Blogia
facesonthebox

Cine de Autor

UN SHAKESPEARE GUERRERO Y ACTUALIZADO

UN SHAKESPEARE GUERRERO Y ACTUALIZADO

Coriolanus es la ópera prima de Ralph Fiennes, un reconocido amante de Shakespeare, al cuál ja interpretado infinidad de veces en la Royal Shakespeare Company. Por ello, no nos ha de extrañar que escoja una obra del gran dramaturgo inglés para hacer su debut. Una obra nada sencilla de adaptar y que, además, cuenta con el añadido de la traslación del texto a la época actual. La película se estrenará simultáneamente este viernes en 6 plataformas:Yomvi, Wuaki TV, Ono, Imagenio, Nubeox y Filmin, así como en DVD y cine sólo en versión original. 

Cayo Marcio es un soldado que ha luchado por Roma, su patria y va a ser nombrado cónsul. Pero toda su disciplina y maneras militares no hacen que sea un político querido por el pueblo, sinó todo lo contrario, y se ve obligado al exilio forzoso. Tullius Aufidius, cabecilla de los volscos, la guerrilla de resistencia contra Roma, puede pasar de enemigo a aliado. Mientras, su madre (Vanessa Redgrave), su esposa (Jessica Chastain) y su hijo serán los únicos pilares que pueden enderezar el camino del desterrado y vengativo Coriolanus.

Con estas premisas, la película se divide en dos partes. En una, conocemos a Cayo Marcio soldado, a su nombramiento como cónsul Coriolanus y a las tensiones populares que se desatan a su alrededor. La segunda parte se centra en su exilio y en la búsqueda de apoyo para llevar a cabo una venganza contra Roma. 

Las luchas por el poder entre la cúpula política y el pueblo, la traición a la patria, el honor, el orgullo, la fuerza de la familia y los deseos de venganza son los temas esenciales que vertebran Coriolanus que, a ratos es una cinta apasionante, mientras que otras escenas se hacen demasiado difíciles para el espectador. 

Cabe destacar el magnífico cast del que se rodea Ralph Fiennes, un Coriolanus que pasa de momentos muy medidos a otros más sobreactuados: Gerard Butler, Brian Cox, James Nesbitt, Jessica Chastain y Vanessa Redgrave arropan a este personaje. Especialmente intenso es el rol de Redgrave, como una madre de carácter fuerte y decidido, cuya maternidad va más allá de su hijo, sinó que se extiende a toda la madre patria. Sus escenas son absolutamente memorables y ya, por verla a ella, merece la pena pagar la entrada de cine. 

Todo ello, adaptando el texto clásico de Shakespeare a la modernidad actual, cosa que no funciona a la perfección durante todo el rato, pues creemos que algunas escenas deberían ser recortadas para agilizar el conjunto. No obstante, hemos de aplaudir el esfuerzo de Fiennes por el riesgo y el atrevimiento de la propuesta que, por su densa complejidad, no será apta para todo tipo de paladares. 

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Madre e hijo tendrán diferentes visiones del poder.

VIDAS DISFUNCIONALES

VIDAS DISFUNCIONALES

Cada año en los Oscar hay alguna pequeña película, normalmente de corte independiente que salta primer plano de la actualidad y que se convierte en la revelación de la temporada. Si hace unos años sucedió con El indomable Will Hunting y Mejor imposible y más recientemente con Juno y Pequeña Miss Sunshine, este año El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook) ha entrado pisando fuerte en la carrera de los Oscar, son suyas 8 nominaciones en las principales categorías. Además, ha pulverizado un récord, hacia 31 años que no ocurría que en una misma cinta los cuatro actores posibles, dos principales (Jennifer Lawrence, Bradley Cooper) y dos secundarios (Jackie Weaver y Robert de Niro) estuviesen todos nominados.

¿Pero qué es El lado bueno de las cosas? Es una feel-good-movie que, en forma de rom-com dramática, subvierte las reglas del subgénero al presentar otro tipo de personajes mucho más complejos a la par que menos convencionales. En este caso, Pat (Cooper) acaba de salir de una institución mental, pues encontró a su esposa con otro hombre, al que atacó, y aún se siente trastornado y con muchas ganas de recuperarla y de rehacer su vida junto a ella. Un día conoce a Tiffany (Lawrence), una joven viuda que ha perdido el trabajo a causa de una curiosa y desproporcionada manera de enfrentarse al duelo por la muerte de su marido.

Ambos seres, incompletos e incapaces de superar por sí mismo las dificultades que les ha puesto la vida en su camino, encontrarán en una actividad común algo donde agarrarse. Y hasta ahí podemos explicar para no desvelar detalles importantes de la trama. Jackie Weaver y Robert de Niro interpretan a los padres de Pat, un matrimonio que habrá de hacer frente a esta nueva etapa de su hijo, de nuevo en la casa paterna. 

Así pues, la película habla, desde el corazón y de manera muy mesurada (y para nada sensiblera) de la dificultad de superar un duelo o una pérdida y de afrontar un trastorno poniendo hincapié en el entorno y en las relaciones personales (familiares, amistosas, etc). Los grandes aciertos de la cinta de David O. Russell son un guión muy equilibrado entre drama personal y comedia romántica y unos actores en estado de gracia. Lawrence y Cooper se desnudan emocionalmente frente al espectador, de manera sensible y delicada, componiendo dos "locos" entrañables y llenos de humanidad. Además, la química entre ambos, a pesar de los 16 años que les separan (ella tiene 22 y él 38) es rabiosamente chispeante.

¿Puede dar la sorpresa en los Oscar? No lo sabemos. De lo que estamos convencidos es que el espectador se va a alegrar, va a sufrir, a reír y a emocionarse con la película y que, tras 2 horas, se va a ir del cine con la sonrisa grabada en el rostro, saliendo muy optimista y con la sensación de saberle a poco. 

SONIA BARROSO.-

INFINITA TRISTEZA COMO COMPAÑERA DE LOS ÚLTIMOS COMPASES DE UNA VIDA

INFINITA TRISTEZA COMO COMPAÑERA DE LOS ÚLTIMOS COMPASES DE UNA VIDA

De Funny Games a La Cinta Blanca, pasando por La pianista, Michael Haneke se había caracterizado por hacer un tipo de cine, donde la crueldad y la violencia estaban muy presentes. Con Amour, el cineasta austríaco cambia totalmente de tercio al presentar un amor en un matrimonio de profesores de música en la tercera edad que se pondrá a prueba al sufrir ella una terrible enfermedad degenerativa. 

Cabe destacar que Amour es la última Palma de Oro de Cannes, que se ha llevado 4 premios del Cine Europeo y que está nominada a los Globos de Oro y a los Bafta, siendo seguramente la rival a batir en los Oscar como mejor película extranjera.

Amour no sería lo que es gracias a la pareja de actores que la protagoniza, un Jean-Louis Trintignan y una Emmanuelle Riva que dotan a sus personajes de carne, hueso y alma, acercándolos al espectador que sufre con ellos, como si se tratara de sus abuelos, sus padres, sus tíos o algún ser querido cercano. Aunque quizás es más complicado el rol de enferma que el de cuidador, ambos dotan a sus personajes de infinita credibilidad.

