TODO EL SENTIR DE UN PAÍS EN VÍAS DE RECOMPOSICIÓN
Barbara, de Christian Petzold, -quién obtuvo el Oso de Plata al mejor director en la Berlinale de 2011- nos explica la historia de una doctora quien, mientras espera en la Alemania Oriental para pasar al otro lado y huir, desde allí, a Dinamarca con su novio, comienza a trabajar en un pequeño hospital de un tranquilo pueblo costero. Será allí, donde Barbara comenzará a replantearrse su futuro, a partir del contacto con un cirujano, con el que entablará una estrecha relación más allá de lo laboral y con una paciente, quienes le harán ver y reflexionar su primera decisión.
Nina Hoss, actriz alemana conocida por La mujer del anarquista, Las partículas elementales o La Masai Blanca, vuelve al terreno que se le da mejor: el melodrama introspectivo. Su trabajo interpretativo es clave para entender a esta mujer, atrapada entre dos mundos (representados por las dos Alemanias) en el año 1980, que busca encontrarse a sí misma, así como definir su identidad.
Barbara transita por numerosos estados de ánimo: desde el miedo a lo desconocido, hasta la esperanza, el sentimiento amoroso, el valor de hacer lo correcto, la amistad, la solidaridad, etc. En su mirada y en sus silencios -a veces más que en lo que se dice- podemos llegar a comprender y extrapolar la situación de muchas otras personas atrapadas en una situación de incertidumbre similar, movidos por los acontencimientos socio-políticos y las circunstancias externas que les tocó vivir.
Así pues, la cinta, minimalista y despojada de todo artificio y de grandilocuencia, pero llena de riqueza en su contenido, nos presenta esta mujer como símbolo y metafora de todo el sentir de una Alemania dividida y, la cuál, por consiguiente, debía ser recompuesta como las piezas de un puzzle.
JR PALOMAR.-
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