiche de Tom Twyker en El perfume) o Hugo Weaving (el inolvidable agente Smith de la trilogía Matrix). Bien ambientadas en el pasado (la historia de aventuras, amistad y superación entre un juez y un esclavo negro en alta mar; un thriller setentero con la crisis del petróleo como telón de fondo), otras a caballo entre presente y pasado ,como la del compositor de la partitura El Atlas de las nubes, o la del joven enamorado que de mayor acaba en un geriátrico por culpa de su hermano  e incluso en el futuro más próximo, la de los indígenas y los clarividentes, o en el más lejano, como de la trama de la post-revolucionaria Seúl.

La película guste o no por su significado que bebe de las ideas del karma, de la predestinación o del eterno-retorno y de las vidas sucesivas, tiene una potente puesta en escena. A partir de un montaje en el que se alternan durante tres horas estas historias, de manera trepidante y nada aburrida, el espectador es golpeado contínuamente por poderosas e impactantes imágenes que quedarán grabadas en su retina. Imágenes acompañadas por una fascinante y envolvente banda sonora, compuesta por Tom Tykwer, Johnny Klimek, y Reinhold Heil; y por un montaje que liga todo perfectamente y que resulta apasionante.

Lástima que no todas las subtramas interesen por igual, -a mí particularmente me atrapó la historia romántica y post-revolucionaria de Seúl y el thriller económico ambientado en los 70- y que algunas se hagan demasiado alargadas y, en parte, prescindibles. 

No obstante, el que quiera ver más allá, tiene material y contenido de sobras para reflexionar sobre las posibles consecuencias de nuestros actos y sus conexiones con el pasado y el futuro, así como sobre la idea de predestinación. Y el que no, también puede quedarse con su forma, su poderosa imaginería visual y trasportarse por la belleza (a veces poética y otras, ultraviolenta) que respiran cada uno de sus fotogramas. No es cine sencillo ni para todos los públicos, pero el que se acerque a ella seguro que no le va a resultar de todo indiferente.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: En Seúl se vive una subtrama futurista, envolvente, revolucionaria y romántica.

COMEDIA URBANITA CON TOQUES WOODYALLENIANOS

COMEDIA URBANITA CON TOQUES WOODYALLENIANOS

Dos días en París era una comedia dramática y romántica que diseccionaba las relaciones entre una pareja en la treintentena, la hiperactiva y neurótica, Marion (Julie Delpy) y el tranquilo Jack (Adam Goldberg), que puede perder los estribos a causa de la "intensa y extensa vida amorosa" de ella...Dos días en Nueva York es la continuación de aquella historia, pero centrada en el personaje de Marion, después de iniciar una nueva vida junto a Mingus (Chris Rock), un locutor de radio en Nueva York y recomponer una familia, junto a los hijos que tuvieron con sus ex. 

El conflicto en esta parte, pasa de centrarse en la pareja para focalizarse en la familia de la protagonista: Jeannot, un padre viudo y "cachondo" (el padre cómplice de la protagonista, Albert Delpy), Rose, una hermana exhibicionista, psiquitra infantil y su "disperso" y bocazas novio, Manu. Los problemas estre la pareja se desatarán cuando la familia francesa de Marion se instala en su apartamento neoyorkino para pasar unos días de vacaciones.

Con este pretexto argumental, la película, en clave de comedia urbanita e intelectual, quiere acercarse al cine de Woody Allen, incluso no sólo en sus diálogos y situaciones, sinó en la manera de retratar a sus personajes. Aunque, lamentablemente, es una sombra reflejo del cine woodyalleniano, pues aquí se exageran las situaciones, se ponen en marcha personajes demasiado exasperantes que, a menudo, más que buscar la empatía y la sonrisa del espectador, parece que busquen irritarle y sacarle de sus casillas, poniéndonos más en el lugar del descolocado novio, Mingus, que del resto de la excéntrica galería familiar que nos presenta. 

Hay escenas de comicidad acertadas y se deja ver, pero también parece una broma algo pesada y reiterativa. Cuando se centra en el mundo del arte y en la posibilidad de comprar un alma, atención al curioso cameo de Vincent Gallo, -con el que Julie Delpy formó pareja hace unos años en Colgados en Los Ángeles, de Mika Käurismaki-, la película consigue momentos de reflexión más auténtica y logra despegar de la sucesión de tópicos franco-americanos y clichés familiares que ha sido hasta el momento. No obstante, si nos hacen escoger entre las películas de la Delpy como directora, nos quedamos con Le Skylab, como retrato nostálgico y familiar más acertado.

