CON AROMA DE COMEDIA CLÁSICA
Regis Roinsard ha realizado en su ópera prima, Populaire, un nostálgico homenaje a las deliciosas comedias de los años 50 con Doris Day y Rock Hudson. Narra la bonita historia de Rose Pamphyle (Déborah Françoise), una jovencita, bella e inocente chica de provincias que comienza de cero como secretaria en el despacho de Louis Échart (Romain Duris), un hombre que descubrirá todo su potencial con la mecanografía, inscribiéndola a los más variados concursos para convertirla en la reina de la máquina de escribir.
Una historia con muchas similitudes al mito de Pigmalión y, por consiguiente, a My fair lady, de George Cuckor, pues en esta ocasión, la joven también es instruida con ahínco y dedicación por un hombre culto, más mayor y que ve en ella un potencial escondido, pero latente y llamativo.
La película se estructura como una comedia clásica, aunque eso sí, el director sabe imprimirle el ritmo necesario para no aburrir y que el ascenso y las aspiraciones de esta chica se sigan con creciente interés. Incluso hay escenas que nos recuerdan a duelos de western, sobre todo, por lo que se refiere a las rivalidades en los concursos de mecanografía. Además, destaca una cuidada recreación de la época, con el vestuario y la ambientación, así como una fotografía en colores pastel, que nos sitúa en la trama.
Un punto fuerte es la complicidad y la química entre François y Duris, elemento primordial para conseguir que el film sea encantador, alegre, melodramático, romántico y haga las delicias de los espectadores. Tampoco nos podemos olvidar del buen trabajo de Bérénice Béjo en un papel secundario, pero decisivo en la trama.
Así pues, quien busque recuperar el sabor de las comedias de antaño, ésta es una buena ocasión para celebrar la inocencia de aquellas películas, tramas y situaciones, que, para los más nostálgicos, aún siguen teniendo vigencia en la actualidad.
SONIA BARROSO.-
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