Desde el dolor del padecimiento y de la degeneración, Riva dota a su enferma de gran dignidad, sin buscar la gratuita autocompasión en el espectador. Así como, Trintignan hace suyo el rol más paciente, servicial y cariñoso, cuya aceptación de la enfermedad de su esposa pasa por hacer todo lo que está en su mano sin quejarse ni tampoco resignarse.Isabelle Huppert es el tercer vértice de la historia, al representar a la hija del matrimonio que vive, desde la distancia, la progresiva degradación de su madre y cuyas reacciones no pueden ser más distintas a las de su padre.

Es admirable la manera que Haneke plantea este amor en circunstancias difíciles explicando, desde la cotidianidad del día a día, cómo puede afrontarse una enfermedad con la mayor calma y aceptación posibles. Aunque no hay estridencias en el relato, pues el ritmo es más pausado y cadencioso que una bagatela de Schubert, sí que es cierto que habrá alguna que otra sorpresa, que no conviene desvelar. El inicio y el final fundiéndose a negro y sin banda sonora nos hacen ponernos en nuestro lugar, en este réquiem del amor, la tristeza infinita va a ser la necesaria compañera de este viaje por los últimos compases de una vida.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Georges y Anne, una enfermedad les pondrá a prueba.

ENTRE LA RAZÓN Y LA LOCURA, LA LIBERTAD Y LA OPRESIÓN ESTÁ LA FE

ENTRE LA RAZÓN Y LA LOCURA, LA LIBERTAD Y LA OPRESIÓN ESTÁ LA FE

The Master, la nueva película de Paul Thomas Anderson, es una sugerente aproximación a uno de los líderes de la Cienciología, que en la película se llama Lancaster Dodd (en la realidad está inspirado en L.Ron Hubbard, fundador de la Cienciología) y a su relación con un paciente bastante perturbado, Freddie Quell (Joaquin Phoenix). Dos personajes tan enigmáticos, como crípticos y bastante primitivos en su manera de actuar.

Esta película es compleja, fascinante e hipnótica, pues en ningún momento se habla de la Cienciología de forma explícita, sinó que se refiere a ella como "La Causa". La película parte del personaje de Freddie Quell, de sus excéntricas ambigüedades, de su obsesión por el sexo, de su carácter difícil y de sus contínuas pérdidas de trabajo hasta que aparece un día en el barco de Lancaster Dodd, entablando una relación médico-paciente, Maestro-discípulo, que se convierte en el núcleo central de la trama. 

Paul Thomas Anderson parte de algunas anécdotas inspiradas en la vida de Dodd , tales como su manera de trabajar, las auditoría e hipnosis con sus pacientes llenas de preguntas, sus reuniones secretas, su afición por los barcos o por las motos, sus múltiples esposas e hijos, para construir un relato sobre la fina línea que separa la cordura de la razón, la libertad de la opresión, todo ello desde un ámbito más espiritual que racional.

Anderson, además, dota a la historia de un innegable poder visual con imágenes y situaciones que se pegan a la retina y al pensamiento del espectador con fuerza. Estos fotogramas no serían lo mismo sin la disonante e inquietante banda sonora de Jonny Greenwood de Radiohead, un complemento ideal a los múltiples recovecos del relato.

La interpretación de Philip Seymour Hoffman, de Amy Adams (que interpreta a Peggy, su esposa) y especialmente de Joaquin Phoenix están llenas de intensidad y de matices, dotando a sus personajes de gran expresividad. Phoenix, que deambula entre la lucidez y la locura, no resulta en ningún momento ridículo ni sobreactuado, sinó que ofrece un personaje multicapa muy interesante e impredecible. Un personaje que, si se hiciese justicia, debería llevar al actor a ganar su primer Oscar (tras dos intentos fallidos por Gladiator y En la cuerda floja).

La complejidad de esta obra reside en que sugiere más que muestra, que lo que se explica de forma explícita está abierto a múltiples interpretaciones, es una cinta que hay que completar, revisar y pensar, que requiere que el espectador encaje las piezas del puzle después de ver la película. Incluso la inquietud que produce pide hacer que busque bibliografía para tratar de comprender a los personajes y la historia. En definitiva, estamos ante un ejercicio de cine fascinante, que pide que el público se implique y reflexione más allá de las imágenes y de la historia que se le cuenta. 

SONIA BARROSO.-

ACE ATTORNEY: UNA BROMA DE MAL GUSTO

ACE ATTORNEY: UNA BROMA DE MAL GUSTO

El director japonés Takashi Miike nunca deja de sorprendernos. Puede ofrecernos una obra maestra que nos deje boquiabiertos de la misma manera que puede hacernos partícipes de un espectáculo realmente lamentable. Ace Attorney (Gyakuten saiban, 2012) ha sido editado directamente en DVD después de su estreno en el festival de Sitges y después de su paso por la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. Ace Attorney es de esas películas que junto a Yakuza Demon o Big Bang Love, Juvenile A pertenecen al segundo grupo antes mencionado. Hay algunas obras de Miike que es mejor olvidarlas cuanto antes y por desgracia ésta es una de ellas. Estamos ante una cinta totalmente prescindible.

Miike es un director verdaderamente prolífico que puede llegar a rodar hasta 5 películas en un solo año y por ello no es de extrañar que sus obras sean irregulares. Tomando como referencia este dato es lógico que nos defraude en muchas ocasiones, pero las alegrías que nos brinda tampoco tienen baladí. Su cine extraño, provocador, extremo siempre va más allá y subvierte todas las normas y convenciones que pueda haber. Miike disfruta haciéndonos ver lo fino que puede ser el límite que separa la cotidianeidad de la monstruosidad. La barbarie y la civilización son dos caras de la misma moneda y con el autor de Yao (Osaka) pasamos de un estado a otro sin que nos demos ni cuenta. Las fronteras que nos hacen sentir seguros pueden ser borrados con una sola acción y esa sensación de malestar es lo que quiere que sintamos cada vez que nos sentamos a ver alguna de sus películas. Su cine es verdaderamente desconcertante.

Su provocativo estilo resulta aterrador y a la vez cómico porque lo utiliza para remover consciencias, no sólo para entretener al público que desea un rato de diversión y jolgorio. A estas alturas de su carrera una cosa es segura: no deja indiferente a nadie. Su capacidad para asombrar al espectador no conoce límites y siempre nos tiene preparado escenas realmente increíbles y fascinantes. Las escenas dónde se tortura a algún desgraciado son simplemente brillantes. Posee una imaginación que muchos ya quisieran, y lo que es más importante no le gusta la autocensura. En la exitosa serie de terror estadounidense Masters of Horror censuraron su capítulo titulado Imprint porque aparecían fetos en ella (los puritanos no deberían ver sus películas). Está claro que nunca ha sido moderado ni recatado. La irreverencia es parte de su demencial y sugerente obra. Pero el sadismo de Miike no es gratuito, como ya he señalado antes su objetivo es mostrar la violencia y el sin sentido que padece la sociedad actual. Quiere hacernos reflexionar sobre las acciones más delirantes que puede llevar a cabo una persona cualquiera.