Así pues, una comedia para que a los fans de la actriz y realizadora francesa se nos haga un poco más llevadera la espera de la película que estamos esperando ver en realidad: Before Midnight, de Richard Linklater, la tercera parte de la estupenda trilogía romántica generacional formada por Before Sunrise y Before Sunset.  

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: La familia unida...mejor, si no está cerca.

LA ALEGRIA DEL NO

LA ALEGRIA DEL NO

No, de Pablo Larraín, supone la puesta en escena del referéndum que se celebró en Chile en 1988 para ratificar al dictador Augusto Pinochet en el poder. La película tuvo una gran acogida en la Quincena de Realizadores de Cannes,así como en la pasada edición del Festival de San Sebastián y competirá al Oscar por Chile como mejor película extranjera junto a Kon-Tiki, War Witch, A Royal Affaire y Amour.

El director se sirve de un memorable Gael García Bernal como protagonista para documentar el devenir de la campaña mediática en contra del régimen. El personaje de Gael es René, un exitoso publicista producto del neoliberalismo chileno quien por convicciones personales decide hacerse cargo de la campaña a favor del "no" a Pinochet y a su Gobierno.

La tarea de René no es fácil, pues tendrá que vencer las dificultades interpuestas por su entorno profesional y tampoco se lo pondrá fácil su cliente, la heterogénea oposición a la dictadura. Por si fuera poco para René, también tendrá cargar sobre sus espaldas con su desestructurado matrimonio. A pesar de todo René llevará a cabo su labor, haciendo concesiones, pero inquebrantable en su convicción.

Usando cámaras de la época e imágenes de archivo, la cinta adquiere tono de documental y de crónica de los acontecimientos muy atractiva y pedagógica que consigue que el espectador de sumerja en la historia y vaya con los sus protagonistas en su travesía. En ésta, nos encontraremos con un compañero de viaje inesperado en forma de pegadiza melodía con formato de jingle publicitario: Chile, la alegría ya viene. Efectivo y divertido a partes iguales.

A pesar que haya algunas pinceladas de humor absurdo y socarrón, la película es un drama. No hay que olvidar el dolor causado en Chile durante casi dos décadas. Es por ello que sorprende cómo la cura para el dolor no es el resentimiento ni la venganza, es la alegría: cantar la alegría del No.

DAVID PALOMAR RUBIO.-

Pie de foto: Chile...la alegría ya viene!!!

SER UN INADAPTADO SOCIAL

SER UN INADAPTADO SOCIAL

Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky, -que también ejerce como guionista de su propia novela adaptada a la gran pantalla- no es sólo cine hecho por y para adolescentes. Aunque parezca la enésima revisión de "chico inadaptado y rarito que busca su lugar en el mundo", la película va un poco más allá.

La trama nos presenta a Charlie (Logan Lerman), un estudiante tímido que perdió a su mejor amigo en trágicas circustancias. Volver al instituto para su primer año de preparatoria antes de la Universidad, se le antoja todo un mundo. Suerte que conocerá a Patrick (Ezra Miller) y a Sam (Emma Watson), dos hermanastros con un universo muy particular. Además, Charlie tiene un trauma en su pasado, que a nadie quiere revelar...

A través de la música que escuchan, las referencias cinéfilo-teatrales que tienen (Rocky Horror Picture Show) y de las experiencias que vivirán juntos, el trío protagonista se enfrentará al viaje iniciático y no siempre sencillo que resulta al pasar de la adolescencia a la edad adulta. 

Con reminiscencias a otros títulos también "de culto", tales como Jóvenes Prodigiosos (Curtis Hanson, 2000); Nick y Nora: una noche de música y amor (Peter Sollet, 2008), Adventureland (Greg Mottola, 2009) en cuanto a la temática de viaje iniciático y de maneras de afrontar las vicisitudes de la juventud, Las ventajas de ser un marginado respira escenas de verdad y profundidas al presentar también el problema de las adicciones, de los abusos, o incluso tocar un tema tabú, como la homosexualidad. En algún momento, el protagonista nos ha parecido que sufría la alienación de aquel Jake Gyllenhaal totalmente perdido de Donnie Darko (Richard Kelly, 2001), aunque la película ni es tan perturbadora ni tan fantástica como aquella.

