SIN ESPERANZAS
Se han hecho varias versiones de Grandes Esperanzas, la obra literaria de Charles Dickens, a lo largo de la historia, pero no vamos en repasarlas ni a explicaros una trama ya conocida, pues ya lo hará nuestro especial, sinó a analizar qué aporta de nuevo (o no) esta nueva adaptación de Mike Newell.
El conflicto amoroso entre los personajes Pip, el niño pobre, con ansias de convertirse en un caballero respetable y el de Estella, la dama objeto de sus anhelos, en este caso, está bastante desaprovechado y no revierte demasiado interés. Jeremy Irvine y Hollyday Grainger -en un rol muy esquemático y estereotipado- no aportan la tensión dramática y romántica necesarias y nos dejan bastante fríos, pues a su relación le falta emoción, tanto implícita como explícita. Realmente, sus destinos, tal y como se nos relata a lo largo de la trama, apenas van a suscitar ningún sentimiento en el público.
A Mike Newell le vuelve a pasar como con la adaptación de la novela de Gabriel García Márquez, Amar en tiempos del cólera. Allí, al igual que en ésta, partía de un más que notable material literario, pero, en ambos casos no ha sido capaz de hacer una adaptación vibrante, dinámica y que enganche a las nuevas generaciones, sinó que, en su lugar, ha planteado una cinta larga, lenta y, en muchos momentos, demasiado aburrida y sin gran interés para el espectador.
La ambientación de época y la fotografía son correctas, sin llegar a ser excepcionales y la banda sonora, tampoco es apasionante, tal y como correspondería a una producción de la BBC. Entonces, ¿qué es lo mejor de esta película? Sin duda, son dos de sus personajes secundarios. Por una parte, Helena Bonham Carter, la excéntrica Miss Havinsham, que ejerce de madre de la protagonista, una especie de "novia cadáver", que vive ahogada con las penas amorosas de un pasado que fue cruel para ella, y que intentará por todos los medios de evitar el sufrimiento amoroso a Estella. Por otra, Ralph Fiennes, Magwitch, un extraño benefactor, un hombre que a amasado fortuna en el Nuevo Mundo, mientras que se siente vacío por dentro haber perdido aquello que más quería y quiere suplir sus carencias afectivas "apadrinando desde la sombra" a Pip, el joven protagonista.
Así pues, el espectador amante de las adaptaciones literarias dramático-románticas que se acerque con "grandes esperanzas" a ver esta nueva versión puede salir bastante decepcionado, pues no hay nada en ella que sea suficientemente inspirado y atractivo para perdurar. A mí, como mínimo, me ha parecido una adaptación mecánica, fría y sin alma. Una verdadera lástima.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: El pequeño Pip y Miss Havinsham, aprendiendo sobre la vida.
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