EL CAOS Y LA CONFUSIÓN QUE REINA EN NUESTRAS VIDAS
En 1998, Tony Kaye nos sorprendió gratamente con la cruda y contundente American History X, la película sobre los neo-nazis en EEUU que consagró a Edward Norton como uno de los actores más excepcionales de su generación. Después, la filmografía de Kaye ha sido un tanto errática y poco memorable. Ahora nos llega El profesor (Detachement), que pretende recuperar al mejor Adrien Brody (Oscar por El pianista, de Roman Polanski) que últimamente no ha estado muy acertado en sus elecciones (con la excepción de Midnight in Paris, de Woody Allen).
La trama gira alrededor de Henry, un profesor sustituto en un conflictivo instituto de EEUU, donde reina la violencia física y verbal entre los alumnos y en el que los profesores se sienten tan perdidos, desorientados y deprimidos ante tal pasotismo y situación que parece no tener salida. Paralelamente a su vida en el instituto, Henry tiene que lidiar en los últimos días de su abuelo enfermo y con la consciencia intranquila tras la muerte de su madre. Además, conoce a Erica, una joven prostituta, violada y apaleada por los hombres y por la vida, a la que intenta ayuda alojándola en su apartamento.
La película trata varios temas, en primer lugar la dificultad de educar a unos alumnos poco interesados en las clases y más en pasarlo bien, ligar y no respetarse unos a otros (ni en definitiva, con la pérdida de respeto a sí mismos). En las clases, el profesor intenta inculcarles un poco de disciplina y de autoconfianza en sí mismos. En cuanto al tema educativo se refiere, el film va un poco más allá que Half Nelson, de Ryan Fleck, y la reciente Profesor Lazhar, de Philippe Falardeau.
En segundo lugar, pretende explicarnos cómo este profesor, con el caos, la tristeza y la confusión instalados en su propia vida, se siente solo y encuentra en la compañía de una putilla adolescente aquellos instantes dónde puede sentirse él mismo, en la que, desde mi punto de vista, es la subtrama más interesante de la cinta.
También detaca su cast impresionante y realmente muy logrado: James Caan (un viejo profesor cínico y de vuelta de todo), Blythe Danner, Bryan Cranston (también en Argo), Marcia Gay Harden, Christina Hendricks, Lucy Liu, Tim Blake Nelson. Especial atención a las jóvenes Sami Gayle -que interpreta a la putilla- y Betty Kaye (hija del director del fim), como la alumna fotógrafa y acomplejada Meredith, dos de las revelaciones de la película.
Realizada con nervio, algunas escenas son desagradables, crudas y muy discutibles, parece que Kaye quiere dejar noqueado al espectador, tanto visual como verbalmente. En varios momentos es incómoda y siniestra, en otros peca de trascendencia e ínfulas de existencialismo, un existencialismo abocado a la nada nietzcheana. En definitiva,es un film de digestión lenta y difícil, no apta para los estómagos más delicados ni las consciencias más sensible, que no dejará a nadie indiferente. No obstante, si el espectador es valiente, puede salir muy enriquecido de la experiencia.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: La relación entre Erica y Henry, de lo mejor del film.
0 comentarios