Ace Attorney es una cinta ridícula, que no logra despertar el interés del espectador, y que no tiene la rigurosidad que debería tener dada sus características. Además, carece de seriedad alguna. Se trata de una patochada que no merece ni la más mínima atención. Se trata de un drama judicial que se basa en un videojuego desarrollado por la empresa japonesa Capcom (la misma que está detrás del proyecto) y parece que Miike quiere denunciar el espectáculo y el circo que se han convertido los juzgados. Pero el resultado no es nada convincente, al contrario, resulta inverosímil y bochornoso. Es realmente patético. Parece que estamos observando los sucesos de un patio de colegio; la gente habla cuando quiere y hace lo que le da la gana.

Al parecer los guionistas se permiten todo tipo de licencias con tal de no trabajar. La historia que se nos cuenta carece de toda trascendencia y de emoción, no logra enganchar al espectador, ni siquiera consigue suscitar ningún tipo de interés. No es una cinta seria, puesto que, parece que no hay reglas que valgan. Que todo está permitido. Las pruebas que son fundamentales para incriminar al acusado o para desestimar lo ya dicho no tienen ningún fundamento, y parece que todo esté justificado. Sacan las pruebas de la manga si se tratara de un truco de magia, y eso no le aporta nada. La verosimilitud del relato acaba resintiéndose de mala manera. No resulta creíble y por ello la cinta se convierte en una broma de mal gusto. Con juicios como los que podemos ver en Ace Attorney, no habría ningún asesino en la calle. Una película decepcionante.        

BEÑAT EIZAGIRRE INDO.-

Pie de foto: Dos protagonistas de videojuego para una cinta prescindible.

DRAMA SOBRE LA GUERRA CIVIL Y EXTRATERRESTRES

DRAMA SOBRE LA GUERRA CIVIL Y EXTRATERRESTRES

El bosc, de Oscar Aibar, basado en la novela de Albert Sánchez-Piñol (La pell freda) se presentó en la Sección Oficial de Sitges 2012, donde tuvo una buena acogida. La película, que fusiona el drama sobre la guerra civil con las cintas de extraterrestres y otras dimensiones, está rodada en catalán en un dialecto de la zona de Matarraña (Bajo Aragón). 

La trama es la siguiente: Ramón (Álex Brendemühl) y su familia viven en una masia del Matarraña, donde esconden un secreto, su pequeño bosque es en realidad la puerta de entrada a una nueva dimensión. Cuando estalla la Guerra Civil, Ramón decide huir de los anarquistas por esta puerta y comenzar a vivir entre dos realidades paralelas.  

La película, aparte de tener referencias a la época de la Guerra Civil, es una sabia combinación de drama personal y thriller con elementos fantásticos, tal y como ocurría en otras cintas de género en las que El bosc se inspira, tales como El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro o Señales, de Night Shymalan.

La historia va de más a menos, aunque en todo momento, gracias al buen hacer de sus actores (Álex Brendemühl, Maria Molins, Pere Ponce) y de su historia que parte de la anécdota real e histórica para introducirnos en un relato de corte fantástico, se sigue con bastante interés. Quizás la aparición del extraterrestre, el Sr. Besugot, es técnicamente hablando, lo menos impecable, pero sí lo más curioso.

Así pues, es una propuesta que gustará a todos aquellos amantes del nuevo fantástico español, que ya disfrutaron con Extraterrestre o con propuestas anteriores del director, como la celebrada Platillos Volantes.

JR PALOMAR.-

Pie de foto: Ramón, a través de las misteriosas luces, se introduce en una nueva dimensión.

UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN Y DOLOR DESDE LAS ENTRAÑAS

UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN Y DOLOR DESDE LAS ENTRAÑAS

De rouille et d´os (De óxido y hueso), de Jacques Audiard, nos recupera la visceralidad y los personajes intensos y dramáticos en la línea de sus interesantes trabajos anteriores: De latir, mi corazón se ha parado y Un profeta. En este caso, va un poco más allá pues, por primera vez en su filmografía, nos regala un personaje femenino de gran fuerza y personalidad, interpretado con brío por Marion Cotillard, junto al actor belga Matthias Schoenaerts, que ganó el Premio de Interpretación masculina en la Seminci vallisoletana (al igual que su director, Audiard).

La historia se centra en el personaje de Ali (Schoenaerts), un belga que llega a Niza a casa de su hermana, sin trabajo fijo, que comienza a hacer de guardia de seguridad, con un hijo de cinco años de una desordenada relación anterior. Ali se dedicará a hacer combates ilegales de boxeo. Éste posee un carácter primitivo, bruto y que va mucho a la suya, sin preocuparse de nadie más que de sí mismo. Un día, en la discoteca que vigila conoce a Stéphanie, una bella mujer que resulta ser entrenadora de orcas y que sufrirá un dramático accidente.

La película refleja la relación entre estos dos seres humanos, de manera nada autocomplaciente ni autocompasiva: son dos personas marcadas por sus circunstancias que buscan la libertad de sus actos, una libertad que ella ha visto mermada al perder parte de sus piernas en el accidente pero que, gracias a él, comenzará a sentir y tener ganas de seguir adelante. Aunque digamos esto no se trata de una relación amorosa al uso, sinó que es una relación mucho más compleja, con múltiples capas, dos amigos "con derecho a roce" que van mucho más allá, explorando a lo largo de la trama y, de manera un tanto descarnada, la amistad, el sexo y el dolor.

Hay momentos de gran belleza visual, que contrastan con la brutalidad de lo que está ocurriendo en sus vidas, lo que produce en muchas situaciones un shock. El espectador queda noqueado (como su protagonista masculino) por las reacciones y las situaciones de sus personajes. Son dos personas un tanto al límite, que evolucionan a lo largo de la historia. No es una trama previsible ni complaciente. A Audiard no le tiembla el pulso a la hora de demostrar toda su visceralidad de nuevo en una historia de superación personal (que no de autoayuda, no nos equivoquemos) y de segundas oportunidades, que no dejará a nadie indiferente.

Ésta no hubiese funcionado sin la intensidad que Cotillard y Schoenarts imprimen a dos personajes complejos y de numerosos contrastes, que se desnudan no sólo física, sinó emocionalmente. Ellos son el alma de la película, en especial la siempre radiante actriz francesa que vuelve a demostrar, no sólo que es la mejor intérprete de su generación y que no sólo se merece el César, sinó también el Oscar. 

Así pues, Audiard nos vuelve a regalar un cine hecho desde las entrañas para que el espectador se de cuenta de que la vida cuesta, se sufre y duele, a veces demasiado.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Ali y Stéphanie, una relación marcada por el dolor.

