¡UNA DE GÁNGSTERS!
El cine de gángsters fue uno de los últimos géneros en nacer en la gran pantalla para un público que reclamaba héroes de carne y hueso en la época de la prohibición; así nacieron los tipos duros y sin escrúpulos que hacen todo lo posible por delinquir.Un reflejo de una parte de la historia donde las mafias eran dueñas de las calles de las décadas de los 20 y 30 del siglo XX a la sombra de la Ley Seca.
El cine dedicado a los gángsters generalmente está asociado con el cine negro estadounidense, ya que tiene más similitudes que diferencias debido a la atmósfera, los personajes, los diálogos e incluso la banda sonora. Pero este género de hombres fríos y calculadores y femmes fatales ha sufrido algunos cambios que le han hecho renacer en casi todas las décadas del celuloide, convirtiéndose en algo eterno que ha pasado de espectador en espectador desde que existe el cine.
El 8 de Febrero se estrena una nueva mirada de este género: Gangster Squad (2012) con Sean Penn haciendo del mafioso Mickey Cohen. Esto me da pie para recuperar tres películas dentro de este género, donde podemos darnos cuenta del avance del séptimo arte y en la manera en que trataban a estos individuos a lo largo de las décadas del siglo pasado.
HAMPA DORADA
Empezamos este especial recorrido por la primera película que se rodó sobre gángsters al cien por cien: Hampa dorada (1930) de Mervyn LeRoy que significó el comienzo de un tipo de cine más implicado con su sociedad. Las películas estaban alcanzando su madurez estética porque las cintas habladas comenzaban a ser una realidad; los actores y actrices sabían hablar y ya no gesticulaban para expresarse: algo malo porque cuando desapareció la mímica se esfumó una parte importante del lenguaje cinematográfico, pero con esta revolución tecnológica trabajos como Hampa dorada llegaron a ser una nueva tendencia en la joven cultura de la imagen ¡Por fin el cine era igual que su público!
Esta obra basada en un libro de W. R. Burnett trata del ascenso y de la caída del gángster Cesar Rico Bandarello, interpretado por Edward G. Robinson, que dio vida a lo largo de su carrera a infinidad de matones. En aquel tiempo en que se estrenó la película, el público que iba a verla se vio identificado con este delincuente y hubo un milagro porque sintieron más empatía con Rico que con la justicia de aquella América de la prohibición. Así que este trabajo, de los primeros tiempos del cine sonoro, fue un punto de inflexión para la joven industria del entretenimiento.
La razón para degustar Hampa dorada posiblemente sea que se realizó en los años en que el gangsterismo era noticia en la vida de los Estados Unidos. El personaje de Rico trata de ser una caricatura de Al Capone, la estrella de la delincuencia de la época gloriosa de los fuera de la ley; pero no sólo eso, su guión calca magistralmente lo que pensaba el pueblo en una etapa difícil para la primera potencia mundial: En ella también se puede oler lo que provoco el crack del 29, el hambre, las casas de acogida, los mendigos dibujando un cuadro muy realista de la época.
En los cines esta película, que no llega a la hora y media de duración, se respiraba como algo totalmente diferente a lo que se hacía sin darse cuenta nadie había nacido, casi por equivocación del destino, el cine de gángsters; pero faltaba ahora educarlo para una sociedad hambrienta de historias de su tiempo. En el futuro, el espíritu de Rico caminaría siempre de la mano de ese género y esa época. Algunos cineastas recurrieron a las sombras que dejaron los gángsters de la edad de oro para hacer más valiosas sus filmografías.
BONNIE Y CLYDE
No fue hasta 30 años después cuando los gángsters se hicieron adultos en la gran pantalla con Bonnie y Clyde (1967), película del reivindicativo y luchador Arthur Penn. En ésta vemos con mucha claridad a hombres y mujeres intentando sobrevivir en la época del colapso económico, comparado con la libertad espiritual de los años 60 del siglo pasado. Un momento histórido en el que el mundo también estaba en pleno proceso de cambio y con altibajos (la guerra de Vietnam, etc ). Tal vez el cineasta quiso dar fuerzas al movimiento hippie contando una historia de proscritos que terminaron siendo el prototipo del gángsters de aquel momento.
