CONFLICTO PALESTINO-ISRAELÍ: ¿ES POSIBLE UN ROMANCE?
Una botella en el mar de Gaza (Une bouiteille à la mer), de Thierry Binisti, es una bonita historia entre dos jóvenes, que nos pretende situar en el conflicto palestino-israelí a partir del año 2007.
Tal (Agathe Bonitzer) es una estudiante francesa que vive con sus padres en Israel y ve cómo es el día a día de terror en Tel-Aviv y decide tirar una botella al mar con un montón de preguntas en el aire. A 73 km vive Naim (Mahmud Shalaby), un joven palestino, que la encontrará y comenzará a chatear con ella sobre la situación que viven en Gaza y, a la vez, irá forjando su propio destino enmedio de tan adversas circunstancias políticas.
La trama nos quiere ofrecer los dos puntos de vista de un mismo conflicto: el de los israelís y el de los palestinos, intentando no tomar partido, aunque al final decante la balanza inevitablemente hacia una de las dos facciones.
La historia de amistad se ve algo dañada por el hecho de dónde vive cada uno y por a favor de quién toman partido, aunque la fuerza de los sentimientos y el ímpetu por decubrir más el uno del otro, irá transformando su relación en un incipiente romance a distancia, bastante imposible.
Aunque la película muestra el horror de la guerra y las diferencias entre la manera de vivir a un lado o al otro del conflicto, también explorala naturaleza de los sentimientos de dos jóvenes que sienten la fuerza del primer amor. Por ello, y a medida que avanza la historia, el espectador sufre, se identifica y se ve cada vez más atrapado por la espiral de acontecimientos que nos narra. El final, aunque con alguna concesión algo hollywoodiense, es un canto a la esperanza, a que, al final todo es posible si el esfuerzo individual y la suerte corren a favor de la persona.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Tal, una adolescente en Tel- Aviv en búsqueda de comprender aquello qué sucede.
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