EL HONRADO ABRAHAM
¿Por qué es tan importante el honrado Abraham para la cinematografía? Hasta este momento a Lincoln se le menciona o se le ve en más de 200 películas, y algunas de ellas son clásicos del cine; pero si retrocedemos hasta el tiempo en el que vivió descubriremos porque es tan recurrente para los directores de cine.
Abraham Lincoln (1809 –1865) llegó a ser el décimosexto presidente de los EEUU y tal vez el más admirado para unos, y el más maldecido para otro por abolir la esclavitud de su país; todo esto es muy conocido por el gran público pero nunca nos podremos meter en su mente cuando decidió actuar para conseguir un mundo mejor.
Ahora que he acercado este personaje histórico a mis lectores; tengo que mencionar la película de Steven Spielberg, sobre los últimos años de vida de Lincoln. Con Daniel Day-Lewis en el papel principal, y que se estrena en España el 18 de Enero. Como pretexto voy a analizar dos filmes que reflejan como era su verdadero carácter.
La primera de ellas es, quizás el Lincoln cinematográfico mejor logrado hasta la fecha, por su carácter humano aunque con algunas inexactitudes históricas, Abraham Lincoln, (1930) una de las dos únicas películas sonoras de David W Griffith, en la que podemos ver todas y cada una de las pequeñas manías de este gran hombre; pero también nos enseña los hechos que marcaron su vida (privados y públicos) y que da pie a un colosal mito que merece la pena revisar una y otra vez.
Griffith nos presenta así a Walter Huston en el papel del presidente en una interpretación soberbia, que enlaza a la perfección con la leyenda y con la historia verdadera creando así varios interrogantes y afirmaciones que el espectador se encarga de resolver o justificar según va avanzando la película hacia su final.
Pero con este discurso cinematográfico, que además fue la primera película totalmente hablada de su director, nos enseña el espíritu que desde tiempos de Lincoln no para de rondar su época, lo que llamamos hoy igualdad racial y nos obliga a eligir entre ser racista o no serlo; pese a que el propio Griffith fue acusado de este delito durante toda su vida.
Al final de esta obra nos enseña que no importa ser negro o blanco porque nuestra sangre es del mismo color aunque la historia parece repetirse una y otra vez pero con diferentes situaciones y problemas; y también nos damos cuenta que hay siempre personas valientes que tienen esa pizca de coraje que se necesita para cambiar la forma de vida y hacer de este planeta más habitable.
Es la 1,20h perfecta para conocer en profundidad a uno de los políticos más recordados de toda la Historia de la humanidad que entendió la política para mejorar la sociedad y para conseguirlo tuvo que defender sus ideales para que se hicieran realidad.
El Lincoln más recordado de la historia del cine tal vez sea el que interpretó Henry Fonda en: El joven Lincoln, (1939) de John Ford; este trabajo es original porque no cuenta los hechos históricos del presidente, sinço qie nos narra sus comienzos como abogado de los derechos de la gente humilde. De esta manera, esta película nos mete de lleno en la formación profesional y humana de nuestro protagonista en un ambiente de pobreza. El director de este filme consiguió contar en imágenes un suceso sin repercusiones universales pero que forjó a Lincoln en los ideales que algunas décadas después defendió como presidente.
En el plano técnico está impregnado de poesía, tanto en su fotografía como el argumento y los personajes, también es interesante porque podemos percibir aquello que marcó su vida presidencial antes de que ocurriera.Lo verdaderamente importante es que huye del patriotismo americano en un clima donde lo esencial era no olvidarse del lugar del mundo donde se desarrolla la injusticia que narra este clásico.
Dentro de la filmografía de Ford El joven Lincoln es una de sus obras menos conocidas. El buen cinéfilo siempre recordará a un Fonda trajeado en la piel de un Lincoln de 23 años que todavía está por descubrir su mundo y lo que puede aportar en él.
En conclusión, que para entender la figura de este hombre es una parada obligada degustar esta obra y saber de qué manera se formó una de las personalidades del siglo XIX.
Seguramente en un futuro habrá nuevas interpretaciones del honrado Abraham que sembrarán esa leyenda de político generoso y combativo y que serán, para el que lo quiera ver, una lección de cómo dedicarse a la política y no ser corrupto ni racista ni nada que se le parezca; tal vez el ejemplo de Abraham Lincoln sea el de una clase de personas de las que carecemos hoy en día en la política global y que seguramente harían de este presente un mundo mejor para toda la humanidad, porque enriquecerse de la política no es ser un buen político ¡Señores!.
JORGE GIRBAU BUSTOS.-
Pie de foto: Henry Fonda fue "El joven Lincoln".
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