AQUELLA IDÍLICA ETAPA UNIVERSITARIA

AQUELLA IDÍLICA ETAPA UNIVERSITARIA

Amor y letras es la nueva película de Josh Radnor tras la agridulce Happythankyoumoreplease. En esta ocasión, el chico de Cómo conocí a vuestra madre ha crecido y propone una interesante reflexión sobre la madurez a partir de la nostalgia de la vida universitaria de un hombre de treintaitantos con el síndrome de Peter Pan.

Jesse (Radnor) está desencantado con la vida que lleva, un buen día es invitado a su antigua universidad a la cena de despedida de su profesor preferido, Peter Hoberg (Richard Jenkins). Al volver conoce a una joven estudiante muy vitalista, Zibby (Elisabeth Olsen), con la que entablará una bonita amistad.

Si la semana pasada Damsels in distress suponía una visión anclada en el pasado y demodé de la vida universitaria americana, Radnor tiene un prisma también nostálgico, como dando a entender que cualquier tiempo pasado fue mejor y, por consiguiente, que la Universidad, la vida estudiantil, fue la mejor época de su vida. Con una mirada a medio camino entre Beautiful Girls, de Johnatan Demme, y Young Adult, de Jason Reitman, Radnor nos propone una vuelta al campus, a la juventud a partir del desencanto de la vida adulta y de las reticencias a afrontar la madurez y la vida adulta con todos los sacrificios y problemas que ella conlleva.

Especialmente brillantes están las dos féminas del relato: Elisabeth Olsen y Allison Jenney, mucho más lúcidas y más chispeantes en su manera de entender la vida que sus desorientados partenaires masculinos, que pierden el norte con un sentido de la existencia muy anclado en el pasado y en los sinsabores del presente.

Así pues, el film, con una apariencia de comedia ligera nos está haciendo pensar sobre algo más profundo como es la profunda insatisfacción del ser humano, abocado al pasado, incapaz de afrontar el presente y mucho menos, el futuro.

JR PALOMAR.-

Pie de foto: Josh Radnor y Elisabeth Olsen, dos maneras de afrontar la etapa muniversitaria y la vida en general.

RADIOGRAFÍA DE LAS RELACIONES HUMANAS ENTRE URBANITAS DE CLASE MEDIA

RADIOGRAFÍA DE LAS RELACIONES HUMANAS ENTRE URBANITAS DE CLASE MEDIA

Una pistola en cada mano, de Cesc Gay, vuelve sobre el tema recurrente en la filmografía del director de En la ciudad: las relaciones personales y la siempre difícil relación entre hombres y mujeres. Todo ello con un reparto coral espectacular, que reúne lo bueno y mejor del cine español (y argentino): Leonardo Sbaraglia, Eduard Fernández, Javier Cámara, Clara Segura, Ricardo Darín, Luís Tosar, Candela Peña, Eduardo Noriega, Leonor Watling, Alberto San Juan, Jordi Mollá y Cayetana Guillén-Cuervo. 

Con Barcelona como telón de fondo, la trama se divide en seis historias en las que interaccionan distintos personajes: dos amigos que se reencuentran, uno con depresión y el otro abandonado por su mujer y con la economía resentida; dos ex con distintas visiones sobre el futuro de su relación; un "cornudo" que espía a su mujer para acabar dialogando con su amante; dos compañeros de trabajo que "aparentemente" van a tener un lío y dos parejas que se encuentran con el marido del otro y de la otra para acabarse de confesar sus intimidades. 

Todas estas historias tienen un denominador común: ser una radiografía de los hombres y mujeres de treitaitantos a cuarentaitantos años. Son seres que viven su felicidad e infelicidad, que pasan por las distintas fases de las relaciones amorosas (el engaño, la ruptura, la pérdida, el ligue, las dificultades de la intimidad en pareja...) enfrentándose con humor, con resignación, con patetismo o con ilusión a las distintas pruebas que les pone la vida.

Son tiempos difíciles, tiempos de crisis en los que los protagonistas hacen frente, mediante la palabra, en diálogos muy chispeantes a la vez que reveladores, conciliadores e íntimos, a la cotidianidad de las relaciones. En esta radiografía son los hombres quien salen peor parados que las mujeres, a menudo con más recursos y más inteligencia emocional para hacer frente a los avatares de la vida en pareja.

Así pues, Cesc Gay conjuga estas seis historias con un guión elaborado y unos intérpretes que aportan solvencia y credibilidad a un relato que busca la empatía con el espectador quien, en alguna de las situaciones planteadas seguro que se siente cercano. Para interesados en la complejidad de las relaciones humanas entre urbanitas de clase media.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Luis Tosar, Javier Cámara y Alberto San Juan, confusos y desorientados. 

SEÑORITAS DE OTRA ÉPOCA

SEÑORITAS DE OTRA ÉPOCA

Whit Stillman vuelve tras 13 años de ausencia. Su último film fue allá 1998, The Last Days of Disco. El director de Barcelona y Metropolis reaparece con una comedia extraña y pasada de moda: Damsels in distress, una pequeña rareza indie protagonizada por Greta Gerwin (A Roma con amor).

La trama se ambienta en una universidad de la costa Este de EEUU, donde unas cuantas estudiantes forman un grupo de ayuda para prevenir suicidios. Mientras tanto, la protagonista empieza a tener problemas con su novio...

La película resulta un tanto excéntrica para los tiempos que vivimos, al carecer del ritmo y la factura habitual en este tipo de producciones destinados a un público femenino y con ansias de romanticismo. Su título, también demodé, responde muy bien a lo que nos va a deparar esta película de amigas universitarias que son más damiselas de gran corazón y buenas samaritanas que estudiantes alocadas.

En algún punto, puede recordarnos vagamente al cine de Wes Anderson o incluso al de Woody Allen, aunque es más deudora de aquella rareza que encumbró a Alicia Silverstone, Crueless (Fuera de Onda). Aunque, eso sí, encontramos todos los rituales típicos y tópicos del mundo universitario que retrata, de manera tan excéntrica.

Así pues, estamos frente a una película para paladares pintorescos, el no tratarse de la típica rom-com hollywoodiense, ni siquiera por el tema ni por la evolución de sus personajes principales, que interesará a aquellos que se quedaron anclados en un pasado coleccionando rarezas cinéfilas. Recomendada para señoritas amantes de otras épocas.

JR PALOMAR.-

Pie de foto: Estas damiselas universitarias aprenderán con el valor de la amistad a hacer frente a todas las dificultades

EL PODRIDO SISTEMA ECONÓMICO GLOBAL

EL PODRIDO SISTEMA ECONÓMICO GLOBAL

El capital es la nueva película de Costa-Gavras, un apasionante thriller dramático de rabiosa actualidad, basado en la novela de un analista financiero, Stephane Osmont, que nos narra el ascenso en el mundo económico global de un director de banco, Marc Tourneuil (interpretado con brío y competencia por el actor cómico Gad Elmaleh), designado como "hombre de paja", que acabará dando la vuelta a su situación, gracias a una inusitada habilidad para los negocios y para las relaciones humanas. 

