CORRECCIÓN MORAL VERSUS PULSIÓN SEXUAL
El psicoanálisis ha sido la gran fuente de inspiración de Un método peligroso, la nueva película de David Cronenberg. Partiendo de sus orígenes y de la relación que se estableció entre el maestro Sigmund Freud y el discípulo que se acabó apartando de sus postulados debido a su dimensión religiosa, Carl Jung.
No obstante, a pesar de que la película recoge las largas charlas y debates entre Freud y Jung, el principal interés de la cinta, radica desde mi punto de vista en las relaciones que se establecieron entre una paciente -que llegó a ser doctora y discípula de Jung-, la judía de origen ruso, Sabina Spielrein y el propio Jung. En estas relaciones que sobrepasaron el propio paciente-médico llegando a convertirse en amorosas y sexuales es donde Cronenberg parece más Cronenberg. El resto de la película es un ejercicio de reflexión, academicismo y contención en toda regla. El director de cintas tan brutales y brillantes como las recientes Una historia de violencia y Promesas del Este se modera muchísimo en este film denso de pensamientos y contenido de emociones.
Sólo en los claroscuros que envuelven a Spielrein y Jung, que se erigen como dos figuras trágico-románticas, en las que sus destinos están profundamente marcados por la sociedad de aquella época vemos la personalidad de la cinta.
Además, aunque Mortensen-que se reserva un papel de Freud, más referencial que presente a lo largo de la trama- y Fassbender (Jung) están correctos, Keira Knightley les eclipsa en un papel dificilísimo, donde la locura y la cordura pende de un hilo muy fino. En todo momento brillante, Knightley hace suyo el rol de Sabina Spielrein y lo convierte en el más apasionante de este interesante relato donde las corrección moral y el poder de los deseos reprimidos cobran fuerza en la persona de esta mujer de manera reveladora.
Nos ha extrañado, no obstante, que el papel de los sueños -una de las claves del pensamiento psicoanalítico- esté tan poco explotado en la cinta y que se desaproveche el potencial de algunas escenas en pos de la ya mencionada contención formal del relato.
A pesar de ello, la película es una buena aproximación a la sociedad europea anterior a la Primera Guerra Mundial, donde las pulsiones íntimas eran a menudo reprimidas por la correción moral que esta misma sociedad imponía.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Knightley y Fassbender, ¿pasiones bajo control?
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