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HUMANOS Y HONESTOS, ANTE TODO

HUMANOS Y HONESTOS, ANTE TODO

Somos gente honrada es la ópera prima de Alejandro Marzoa, una película, presentada en la pasada edición del Festival de Málaga, que se inscribe en una de las tendencias del cine español actual que es la creación de una comedia dramática muy humana, partiendo de un hecho de la realidad social, para ver cómo un factor externo desencadenante puede llegar a trastocar no sólo a unas personas, sinó también a familias enteras.

Si hace un par de años, Cinco metros cuadrados, de Max Lemcke, nos habló de los efectos devastadores de la especulación immobiliaria, rompiendo los sueños de una pareja; en esta ocasión, en Somos gente honrada se parte de un hallazgo casual por parte de dos amigos de mediana edad, Suso y Manuel, que encuentran un alijo de 10 kilos de cocaina en la playa de A Coruña, para poner en marcha los mecanismos que pueden hacer sacar lo mejor y lo peor del ser humano. 

Paco Tous (Suso) y Miguel de Lira (Manuel) componen, con total humanidad y honestidad, a dos personajes castigados por la actual crisis económica y que ven, en esa droga, la panacea para solucionar todos sus problemas. En el caso de Suso, es un padre de familia con una mujer (también notable, Marisol Membrillo) que es una gran cocinera y un hijo que sólo sueña con ir de viaje de final de curso a Palma de Mallorca (Manuel Lozano, el niño de La lengua de las mariposas, de José Luís Cuerda, que se ha hecho mayor). Referente a Manuel, es un trabajador de una agencia immobiliaria, quien, tras una década, no ha superado la muerte de su esposa, a pesar de tener el respaldo de un hijo pequeño y de una hija mayor (algo desaprovechada, Manuela Vellés) y su yerno (Unax Ugalde), un policia que no resultará ser lo que parece a simple vista. 

El alijo de droga es el pretexto para poner sobre la mesa una historia que se mueve como pez en el agua entre la comedia sencilla y eficaz -a veces patética, pero siempre muy sensible-,y el drama familiar y social, con toques de amargura, en la que el espectador se siente cercano a los personajes. Muy especialmente próximo a los dos protagonistas porque, a pesar de sus imperfecciones y de sus dudas, son dos personas de carne y hueso, cuya bondad, amistad y sentido de la familia, es mucho más fuerte que cualquier otra circunstancia externa. Una película altamente recomendable. Ha sido una grata sorpresa descubrirla. 

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Los dos amigos se plantean qué hacer con 10 kilos de cocaina.

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