La película es el apasionante relato de la escalada profesional de un business man, Tourneuil, autoimpuesto como director de Fénix, el Banco Europeo más poderoso, las presiones de compra que sufre por parte de un Banco Americano,a sí como las turbulencias internas de sus más allegados.

En esta subida descubrimos los perversos mecanismos de la salvaje economía actual: asistimos a los recortes de plantilla para mejorar enormemente la rendibilidad, a los movimientos de ficha para intentar no ser absorbidos, al auge de la banca y de los productos financieros tóxicos, etc. Todo ello, explicado de manera amena, didáctica y sin tecnicismos, incluso alguien que no está acostumbrado a la terminología financiera, seguirá con relativa facilidad la trama, estando atentos en todo momento a ella. 

La historia es muy envolvente, pues en todo momento, el espectador se haya atrapado y sumergido en la espiral de este protagonista potente frente a un adversario no menos impactante: el del tiburón financiero americano interpretado como siempre con maestría por Gabriel Byrne.

Además de la historia financiera, paralelamente se abren algunas subtramas de relaciones personales de Tourneiuil con su esposa, con una top model por la que se sentirá irremediablemente fascinado y con una competente colega que trabaja en la filial londinense del banco. De estas tres subtramas, la más innecesaria es la de la modelo, aunque quizás sirve para comprender mejor que la ambición y la voracidad de este personaje no tiene límites en ninguna esfera -ni en la personal ni en la profesional-.

La cinta, que guarda algunos paralelismos con Margin Call, de J.C.Chadnor es superior, pues se mueve como pez en al agua por los distintos escenarios de la economia global actual y cada una de sus frases son sentencias que dicen verdades como puñales: el sistema está corrompido desde dentro y la manzana ha podrido la economía a nivel planetario. Una evidencia peligrosa, tanto como las perversas y hábiles manipulaciones de su protagonista. Una película tan absorbente, como entretenida, tan trepidante como necesaria. 

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Marc Tourneuil, ambicioso business man que cambiará su situación.

MASACRE POLICIAL INCONTROLADA

MASACRE POLICIAL INCONTROLADA

Díaz, no limpiéis esta sangre, de Daniel Vicari, parte de un suceso real. En 2001 en la reunión de la cumbre del G8 en Génova, un grupo de 300 personas, entre estudiantes que protestaban y periodistas que cubrían la noticia se hacinaron en el colegio Díaz para hacer fuerza. Sin agredirlos, la carga policial que recibieron fue brutal. Según Amnistía Internacional, esta masacre constituyó la peor supresión de los Derechos Humanos desde la Segunda Guerra Mundial. Por ello, no es de extrañar que haya sido carne de denuncia en forma de película, una cinta que se llevó el Premio del Público en la Seminci de Valladolid.

La cinta, que combina imagen real documental de los sangrientos acontecimientos y ficción, pretende denunciar la fatídica e injustificada represión y la desproporcionada reacción policial. Para ello, el director se sirve de un reparto eminentemente italiano, entre los que destacan Claudio Santamaria (Romanzo Criminale) y Elio Germano (Mi hermano es hijo único).

La gran baza de este thriller con base real es la minuciosa reconstrucción de los hechos desde distintos puntos de vista para ir destacando las diferentes perspectivas de todos y cada uno de los grupos involucrados en el suceso. Además, recoge entrevistas a testimonios reales, con base de documental, para hacer hablar a cada una de las partes implicadas. 

En contra tiene que, para retratar esta "carnicería", el director no escatima en violencia y sangre, lo que acaba produciendo una sensación muy desagradable, entre saturación y rechazo por parte del espectador, pues las escenas violentas muy realistas, hay desnudos, vejaciones y momentos de gran crudeza visual. No en vano, el resultado de la masacre real fue de un manifestante muerto a causa de un disparo en el rostro, otros tantos en coma y varios centenares salvajemente heridos. En 2010 se condenaron a 13 policias involucrados a penas de prisión. 

Así pues, estamos ante una película denuncia, no apta para estómagos sensibles, que pretende recordar una de las mayores e injustificadas masacres de civiles en pleno siglo XXI.

JR PALOMAR.-

Pie de foto: La brutal represión policial del G8 en Génova produjo una sangría de manifestantes.

EL PODER DE LA LIBERTAD

EL PODER DE LA LIBERTAD

Más allá de las cárceles terrenales aún perviven las prisiones de la imaginación, todo lo que limita la maravillosa semilla de la libertad. Viajando con Shakespeare, los hermanos Taviani presentan una contundente llamada a la necesidad de reconstruir la pasión de vivir.

Tal vez otro mundo es posible, sí, incluso para los desesperados, para quienes han perdido el pie y se han precipitado al vacío. Con un estilo directo pero claramente humanista, los directores de Padre Padrone nos sacuden de nuestra siesta intelectual, con una docuficción que llama al renacer, a la revolución íntima y libertaria frente a los muros que nos cercan. Respirar, sobreponerse es todo, cara a cara con la vida. Shakespeare y su Julio César son el cuaderno de bitácora para correr por los raíles de un mundo claustrofóbico que se ahoga en su narcisismo y en la falta clamorosa de solidaridad. A orillas del melancólico Tiber, con la herencia de Rosellini, allá donde De Sica y Fellini dejaron su huella, los Taviani exploran el alma para vaciarla de impurezas y tensiones.La cárcel es el escenario sobre el escenario.

Ejercicio teatral de Fabio Cavalli con los reclusos que, entre acentos sicilianos, napolitanos y sones dialectales de un idioma tensamente emotivo, expulsan sus demonios, ponen el corazón sobre la mesa. Casio, Bruto, César se mueven con total naturalidad en la telaraña que también es nuestra cárcel de cristal, las cuatro paredes que nos empalan y saben a agujero negro.Pero, como señala el recluso que incorpora a Casio, el contacto con el arte siembra perfumes de libertad, algo más allá ahora convertido en desasosiego, porque a la vuelta de la experiencia teatral siempre está la puerta cerrada.

Que nadie vea en esta aventurada propuesta de los Taviani un reclamo existencialista, es, sin duda alguna, una bofetada a la apatía, el recuerdo de lo mejor y lo peor que nos habita.Capacidad para sentir porque somos pensamiento,palabra alada, emoción y, por tanto, ilusión o la sensación agobiante de morir en vida cuando perdemos la conexión con lo afectivo y nos convertimos en juguetes del destino.

Todo el engreimiento se diluye en la imagen del ser noqueado, perdido sin brújula de ilusión. El blanco y negro nos devuelve a la tradición documental y el contrapunto del color habla de un mundo paralelo en la escena. Será posible como sugiere Shakespeare que la vida cansada de barreras mundanales se autolibere. Hay una estrella, tal vez el renacer, respiración del Universo que en la cárcel de Rebbibia se adivina ante tanta desesperación.Rompamos la tela de araña, seamos libres en la imaginación y el pensamiento.Será la mejor alfombra voladora para sortear el discurso apocalípticos.

CARLOS VILLARRUBIA.-

Pie de foto: El pensamiento les hará libres.

