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EL PARTICULAR VIAJE ESPIRITUAL DE HARMONY KORINE

EL PARTICULAR VIAJE ESPIRITUAL DE HARMONY KORINE

Acaba de estrenarse Spring Breakers (2012) del cineasta estadounidense Harmony Korine. Para muchos el nombre de Korine no significa nada, porque a día de hoy sigue siendo un completo desconocido para la mayoría del público en este país, pero es un cineasta de culto que ha conseguido crear polémica y desconcierto con cada una de sus producciones desde que saltó a la fama en 1995 después de que escribiera el guión de la controvertida Kids, de Larry Clark. Para bien o para mal, ha logrado conmocionar al público con cada una de sus películas. Su nombre está ligado inevitablemente con el arte de la provocación y, por lo tanto, no es de extrañar que su cine genere división de opiniones. Para unos es un genio, pero para otra mucha gente no es más que un embaucador. Antes de empezar con la crítica de Spring Breakers vamos a repasar la obra de este polémico autor.

Korine dirigió su opera prima (Gummo, 1997) cuando tenía 24 años. Era tal la expectación que había creado con Kids que la película se estrenó en el festival de Venecia y obtuvo el premio de la crítica. Gummo era una cinta provocativa, que no dejaba indiferente a nadie. No se trataba de una historia con una estructura sólida y clausurada, sino todo lo contrario, la realidad que se mostraba era totalmente fragmentada. Era caótica, desordenada… como la vida misma y quedaban muchas preguntas sin respuesta. Dibujaba retazos de realidad, y cada espectador tenía que construir su propia película a partir de esos esbozos.

Como David Lynch, Korine piensa que el cine no tiene porqué ser narrativo, sino que tiene que crear sensaciones. En cuanto a la trama, los protagonistas de aquella película, que eran Solomon y Tummler (dos chicos jovencísimos) pasaban las horas matando y torturando gatos, esnifando pegamento, acostándose con una chica que tenía síndrome de down, asaltando a casas ajenas y haciendo toda clase de virguerías.

Gummo era una especie de revisión del clásico de Tod Browning Freaks, porque aparecían personajes extraños y esperpénticos. También traía a la memoria el cine de otro enfant terrible del cine independiente americano que no es otro que Todd Solondz; no podían faltar pederastas y perversiones. Korine hace todo lo que está en su mano para incomodar al público. Y su cine también se asemeja al estilo de Wes Anderson, por lo surrealista y absurdo que puede llegar a ser.

Mister Lonely (2007) es la película que más aceptación ha conseguido entre el público y la crítica hasta la fecha. Para muchos se trata de su mejor película, pero para otros su cine sigue siendo una tomadura de pelo. Está claro que cuando observas a unas monjas saltando del avión y hacer acrobacias en el aire para aterrizar a continuación sin ningún tipo de rasguño puede generar desconcierto. Cuenta con dos historias, y muchos se preguntarán si la historia de las monjas tiene algún sentido o si aporta algo a la trama. Los amantes del clasicismo pensarán que se debería haber eliminado esa historia en la sala del montaje.

Pero el cine de Korine no es convencional, es posmoderno. “La profundidad está en la superficie”, es lo que nos intenta decir con su manera de hacer cine. La historia principal nos habla de un imitador de Michael Jackson (interpretado por Diego Luna) que es incapaz de encontrar su lugar en el mundo. Se siente un bicho raro. Pero un día se encontrará con una imitadora de Marilyn Monroe en París y decidirá acompañarla a un lugar mágico donde los imitadores han creado una especie de comuna. Parece que es un sueño hecho realidad, pero Michael se dará cuenta que no puede seguir huyendo de lo que es. A primera vista puede parecer que no es serio, pero Korine nos quiere hablar de la cuestión de la identidad y la soledad. A su manera, claro está.

