VIDAS ON THE ROAD
Las películas road movie tuvieron su mayor apogeo con un libro del escritor Jack Kerouac titulado: En el camino (1957), en el que se cuenta las peripecias del viajero, por toda America, Sal Paradise buscando el sentido de la vida.
El cine rápidamente se fijó en esta obra literaria para crear un género que hasta aquel momento estaba algo disperso y muchos lectores quisieron seguir los pasos del protagonista haciendo el mismo trayecto de sus tres viajes. A partir de ese momento, se empezaron a llamar a los filmes sobre carretera road movie, quizás haciendo un homenaje a la obra cumbre de Jack Kerouac porque On the road se convirtió en la Bíblia de su generación y en una novela de continúa evolución.
El 19 de abril se estrenó en la gran pantalla la versión cinematográfica de: En el camino, un proyecto que ha costado tres décadas realizarlo y producido por Francis Ford Coppola, tal vez esta visión llegue a hacernos comprender como late el corazón de las road movies y, sobre todo, ejemplos que nos pueden dar para llegar a desafiarnos siendo un poco más aventureros en la carretera.
Por este acontecimiento cinematográfico, voy a aprovechar la oportunidad para sacar del olvido a tres producciones que cambiaron las películas de carretera en diferentes décadas. Viajando a través de ellas podemos darnos cuenta como veían la vida, cómo luchaban por avanzar interiormente y cómo soportaban las inclemencias de su viaje.
LAS UVAS DE LA IRA
Cuando John Ford realizó: Las uvas de la ira (1940) todavía no se habían inventado las road movie, pero ya se hacían películas sobre viajes por carretera y con ellas el cine descubrió cómo imaginar una tierra prometida; el mejor ejemplo de esta producción es una adaptación de la novela de John Steinbeck con el mismo nombre que narra la peregrinación de Estados Unidos por todo el país para encontrar trabajo después del colapso bursátil. Hoy en día cuando se habla de esta película se la trata de obra maestra del séptimo arte porque el mundo entero se estremeció cuando conoció esta historia. Aunque existen, aún en la actualidad, opiniones contradictorias tratando de analizar la riqueza del libro con la ternura (descafeinada) de la película. Puede que este hecho sea una realidad porque la novela es mucho más brillante en sabores, imágenes y narración, pero la versión cinematográfica no se queda atrás porque con ella el mundo conoció la cruel vida de su protagonista Tom Joad (Henry Fonda).
Así seguimos a la familia Joad en su viaje de Oklahoma hacia California buscando el bienestar, pero antes de llegar a su destino verán la pobreza y la miseria que ensombrece el país dibujando un retrato muy realista de lo que dejó el crack de Nueva York.
El objetivo acompaña también al hambre dando protagonismo a la comida y a las ropas raídas de sus protagonistas, el blanco y negro de este análisis de la época se complementa a la perfección con la obra literaria dando un resultado bastante bueno para el cine, aunque no es como la obra de Steinbeck porque se come algunos trozos importantes para entender mejor a la filosofía de la terrible historia.
Las uvas de la ira es una historia sobre personas que buscan en un mundo oscuro lo que han perdido por un desastre económico, narra lo que se puede llegar a hacer por subsistir aunque tiene trazos tristes es necesario conocerla para tener un poco más de alma porque aunque esté ambientada en unos años que ya los vemos lejanos, el hombre sigue teniendo los mismos sentimientos que tenía entonces.
En un tiempo de crisis (como el que estamos) hay que recordar que también hubo otra crisis gorda en el siglo XX y eso es lo que nos muestra esta obra maestra, que camina a través del tiempo sin erosionarse y prácticamente sin apenas envejecer; tal vez las road movies tengan el alma de este monumento de Ford y, es por esta razón ,que este film se puede considerar como un discurso emotivo y luchador sobre el celuloide de la carretera.
LOS CARADURAS
Los caraduras (1977) dirigida por Hal Needham y protagonizada por Burt Reynolds y Sally Field se convirtió en la película favorita de Hitchcock, según declaro él mismo en muchas ocasiones, pero esta loca comedia sobre trotamundos encierra mucho más en la hora y media de su metraje.