DISCAPACITADOS CON DERECHO AL SEXO

DISCAPACITADOS CON DERECHO AL SEXO

Un año después, llega a la cartelera la flamante ganadora de la Espiga de Oro y el Premio del Público en la Seminci vallisoletana: la belga Hasta la vista!, de Geoffrey Enthoven, una comedia dramática protagonizada por tres jóvenes discapacitados que quieren cumplir un sueño: viajar hasta Punta de Mar (España) para acudir a un burdel y así poder perder la virginidad. Cuando digo comedia dramática, voy a tener que matizar un poco, quizás sería más acertado drama con toques cómicos. Ahora os daremos nuestras razones.

La trama es sencilla, sigue el periplo en forma de road-movie de Philip, un tetrapléjico (Robretch Vander Thoren) y sus dos amigos, Lars (Gilles De Schrijver), un joven paralítico gravemente enfermo y Josef, un discapacitado visual (que no completamente ciego), Tom Audenaeart hasta que consiguen irse de viaje solos en completa libertad para cumplir su sueño y demostrar al mundo, a sus familias y a ellos mismos que son capaces de lograrlo.

Estos tres jóvenes son humanos, con sus defectos y virtudes, pero el espectador les acaba congiendo cariño, se ve inevitablemente implicado en su historia y en sus circunstancias personales. La película tiene momentos de comedia muy graciosa, combinados con otros más crueles y amargos pues, en este viaje, no sólo se pondrá a prueba cómo superar las barreras de su discapacidad física, sinó también su amistad.

Lo mejor es comprobar cómo Hasta la vista! pretende romper tabúes y reírse de estos tres jóvenes, así como ofrecernos una subtrama romántica muy tierna. Lo peor seguramente es que, conforme avanza la cinta, te das cuenta de que algo malo va a suceder, cada vez se masca más el drama y el giro final -no demasiado necesario, desde mi punto de vista- te deja con un mal sabor de boca y bastante malhumorado, pues te cortan de un plumazo todas las espectativas creadas en una película francamente esperanzadora, alegre y positiva. Y no os explico más, pues sólo conviene advertir al público que éste no es una película filmada ni guionizada por por Albert Espinosa, aunque podría parecerlo por el tema que trata y por algunas situaciones planteadas.

Estamos ante una propuesta que busca gustar, conectar con el espectador normalizando a unas personas que, aunque estén discapacitadas, buscan vivir experiencias habituales para gente joven, disfrutando de la amistad, el amor y el sexo.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Philip, Lars y Tom en el viaje más importante de sus vidas.

UNA RECETA CINEMATOGRÁFICA MUY SABROSA

UNA RECETA CINEMATOGRÁFICA MUY SABROSA

El pasado 16 de Noviembre se reestreno El festín de Babette remasterizada con motivo de su 25 aniversario. Es una bella noticia que un trabajo que siempre ha sido un referente, tanto para los profesionales del cine como para los cinéfilos, se pueda ver otra vez en la gran pantalla haciéndonos soñar más de veinte años después de su éxito. Tal vez es la mejor manera de volver a acercar algo que siempre ha estado ahí y que ni siquiera el polvo de las modas ha podido ensuciar. 

Esta obra es una adaptación de un cuento de Karen Blixen escrito en la década de los cincuenta y es un clásico del cine nórdico porque mezcla lo fantástico con la realidad buscando siempre los sabores de la comida entre su celuloide; cuando nos zambullimos en ella nos metemos en un universo paralelo a éste en el que vivimos; el universo de está película huele a buenos sentimientos en un ambiente muy cerrado.

Sus dos personajes principales son dos ancianas (Martine y Philippa) hijas solteras de un pastor de la iglesia que se niegan a cambiar sus hábitos de costumbre, cada día es igual que el anterior… Han caído en una monotonía difícil de romper hasta que llega Babette para revolucionarles a base de gastronomía. Con el tiempo, esas mujeres descubrem que todos sus días sobre la Tierra han sido espirituales y apáticos a la vez porque nunca pudieron ser independientes dejando escapar incluso a sus amores; pero para todo hay una segunda oportunidad y ésa les llega cuando aparece en sus vidas la cocinera Babette.

En esta película respiramos su atmósfera cargada siempre de unos personajes que deambulan en pleno siglo XIX como si fuese una realidad mágica que camina lejos de este mundo; y así descubrimos que estamos en una historia que no hay ni buenos ni malos, sinó gente con sus inseguridades que luchan para hacerles frente.

La comida es la excusa para conocer la primera película del Nuevo Cine nórdico porque El festín de Babette”puede ser un punto y aparte para la gente que no está acostumbrada, a este tipo de discursos europeos del Séptimo Arte, se adentren para comprender su cultura; así podemos ver paisajes de la Dinamarca profunda de la Era romántica en poco más de una hora y media. Esta cinta de los 80 no pasa de moda porque el tema que trata es universal y pasa de generación en generación sin hacer apenas ruido.

La gente que ha degustado este filme y sale de las salas de cine mira la vida con otros ojos porque lo que acaban de ver les da esperanza en el futuro y ven sus mayores problemas con otros ojos. Este puede ser el mayor éxito de está obra y por eso no va a caer en el olvido tan fácil. Puede que pase el tiempo y el festín de Babette no tenga ningún arañazo ni se haya oxidado porque los arquetipos que aparecen en está película son simples y las situaciones que refleja sean para todos los públicos.

Así pues, El festín de Babette, de 1987 dirigida por Gabriel Axel, sigue siendo, pasados veinticinco años de su estreno, una receta cinematográfica muy sabrosa.

JORGE GIRBAU BUSTOS.-

Pie de foto: Una receta culinaria que continua siendo para paladares exquisitos tras 25 años.

EL BUEN SABOR DE UN WHISKY AÑEJO EN LA MEJOR COMPAÑÍA

EL BUEN SABOR DE UN WHISKY AÑEJO EN LA MEJOR COMPAÑÍA

La parte de los Ángeles (Angel´s Share) es la nueva película de Ken Loach, una comedia agridulce con trasfondo social, escrita por su guionista habitual, Paul Laverty y con un reparto coral, en el que destacan su protagonista, el debutante Paul Branningham, como Robbie, y John Hensham (Buscando a Eric) como Harry, el jefe de los trabajos a la comunidad que realiza y que será que más le ayude a seguir adelante. 

La trama es sencilla: Robbie estuvo condenado por pegar una paliza a un joven en una reyerta y ha de cumplir servicios sociales a la comunidad. Robbie acaba de tener un bebé con su novia Leonie y sigue con problemas en el barrio que ya vienen de lejos y que no puede solucionar. Un día con el grupo de servicios sociales visitan una destilería de whisky y, a partir de ahí, él comienza a aficionarse y a ver una posible salida a su situación. Y hasta ahí podemos contar.

