REVISIÓN DE UN CUENTO AMBIENTADO EN LA ESPAÑA CAÑÍ
Blancanieves, de Pablo Berger, ha sido la candidata escogida para representar a España en los Oscar. Ya el año pasado, una película muda y en blanco y negro por la que nadie apostaba se llevó el gato al agua consiguiendo Oscars y premios a su actor principal por allí donde pasaba.
¿Repetirá esta Blancanieves en B/N y muda, ambientada en la Sevilla de los toros y el flamenco de los años 20 la misma suerte? No lo sabemos. Lo que sí hemos apreciado la riqueza de sus imágenes, la belleza de su fotografía, la potencia de su trágica banda sonora, al ritmo del pesar de la triste historia de Carmencita, desde antes de salir del vientre de su madre hasta después de triunfar como torera junto a sus enanitos.
Las actrices están fabulosas: desde una Maribel Verdú como atractiva, arribista y ambiciosa Encarna, la madrastra de Carmen, Blancanieves, que parece nacida para este papel, hasta una Ángela Molina muy sentida y unas expresivas Sofía Oria (como niña) y Macarena García (como la jovencita Blancanieves).Todas ellas están a puntito de caramelo para repartirse en distintas categorías el premio a la mejor actriz sea principal, secundaria o revelación, respectivamente (para las Blancanieves).
Los referentes cinéfilas de Berger van desde La Pasión de Juana de Arco de Dreyer hasta Ciudadano Kane de Orson Welles, pasando por Rebeca de Hitchcock. Aunque todo ello bañado con sangre, sudor y lágrimas de la España más cañí, con sus toreros, plazas de toros, trajes de luces, flamenco, etc.
Las apariciones de los enanitos y de un gallo muy hermoso animan un poco esta tragedia griega en varios episodios: la triste historia de Carmencita convertida por obra y gracia del toreo en Blancanieves. También existen otras múltiples referencias en la trama, que son los cuentos, no sólo el de Blancanieves, con la protagonista, su malvada madrastra y los siete enanitos, sinó el de Pulgarcito o incluso el de la Bella Durmiente.
En definitiva, un cuento extraño y explicado a la antigua usanza que, a pesar de su innegable belleza, poderío visual y el excelente trabajo de todo el reparto, en especial de sus actrices, carece de algo esencial en toda tragedia: la falta de emoción. Lo siento, por lo menos, a mí no me ha conmovido como esperaba.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Maribel Verdú, nacida para ser la madrastra de Blancanieves.
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