Bandit, el camionero (Burt Reynolds) representa el espíritu libre de la carretera que conoce todas las señales y que sabe acelerar cuando le conviene hacerlo; su sinopsis es fácil de contar: nuestro héroe recibe un trabajo peligroso (¡por aquel entonces!) recoger un camión de lleno cerveza y conducirla por todo el país hasta Atlanta en sólo dos días.
En su viaje se encuentra con varias pruebas que consigue superarlas hasta llegar a su destino final; ahí nos damos cuenta que la película tiene una estructura de guión básica que no deja al espectador levantarse de su asiento.
Los caraduras muestra con todo detalle la hipocresía y el interés que tenemos la gente por conseguir una parte del pastel, el protagonista es un pícaro de los de antaño condenado a vivir en una sociedad de la América salvaje y profunda llena de corrupción y también de mentira, por ese espacio deambula Bandit para despistar a un sheriff de Texas que le persigue con mucha obsesión, este hecho trata de reflejar lo que es el protagonista y el antagonista que se complementan en toda la historia.
Todo acompaña el compás de Los caraduras que no se sale de la credibilidad ni de la filmación ni un segundo, de su metraje realizando una clase magistral de lo que es una road movie, pero en contra tiene su ritmo a veces alocado y a veces despistado que lleva al público a lugares de la trama que no tienen nada que ver con lo que les pasa a los personajes; te evade de la realidad pero sin dejarla de lado.
En conclusión: Los caraduras merece estar en la memoria del buen cinéfilo porque creó un subgénero dentro de las películas de carretera. Con esta obra nació la filmografía dedicada a los sinvergüenzas como personajes que pueden cambiar la mentalidad del mundo por eso deberíamos tratar de identificar los estilos cinematográficos que se pueden crear dentro de estos filmes tan emocionantes como audaces.
Y TU MAMÁ TAMBIÉN
Y tu mamá también (2001), dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón, puede que sea la mejor road movies de los últimos 20 años, es un canto a la juventud y a la soledad del ser humano cuando se enfrenta con un paisaje totalmente distinto e inexplorado porque se juntan en este filme la vida con la muerte de los sentimientos.
Interpretada por los actores mexicanos Gael García Bernal y Diego Luna y la española Maribel Verdú en unos papeles que están hechos a medida de los intérpretes, no hay en ella ninguna grieta por el paso del tiempo porque sigue estando de actualidad; pero, es mucho más, de lo que se ve puede llegar ablandar los corazones de los espectadores por un conflicto de kilómetros a lo largo de México porque vemos cómo vive la gente y nos identificamos con su lenguaje, sus problemas, sus sueños…
Todo empieza cuando Julio (Gael García Bernal) y Tenoch (Diego Luna) conocen a Luisa (Maribel Verdú) deciden entre los tres hacer un viaje por todo el país (México) sin rumbo fijo para encontrarse a ellos mismos poniendo sobre la mesa su amistad, su sexualidad y su vida. En ese trayecto surgen los conflictos, los celos y el amor construyendo una obra de arte del celuloide muy difícil de olvidar y también complicada de darle la espalda.
En el plano técnico no hay nada que reprochar a Y tu mama también, porque parece que nosotros estamos dentro su vehículo en todo momento haciendo al espectador muy cercano a la tensión de los personajes por no conocerse a ellos mismos pero al final acaban madurando reconociéndose en los espejos; también los espectadores sufren al ver esta mutación dejando un gusto agridulce y nostálgico al terminar porque no deja de ser la auténtica road movie que puede enseñar cosas a las otras películas de este género universal.
He dado unas cuantas razones por la que se merece esta obra ser el mejor referente de las películas sobre carretera porque Alfonso Cuarón dio otro sentido algo más moderno y más valiente a este género y consiguió juntar en una misma sala a muchos caracteres de gente para ver una historia emocionante y tierna a partes iguales… Eso es lo que consiguió: Y tu mamá también… Un enorme referente para seguir explorando en las carencias de la vida.
Para terminar está analítica, voy a iniciar un viaje por las carreteras del cine para encontrar un destino todavía desconocido porque mañana este discurso de asfalto y paisajes seguirá su camino por las salas de cine dando al séptimo arte otras obras para sorprendernos.
JORGE GIRBAU BUSTOS.-
Pie de foto: Y tú mamá también, paradigma de la road movie contemporánea.
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Sonia -
Helena -