Trash Humpers (2009) es una película que no debería existir. O al menos, no debería haber salido a la luz. Es una de las peores películas que he podido ver a lo largo de mi vida. Es una verdadera bazofia. No es una película en sí, puesto que, ni siquiera tiene una trama. Se trata de unos gilipollas que se graban haciendo el tonto, nada más y nada menos. Si algunos ya detestaban su cine, Trash Humpers se lleva la palma. No recomiendo a nadie verla.

DOS ESTRELLAS DE DISNEY

Spring Breakers es una cinta que puede generar desconcierto e incredulidad. No se trata de una película típica de adolescentes, aunque pueda parecer lo contrario. Por varias razones; la primera es que las protagonistas son cuatro chicas universitarias. Y entre ellas el autor ha escogido dos estrellas de la factoría Disney: Selena Gomez y Vanessa Hudgens. Es paradójico que haya elegido dos celebridades adolescentes cuando no se recomienda ver la película a espectadores menores de 18 años. Lo que está claro es que los fanáticos de Gomez y Hudgens no se quedarán sin ver la película. Korine sabe que su público es el más fiel, ya que, no hay mejor fan que el adolescente que colecciona obsesivamente todo lo que saca al mercado su estrella favorita. Por otro lado, nada hace sospechar que el viaje a Florida que van a realizar los protagonistas durante las vacaciones de semana santa pueda convertirse en un viaje espiritual.

Al parecer es necesario emborracharse y drogarse para encontrarse a sí mismo. Korine sigue siendo el azote de los puritanos y, por ello, ha elegido dos estrellas de Disney para dar a conocer su evangelio. Se trata de un viaje espiritual donde se encontrarán con un excéntrico mafioso interpretado por un irreconocible James Franco. Al parecer, el viaje es sólo un pretexto para hablar de otras cosas más serias. ¿Qué cosas?, preguntará el incrédulo. El espectador no podrá salir de su asombro. Korine lo ha vuelto a hacer. Es una película desconcertante y sorprendente que dejará boquiabiertos a más de uno. Si nos quedamos en la superficie no podremos ver lo extraordinario. La verdad es que no es fácil de descifrar, no sabes si te está hablando en serio o te está tomando el pelo. Cada uno tendrá que sacar sus propias conclusiones. Una cosa es segura: lo que tenía que ser una película típica de sexo y borrachera en la playa se convierte en algo distinto de lo que uno pudiera haber imaginado al principio. No hay demasiadas escenas de sexo, salvo al final, así que, tampoco ha querido forzar demasiado a las actrices.

En cuanto a la forma no es nada convencional. Normalmente, cuando se acaba la escena se pasa a la siguiente, pero en Spring Breakers las imágenes que se podrán ver a continuación no paran de asaltar la pantalla cuando estamos viendo una escena determinada. Se yuxtaponen. Se abalanzan unas a otras como si tuvieran vida propia, se podría decir que las imágenes luchan entre sí para poder salir a la superficie. Las imágenes aparecen y desaparecen como si fueran pensamientos que no podemos controlar. Por lo tanto, las escenas vienen y van una y otra vez, parece que no se clausuran nunca. Parece que todo esté abierto y eso puede generar confusión. La historia es cíclica, las imágenes vuelven una y otra vez (igual que en un videoclip). También la voz en off juega un papel determinante. La voz en off y las imágenes también luchan entre sí, se entrecruzan, se mezclan, cada uno va por su lado. Muestra las relaciones de poder que pueden existir entre las imágenes y las palabras. Deconstruye la narrativa convencional para hacer visible su artificialidad, es decir, problematiza el lenguaje cinematográfico a través de los juegos formales.

Algunos pensarán que se trata de un videoclip interminable que no aporta nada. Otros querrán ver más allá de la superficie y afirmarán de que es una original y desconcertante historia sobre unas chicas que buscan su lugar en el mundo. En mi opinión, es una interesante y magnífica película que está magistralmente dirigida. Una joya atípica.

BEÑAT EIZAGIRRE INDO.-

Pie de foto: Alien y sus "niñas" en las vacaciones más salvajes de su vida.

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