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DRIVE TO NOWHERE

DRIVE TO NOWHERE

Hay películas que están destinadas a convertirse en films de culto, sobrepasar la barrera de lo bueno y convertirse en extraordinarias. Pensaba que éste sería el caso de Drive, de Nicolas Winding-Refn, una cinta que ha levantado gran expectación allá donde se ha proyectado y que ganó, nada más y nada menos, que el premio al mejor director en el festival de Cannes.

¿Cuál es el problema de Drive? Su principal handicap es su intención de hacer un film independiente vestido de película para todos los públicos, cosa que no es en absoluto.

A la cinta le cuesta bastante arrancar, es demasiado lenta y esteticista y cuando lo hace, explota de manera muy precipitada, como si quisiera compensar al espectador por la larga espera para saber por dónde se va a dirigir la trama.

Si que es cierto que hay elementos que me gustan y mucho, su fotografía, su banda sonora a cargo de Cliff Martínez -autor de la reciente Contagio- son magníficas, de lo mejor que he visto y escuchado últimamente. Aunque pueda sonar tópico, cuando lo que más recuerdas de una película son sus elementos estéticos y sonoros, algo realmente falla.

Su protagonista también es excelente. Ryan Gosling, ataviado con una chaqueta dorada con un escorpión en la espalda -que se va a convertir en una indumentaria mítica de la historia del cine- y con un palillo perenne en a boca, compone a la perfección un personaje sin nombre. Este hombre es un especialista de cine de acción -por ello, nos esperábamos escenas de acción y persecuciones de coches a la altura de las circunstancias-. Es un ser misterioso, no se sabe de dónde viene -aunque intuyes mucha turbiedad en sus actos pasados- ni a dónde va exactamente. Sólo se define cuando busca la redención a través del amor. Este personaje, lacónico en palabras y en gestos, podría recordarnos a un joven Clint Eastwood cuando rodaba spaghetti westerns o al Steve McQueen de Bullit o La huída, aunque tampoco está tan alejado del Charles Bronson en El justiciero de la noche por su contundente y violenta manera de actuar.

La película pasa de momentos típicos y lugares comunes del cine indie americano a escenas de una brutalidad y violencia impactantes. En este sentido, cabe decir que la cinta va de menos a más. Pero este in-crecescendo narrativo me deja, a menudo, un poco fría y vacía, me decepciona, pues me falta algo que me compense tanta brutalidad. El amor entre la pareja protagonista no es suficiente para redondear una buena película que, por otro lado, está predestinada a convertirse para muchos en un film de culto, ya con su mítica frase: "What did you do? I drive". 

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Ryan Gosling con su mítica chaqueta dorada, a punto de pasar a la acción.

2 comentarios

Sonia -

Gracias por tu comentario, Beñat!

Visto así tienes bastante razón. Drive es polémica, suscita muchas lecturas, genera muchas sensaciones contradictorias. Pero la película es así, entusiasma a algunos y aborrece a otros, pero no deja a nadie indiferente porque es capaz de trascender por muchos motivos, esencialmente artísticos y estéticos.

Beñat -

Mi amigo después de ver Drive me dijo que era una basura y que no tenía nada de especial. Y pienso que seguramente tenga razón. Pero el cine está más allá de la razón y aunque la historia en sí parezca simple y predecible, a mí al menos me entusiasmó. Aunque los ingredientes sean los de siempre (escenas espectaculares, acción y violencia, un héroe trágico) la mezcla es explosiva. Al fin y al cabo como dijo el propio Ryan Gosling cuando llevó a Winding Refn a su hotel en su coche: “Es una película sobre un tío solitario que conduce su coche mientras escucha música pop”. La historia es lo de menos. Como afirma Lynch lo importante es generar sensaciones en el espectador. Y como tal Drive es una obra maestra.