La cinta se estructura en dos partes: en la primera es un retrato social del protagonista y, por ende, de la situación social de Gran Bretaña. En ésta conocemos a Robbie, a su familia, sus problemas endémicos con la violencia y al grupo de servicios a la comunidad. En la segunda parte, cuando Robbie va a Edimburgo a hacer la primera cata y posteriormente, el periplo hasta la siguiente, donde se desencadenan los acontecimientos, vemos la progresiva evolución de un personaje que no quiere seguir emborrachándose y malgastando su vida, sinó que quiere cambiar, ser un buen padre y conseguir un trabajo, en definitiva, poder tener una vida normal.

La primera parte es, en general, bastante más dramática y reflexiva, en la cual se explica y se desarrolla el conflicto social y personal de este hombre y sus circunstancias. En cambio, la segunda, tiene momentos más cómicos -debido a los curiosos compañeros de servicios sociales que acompañan a nuestro protagonista- y el ritmo se agiliza, hay más acción y más dinamismo, incluso desde la misma banda sonora que, con el pegadizo tema "I gonna be (500 miles), de The Proclaimers, ayuda al rápido desarrollo de los acontecimientos.

La verdad es que la trama acusa de una cierta previsibilidad, pues el espectador en muchos momentos se avanza a la historia para comprobar más tarde que realmente sucede lo que había pensado. Aunque esta previsibilidad no ha de ser vista como algo nagativo, al contrario, la gracia está en saber qué tiene que pasar, pero sorprenderse en cómo se va a desarrollar realmente.

Hay momentos muy buenos y detalles de gran humanidad que no desvelaremos que la convierten en una comedia dramática muy por encima de la media. Para irse del cine con una sonrisa en el rostro habiendo visto una película sencilla, amable y, en definitiva, tan imperfecta como las personas, pero que deja el buen sabor de un whisky añejo paladeado en la mejor de las compañías.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Robbie y sus curiosos compañeros de viaje hacia la cata "más peligrosa" y accidentada de sus vidas.

EXTRAÑA, FASCINANTE Y SUGERENTE HOLY MOTORS

EXTRAÑA, FASCINANTE Y SUGERENTE HOLY MOTORS

Holy Motors, de Léos Carax (Los amantes de Pont Neuf, Chico conoce a Chica) es tan extraña, fascinante, surrealista, inconexa, difícilmente explicable que engancha desde sus primeras imágenes hasta sus últimos fotogramas. Ya vista en el festival de Cannes, donde se fue de vacío, es una película que polarizará al público, no existe término medio: o se adora o se aborrece. Es una de las experiencias más sensoriales del año y merecedora del premio a la mejor película en el Festival de Sitges 2012.

Muchos de sus fotogramas encierran una obra de arte en sí mismos, esta sugerente fascinación hace que el espectador se sienta en muchos momentos descolocado, perdido, sin saber hacia dónde va el relato. La multiplicidad de historias que vive su protagonista sacian la necesidad de todo ser humano de querer que le cuenten historias. El público siente que se abra ante él la posibilidad de transitar por vidas infinitas, de emocionarse con cada uno de los pequeños fragmentos de existencia, de vivir cada instante como si de toda una vida se tratase, como si cada minuto fuese el último, como si la Eternidad pudise palparse, sentirse, soñarse...

Así pues, no estamos ante una película sencilla ni de narrativa convencional, sinó que, para disfrutarla como merece, requiere ir con la mente en blanco, como si se tratase del primer film que uno va a ver en su vida. La trama es la siguiente: Monsieur Oscar (un estupendo Denis Lavant, actor fetiche de Carax) recorre con limusiona blanca y chófer las calles de la siempre fascinante París, de una cita a otra, es mendigo, hombre del futuro, ajustador de cuentas, moribundo, hombre que recuerda su pasado, etc y, todo ello, viviendo existencias múltiples dentro de una misma vida.

La imprevisibilidad, el azar y el destino tendrán mucho que ver en el periplo real, o tal vez soñado, -¿o se trata simplemente de cine dentro del cine?- de este extraño ser en uno de los días más completos de su existencia. Estamos ante una película abierta a múltiples y variadas interpretaciones, tantas como espectadores miran y opinan sobre ésta.

De poco diálogo y muchas referencias filosófico-existenciales, la cinta es una sugerente sucesión de imágenes que se quedan grabadas en la retina, muchas de ellas provocarán extrañeza en el expectador, e incluso hay algunos pasajes divertidos por ser demasiado surrealistas. No queremos contaros mucho para no desvelaros la magia y la sorpresa, pero os diremos que la casi mística aparición de Eva Mendes y sobre todo, el momento musical mágico y sobrecogedor de Kyle Minigue son de las que no se olvidan con facilidad, sinó todo lo contrario.

Conviene pues, ir libre de todo prejuicio y dejarse llevar por un torrente de sensaciones que van del vacío existencial hasta la magia y el misterio de la propia existencia humana.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Eva Mendes y Denis Lavant, extraños compañeros de viaje.

EL PODER DE LA ESCRITURA Y DE LA IMAGINACIÓN

EL PODER DE LA ESCRITURA Y DE LA IMAGINACIÓN

En la casa (Dans la maison), desde el mismo momento en que la vi, se ha convertido en mi película favorita de su director, François Ozon. La trama, envolvente desde el primer fotograma hasta el último, rezuma inteligencia y respira aroma de buen cine. Aunque sí que es cierto que algunos la podrían acusar de manipular al espectador, de hacerle tomar partido en el perverso e intrigante juego que propone el profesor de literatura Germaine y su alumno Claude.

Pero, desde mi punto de vista, la historia, en la que se mezclan hábilmente fantasía y realidad, imaginación y cotidianeidad, está tan bien trabada, que consigue ganarse la complicidad del espectador y no lo suelta, atrapándolo en una tela de araña absorbente, en el que el drama, la comedia y el thriller se mezclan de manera sabia.

Además, nos habla de la relación paterno-filial que se establece entre alumno y profesor y sobre la unidad de una familia de clase media, la cual puede verse alterada y amenazada con la presencia de un agente extraño, Claude, el compañero de clase y profesor particular de mates del hijo, Rapha. Claude es un chico tímido, que siempre se sienta en la última fila de la clase, con un don para la escritura y una endiablada imaginación.

Sutil, como la mirada de Emmanuelle Segnier, provocadora, como los ojos del joven Claude (qué gran descubrimiento es ese perversamente atractivo Claude, que compone Ernst Umhauer, que recuerda la versión joven de Benoît Magimel) y curiosa, como la actitud de Germain (un Fabrice Luchini que vuelve a demostrar una vez más sus tablas), el film es una deliciosa metáfora sobre el poder de la escritura y de la imaginación.

Así pues, Ozon vuelve sobre un tema que le fascina e impregna muchas de sus obras anteriores: el de la manipulación de la realidad a través de la escritura. Pues ya lo tocó en la también perturbadora, aunque más imperfecta Swimming Pool con Charlotte Rampling, como escritora en busca de inspiración y Ludivine Sagnier, como objeto de dicha inspiración. También vuelve al inquietante juego de la realidad y la ficción, que nos sometió en Ocho mujeres, una cinta en la que volvía a mezclar con habilidad thriller (a lo Agatha Christie en Diez negritos), drama y comedia, en este caso musical. 