Así pues, la cinta contentará a todos aquellos amantes de las películas de instituto americanas a contracorriente, pues tiene un sello propio y definible que la eleva como una de las propuestas indies más estimulantes de la temporada.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Emma Watson, Ezra Miller y Logan Lerman, perfecto trío de amigos en busca de su lugar en el mundo.

TEDIO

TEDIO

Con apenas 3 películas en su haber el cineasta portugués Miguel Gomes ha logrado fascinar a propios y extraños. Su cine ha conseguido hacerse un hueco en el panorama cinematográfico actual y por ello se ha convertido en un asiduo de los festivales más importantes del mundo. La crítica especializada le ha granjeado numerosos y grandes elogios que no están al alcance de todos. Al parecer es un autor que dará mucho que hablar en el futuro. Un autor que destaca en los tiempos que corren por su singularidad. Se puede afirmar sin miedo a equivocarse que la crítica ha descubierto a un espécimen llamado Miguel Gomes, pero ahora les toca a los espectadores conocer y juzgar su obra. Está claro que habrá división de opiniones, pero eso es normal cuando se trata de un autor de estas características.

Su último trabajo Tabú (2012) que se presentó en la pasada edición de la Berlinale asombró a muchos de los espectadores allí reunidos y no sólo eso, sino que se llevó el premio de la crítica. Sus seguidores hablan de su cine como si fuera algo mágico, y eso es precisamente lo que pretende el autor, que es nada más y nada menos que redescubrir la inocencia de la vida a través del cine. Como es sabido hoy en día las historias que se pueden ver en los cines son demasiado sórdidas y desconcertantes. El cine actual es demasiado descarnado y se ensaña con el espectador de mala manera. El mensaje que se nos transmite es que el alma humana está enferma. Si en el cine clásico americano todo estaba bajo el influjo del idealismo de aquella época, en el cine contemporáneo no hay sitio para la esperanza ni para la inocencia. Además, los grandes autores europeos como Haneke también se decantan por ese tipo de cine. Un cine que golpea donde más duele. Que desentraña las miserias del ser humano con mucha frialdad.

Por lo tanto, haciendo caso omiso al cine dominante Gomes pretende recuperar la magia del cine de antaño. Una misión nada desdeñable, pero que parece complicado, todo hay que decirlo. Ese cine que nos permitía soñar con grandes historias de amor que acababan convirtiéndose en leyendas, en clásicos imperecederos de todos los tiempos. Tabú al igual que Aquel querido mes de agosto (2008) nos habla del amor. De amores prohibidos, para ser más exactos. En la primera película mencionada somos testigos de un adulterio que nos hace recordar inevitablemente aquella historia de amor que vivieron los protagonistas de Memorias de África (Sidney Pollack, 1985), ya que, sucede también en un lugar recóndito del continente africano. El espectador de hoy en día no puede imaginarse una historia de amor en tierras africanas sin que venga a la memoria el clásico de Sidney Pollack. El espectador tiene muchas escenas de la historia del cine grabadas en su retina como si fueran un tesoro, y cuando uno está viendo Tabú vienen a la memoria maravillosas y conmovedoras escenas que han tenido lugar en África, ese paraíso imaginario y de ensueño.

Tabú, que está dividido en dos partes tituladas Paraíso, y Paraíso Perdido, hace referencia a Tabú, la obra que dirigió Murnau en 1931 con la ayuda de Robert Flaherty. Por otro lado, Aquel querido mes de agosto nos cuenta la historia de dos primos que se llevan estupendamente bien y que acaban enamorándose el uno del otro. Y en las películas de Gomes la música juega un papel fundamental. Se puede decir que el amor que siente por la música es tan grande como el amor. Pero no utiliza la música como lo hace Tarantino, sino que le gusta que la música sea diegética, es decir, que brote desde el interior del plano, no que se añada a posteriori en la sala de montaje. La vida es música, y la música es vida.