La gente nuevamente se sintió identificada con la pareja protagonista: Bonnie Parker, interpretada por Faye Dunaway, y Clyde Barrow, al que da vida Warren Beatty. Estos Robin Hood modernos que asaltaron comercios y bancos a principios de los años 30 fueron asesinados en un tiroteo en mayo de 1934; así que otra vez nos encontramos con los héroes malparados; así pues, los cinéfilos de los 60 conocieron a una pareja de atracadores que eran un símbolo para el cambio.
Si nos paramos a observar podemos darnos cuenta que estos protagonistas no son los típicos gángsters, aunque sí tienen algunas similitudes. Esta producción se enmarca en este género porque dio un salto de gigante al acercarse el cine francés de la Nouvelle Vague al cine de Hollywood. En el plano visual, Bonnie y Clyde es innovador por las secuencias explícitamente sangrientas a la que el público se enfrentó.
Era una película diferente, un experimento para atraer al público porque vemos la atmósfera de lo histórico y parece que en el rollo de celuloide hayan robado (como los protagonistas) el espíritu de la gente humilde que lucha por salir adelante en una sociedad definitivamente injusta y, por eso Bonnie y Clyde, sigue siendo un retrato de actualidad en un suceso ocurrido hace más de 70 años.
L.A. CONFIDENTIAL
Otro cambio en este género se produjo con: L.A. Confidential (1997), adaptación de una novela de James Ellroy, que nos acerca a otra perspectiva más de nuestro tiempo, pero ambientada en la década de los 50 del siglo XX. Este trabajo, que no pasó desapercibido en su día gracias a su reparto de estrellas (Kevin Spacey, Rusell Crowe, Guy Pearce, Kim Basinger) y a su fascinante trama, no deja de encandilar años después de su estreno. Además, hace un merecido homenaje al Hollywood de los primeros años donde los actores eran dioses para la gran mayoría del público. Pero lo verdaderamente interesante es que en ella aparecen mezclados todo tipo de arquetipos, cada uno distinto, que dibujan pizquitas de una intensa claridad que atrae más aún convirtiéndola en una joya del séptimo arte.
Trata de tres agentes de policías de distinto carácter a la hora de hacer su trabajo que se ven obligados a trabajar juntos para resolver un caso de crímenes en Los Ángeles; a partir de ahí hay subtramas que hacen más rica la película llevándola a un final totalmente inesperado. ¿Quién será el criminal?
En el plano técnico es muy innovadora porque recrea el ambiente de la época dorada del cine donde el color, la fisonomía del ambiente y el dialogo, que tenían algo de otra galaxia casi celestial; todo está más que medido porque no hay ninguna grieta en su secuencia de imágenes ni en su milimétrico guión. Pero L. A. Confidential es más que una película de cine negro y de gángsters porque trata de acercarse a los medios de comunicación y critica, en especial, a la prensa rosa representada por una revista de cotilleo que se mezcla en la historia casi sin descanso.
Para terminar con está analítica hay que decir que ésta supuso un cambio en la estructura del cine dedicado a los gángsters y un prodigioso acercamiento al cine con mayúsculas de las primeras luces del cine negro, tal vez el trabajo más valiente y respetado de estos últimos años donde se mezclan criminales con hombres de la justicia Un noir clásico contemporáneo que debería ser recordado y visionado en todos los textos sobre este tipo de trabajos cinematográficos.
No sé adonde llegará este género porque el alma del gángster subyace en la corrupción del ser humano y sirve para magnificar nuestras faltas espirituales; por esa razón, esta forma de contar historias, con estos individuos que tienen algo de nosotros mezclado con su tiempo, son tan recurrentes para los directores de cine aún en la actualidad.
Así pues, el cine de gángsters saca a la luz nuestras sombras escondidas y nuestro lado indeseable en películas en las cuáles su meta es denunciar su propia historia. Reflejan aquello que más odiamos para vernos a nosotros mismos en un gigantesco espejo.
JORGE GIRBAU BUSTOS.-
Pie de foto: L.A. Confidential, un excelente noir convertido en clásico contemporáneo.
0 comentarios