A diferencia de las dos películas anteriormente citadas, Dans la maison es redonda. Una obra maestra, que funciona como un mecanismo de relojería. No hay nada que sobre ni que falta, pues el guión es milimétrico y los actores están impresionantes, desde los ya citados hasta Kristin Scott-Thomas, como Jeanne, la esposa del profesor, galerista de arte e insatisfecha vital.

Cuando François Ozon se acerca a Claude Chabrol y nos describe ese magnético e irrefrenable encanto que siente Claude por la mujer de clase media burguesa, es realmente excepcional. También son perturbadores sus giros al más puro Hithckock -con homenaje incluído a La ventana indiscreta-.

Su ritmo adecuado, la banda sonora de Philip Rombi, a ratos inquietante, ayudan a crear una atmósfera incómoda en muchos momentos, que obliga al público a querer saber más, al igual que le pasa a Germain con el fascinante relato de su alumno Claude Garcia. En este juego entre realidad y ficción, el espectador se hace cómplice del vouyerismo de los personajes y la necesidad de ver más, de conocer más y de saciar su curiosidad. Películas como ésta hacen que el placer del buen cine, de la buena literatura y del buen arte se multiplique.

Así pues, estamos ante una incuestionable muestra de cine, un ejercicio de estilo, inteligentemente narrado e interpretado con brío, basado en la obra teatral El chico de la última fila, del español Juan Mayorga. Muy recomendable siempre que uno quiera dejarse manipular a placer por el encanto de un relato incisivo, irónico y fascinante. Estupenda Concha de Oro y premio al mejor guión en el festival de San Sebastián. Sería un delito perdérsela, pues estamos ante la mejor película europea del año. Especialmente indicada para aquellos que sientan pasión en el arte de narrar historias y/o para los que reciban placer al escucharlas (o leerlas).

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Germain, inmiscuyéndose en la historia de fascinación de Claude con Esther, la madre de su mejor amigo.

LAS ÍNFULAS SUPERFICIALES DE LA FAMA INSTANTÁNEA

LAS ÍNFULAS SUPERFICIALES DE LA FAMA INSTANTÁNEA

Reality es la nueva película de Matteo Garrone después de Gomorra. Sólo presenta dos aspectos en común con su anterior cinta de 2008: las dos se alzaron con el Grand Prix del Jurado en el Festival de Cannes y ambas están ambientadas en el sur de Italia, un escenario donde el director romano se mueve como pez en el agua.

Si en Gomorra, Garrone adaptaba la controvertida obra de Roberto Saviano,donde se analizaban los mecanismos de la mafia napolitana, a través un mosaico de historias y personajes, aquí la trama centra su punto de vista en un único personaje. Se trata de Luciano, que borda con convicción por el debutante Aniello Arena, que, en la vida real no proviene del mundo de la interpretación, sinó de la cárcel, pues este hombre está condenado a cadena perpetua por asesinar a dos personas en 1991 cumpliendo órdenes de la Camorra.

Pero aquí Arena no encarna a un convicto ni es uno de los personajes que pululaban por Gomorra, sinó que interpreta a un humilde pescatero napolitano, casado y con tres hijos quien ambiciona una vida mejor y, por ello, se presenta a los castings del Gran Hermano italiano.

Así pues, la película comienza con mucho brío en la boda bastante kitsch con toques de comedia alla italiana y, poco a poco, va derivando hacia el drama, a medida que el personaje va enloqueciendo, con la obsesión de que todo lo que hace es registrado y observado por los organizadores de casting del archiconocido reality y que vive, sin rendirse en ningún momento y con unas ansias enfermizas, esta necesidad de cumplir su sueño de fama y éxito.

El director se sirve de este personaje normal con reacciones un tanto extremas para hacer una crítica feroz al mundo de los famosos instantáneos, que se sirven sólo de salir por la tele para luego contruir una carrera "artificial" y fulgurante en los medios, asistiendo a eventos y viviendo "de la sopa boba", como queda reflejado en el personaje de Enzo (Raffaelle Ferrante). 

La realización es enérgica y nerviosa, a menudo utilizando la cámara al hombro para hacer que la historia sea cada vez más subjetiva, solución técnica algo discutible por ser un poco mareante. No obstante, la trama se sigue con bastante interés, por el buen hacer del protagonista y por un guión bastante ocurrente         -aunque repetitivo en algunas escenas-, con algunos giros inesperados y con un final discutible, pero merecido. Una película notable que interesará a todos aquellos sociólogos de las ínfulas superficiales de la fama moderna.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Luciano quiere cumplir su sueño a toda costa.

TRAS LAS HUELLAS DE LA PERSONA AMADA

TRAS LAS HUELLAS DE LA PERSONA AMADA

Buscando a Eimish es la ópera prima de Ana Rodríguez Rosell, que ganó el premio Signis en el Festival de Málaga y los premios al mejor actor para Óscar Jaenada y a la mejor dirección en el Evolution Film Festival de Mallorca.

La trama es sencilla: un día Emish (preciosa Manuela Vallés) se va de casa dejando a Lucas (contenido Óscar Jaenada) sumido en una depresión, por lo que sale a buscarla para que regrese con él, en su camino en Berlín y en Borghetto (Italia) se encontará personas claves que le ayudarán a entender más a su amada. 

A pesar de que el título de la cinta nos remite al de Persiguiendo a Amy, de Kevin Smith, esta cinta posee un regusto más melancólico que cómico -pues en ningún momento hay una apuesta por la comedia-, sinó que la trama sigue el penoso periplo de Lucas paralalamente al de su novia Eimish.

Con un tono dramático-nostálgico similar a la de Bon appétit, de David Pinillos o Deliciosa Martha, de Sandra Nattelbeck, aunque sin chefs ni recetas culinarias de por medio, la cinta pretende hacernos reflexionar sobre importantes temas personales y sentimentales. Por ejemplo, sobre el universo de la pareja, las cosas importantes en la vida, a través de la pérdida del ser amado. Asimismo, la cinta está impregnada de las huellas que dejan algunas personas en la vida de uno y la dificultad de olvidar a quien más amas, a quien no te ha querido como merecías o a quien más daño te ha causado. 

El reparto está especialmente acertado, en especial brillan Manuela Vellés, en un rol lleno de contradicciones y Jan Cornet en un rol un tanto depresivo (quien nos recuerda a un joven Brad Pitt). También es curioso el parecido físico entre Emma Suárez -un personaje breve, pero decisivo- y Manuela Vellés. 

Otro punto fuerte es la bella y delicada banda sonora, muy melancólica como todo el tono de la película, a cargo de Antonio Escobar con temas como Things we almost had, de Alondra Bentley, cantado por la propia Manuela Vellés.

A pesar de que la película está llena de imprefecciones y de algunos tiempos de cadencia bastante lenta, se sigue con interés, gracias al buen hacer de sus actores y a algunos momentos mágicos del relato. Recomendable para aquellas personas que busquen una respuesta emocional a las reacciones de las personas amadas.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Eimish y Roberto, dos amigos compartiendo un doloroso pasado.