El objetivo de Gomes es que viajemos en el tiempo porque sus historias pretenden sacar a la luz historias e imágenes que guardamos con mucho cariño en nuestra memoria. La memoria de la pantalla cobra vida de repente. Nuestros propios recuerdos se funden con la memoria del cine. Las experiencias de cada uno y las experiencias ajenas se funden en un todo y se vuelven indistinguibles. El cine se nutre de la realidad, pero está claro que la realidad también se nutre de ficciones e historias de todos los tiempos. Nosotros hemos crecido con imágenes de todo tipo, y esas imágenes nos permitían soñar despiertos. El deseo se nutre de las imágenes que hemos visto a lo largo de nuestra vida. Nos hacen vibrar y soñar con mundos nuevos, con amores imposibles. Gomes quiere mostrarnos el paraíso que creíamos perdido.

Puedo compartir el objetivo que pretende llevar a cabo Gomes, pero para algunos su cine no es mágico, sino aburrido y carente de interés. A algunos les gustará su estilo, pero a otros no les transmitirá más que sopor. Puedo estar de acuerdo con sus objetivos y sus teorías, pero su cine me produce tedio. No me dice nada. Hay otros autores que proponen esa misma reflexión, pero que en mi opinión lo hacen de una manera más acertada.  

BEÑAT EIZAGIRRE INDO.-

Pie de foto: Amores ilícitos en el contiente africano.

UNA PEQUEÑA GOTA EN UN INFINITO UNIVERSO

UNA PEQUEÑA GOTA EN UN INFINITO UNIVERSO

Bestias del Sur Salvaje, de Behn Zeitlin, es una de las sorpresas de la temporada y no sólo por haber conseguido 4 de las principales nominaciones a los Oscar (película, director, guión adaptado y actriz principal), sinó sobre todo porque estamos ante una película mágica, especial y fascinante, que posiblemente sea amada sólo por una selecta minoría. 

La película es una pequeña gran historia de supervivencia sobre aquello que nos hace humanos y nos conecta con el resto del Universo. Hushpuppy es una imaginativa niña de 6 años que vive con su padre en La Bañera (un pueblo imaginario situado a las orillas del Misissipi). Son felices con lo poco que poseen e incluso las inundaciones y los entierros son celebrados con una gran fiestas entre vecinos. Un día llega una gran inundación que parece asolarlo todo, amenazando su supervivencia, así como la niña descubre que su papá está gravemente enfermo, lo que aún acaba de trastocar más si cabe su mundo...

Con estas premisas, Zeitlin costruye en su ópera prima un hermoso relato de enorme poesía visual, pues a las poderosas imágenes les acompaña una banda sonora con mucha fuerza y magia compuesta por el mismo director junto a Dan Romer, sólo hay que ver el impresionante amalgama de sonidos e imágenes del principio de la película. Se trata de una fábula que habla de aquellas pequeñas cosas que son lo que hace que la vida tenga sentido, es decir, que si al Universo le falla una pieza, hay que mirar de recomponerla para que todo vuelva a su orden. Asimismo, también está muy presente el mito del buen salvaje Roussoniano en la manera de vivir de sus protagonistas, libres e indomables. 

La relación familiar que se establece entre dos actores debutantes es de gran complicidad. Por un lado, la fascinante Quevenzhané Wallis -un prodigio de exprevisividad y una auténtica fuerza de la Naturaleza, que la ha llevado, a pesar de sus pocas líneas de diálogo, a ser nominada al Oscar como actriz principal- y por otro, el rebelde Wink (Dwight Henry), que se dedicaba a la panadería. Todo entre ellos suena a autenticidad, como lo es alguna de las escenas paterno-filiales más emocionantes que se han visto últimamente en la gran pantalla. 

La libertad del individuo, las ansias de vivir, el sentido de supervivencia tras un desastre natural que amenaza con acabar con su mundo, la solidaridad en tiempos difíciles y el poder de la familia son algunos de los temas por los que la película transita, de manera nada ortodoxa, sinó con mucha imaginación y originalidad, creando un relato único sobre lo pequeños -y a la vez grandes- que somos dentro del Orden del Universo. Una historia para dejarse sorprender, conmover y disfrutar, una pequeña gran joya que puede dar la sopresa en los próximos Oscar el 24 de febrero.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: La historia de Hushpuppy con su papá emocionará a las plateas.