LA ALEGRIA DEL NO
No, de Pablo Larraín, supone la puesta en escena del referéndum que se celebró en Chile en 1988 para ratificar al dictador Augusto Pinochet en el poder. La película tuvo una gran acogida en la Quincena de Realizadores de Cannes,así como en la pasada edición del Festival de San Sebastián y competirá al Oscar por Chile como mejor película extranjera junto a Kon-Tiki, War Witch, A Royal Affaire y Amour.
El director se sirve de un memorable Gael García Bernal como protagonista para documentar el devenir de la campaña mediática en contra del régimen. El personaje de Gael es René, un exitoso publicista producto del neoliberalismo chileno quien por convicciones personales decide hacerse cargo de la campaña a favor del "no" a Pinochet y a su Gobierno.
La tarea de René no es fácil, pues tendrá que vencer las dificultades interpuestas por su entorno profesional y tampoco se lo pondrá fácil su cliente, la heterogénea oposición a la dictadura. Por si fuera poco para René, también tendrá cargar sobre sus espaldas con su desestructurado matrimonio. A pesar de todo René llevará a cabo su labor, haciendo concesiones, pero inquebrantable en su convicción.
Usando cámaras de la época e imágenes de archivo, la cinta adquiere tono de documental y de crónica de los acontecimientos muy atractiva y pedagógica que consigue que el espectador de sumerja en la historia y vaya con los sus protagonistas en su travesía. En ésta, nos encontraremos con un compañero de viaje inesperado en forma de pegadiza melodía con formato de jingle publicitario: Chile, la alegría ya viene. Efectivo y divertido a partes iguales.
A pesar que haya algunas pinceladas de humor absurdo y socarrón, la película es un drama. No hay que olvidar el dolor causado en Chile durante casi dos décadas. Es por ello que sorprende cómo la cura para el dolor no es el resentimiento ni la venganza, es la alegría: cantar la alegría del No.
DAVID PALOMAR RUBIO.-
Pie de foto: Chile...la alegría ya viene!!!
0 comentarios