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BEAUTIFUL DOCS: LOS MEJORES DOCUMENTALES INTERNACIONALES

BEAUTIFUL DOCS: LOS MEJORES DOCUMENTALES INTERNACIONALES

La 54ª edición de Zinebi ha llegado a su fin. El sábado se proyectaron las películas ganadoras en el teatro Arriaga de Bilbao. Atomes de Arnaud Dufeys se ha alzado con el gran premio de la sección oficial otorgado por el jurado internacional compuesto por Khavn de la Cruz, Lina Alabed, Alan Griffin, Gracia Querejeta y Jon Mikel Euba. Pero quizá lo más destacable sea que Voice Over del realizador madrileño Martin Rosete y Bendito Machina IV de Jossie Malis siguen ganando premios allá por donde pasan. Hace menos de un mes se celebró la Semana de Cine Fantástico y de Terror en San Sebastián y Voice Over ganó el premio al mejor cortometraje y Bendito Machina IV obtuvo el Méliès de Plata al mejor cortometraje europeo. En esta ocasión Voice Over ha obtenido el gran premio del Cine Vasco junto a Los perfeccionistas de Tucker Dávila y el gran premio del Cine Español ha recaído en Bendito Machina IV.

Eso quiere decir que la calidad de estas producciones está garantizada. La cinta de Martin Rosete producido por Koldo Zuazua y escrito por Luiso Berdejo ha sido seleccionada para formar parte del catálogo Kimuak de este año y después de que se estrenara en un pase privado en el marco del festival de cine de San Sebastián se exhibirá en los festivales más importantes de todo el mundo. No sólo ha conseguido el reconocimiento de los festivales del País Vasco, sino que ha obtenido premios en Milán, Mónaco y New York.

SAURA Y CHÉREAU

Por otro lado, Carlos Saura y Patrice Chéreau han obtenido el Mikeldi de Honor en reconocimiento a toda su carrera. Pero está claro que ni el aragonés ni el francés piensan dejar de hacer cine por ahora y los dos autores están inmersos trabajando en sus respectivos proyectos. A sus 80 años, Saura comenzará en primavera a rodar su último trabajo que se titula Guernica 33 días y que contará con la participación de actores de renombre como Antonio Banderas y Gwyneth Paltrow. La película es un proyecto de la empresa bilbaína Idem4 y, por ello, se rodará en Bilbao y en la provincia de Bizkaia. Y se trata de un film que tiene como objetivo esclarecer las circunstancias y la motivación que llevaron a Picasso a pintar el emblemático cuadro que se ha convertido con el paso de los años en un icono contra la injusticia y la guerra.

Mientras tanto el polifacético Patrice Chéreau ha admitido que los productores de su país no olvidan la poca recaudación que consiguió en su día La reina Margot y por ello le han rechazado sus últimas dos propuestas. Chéreau se lamenta por la situación que vive el cine francés actual y piensa que el mito del cine galo ha llegado a su fin. El cine de género es más rentable que las películas de arte y ensayo y no hay duda de que los productores se decantan por el primero. Hoy en día es más difícil llevar a cabo una película personal y arriesgada que hacer cine de género. Sin embargo, una cosa es segura: Chéreau seguirá actuando, dirigiendo obras de teatro y óperas y escribiendo hasta que le llegue su oportunidad de volver a ponerse detrás de las cámaras.

En cuanto a los documentales este año se ha vuelto a rescatar la sección Beautiful Docs (que tiene asegurada la continuación en las próximas ediciones) que reúne las mejores obras que se han podido ver en festivales tan prestigiosos como Berlín o Sundance. Y en la sección Bertoko Begiradak se han estrenado los documentales de producción vasca más recientes.

BESTIAIRE Y WAVUMBA

Voy a pasar a comentar a continuación las dos películas que más me han impresionado. Bestiaire, del canadiense Denis Côté es un documental que bebe de la tradición conocida como cinéma vérité, es decir, la cámara tiene la obligación de capturar la realidad tal y como es. Está claro que toda realidad es construida y que el autor tiene un fin y unas intenciones concretas a la hora de coger la cámara, pero es verdad que aunque la objetividad sea imposible se pueda hacer un cine más honesto y comprometido. Côté quiere otro pacto con la realidad y por ello evita la narración y los personajes que se consideran características de la ficción. Como el famoso crítico Andre Bazin piensa que la técnica del montaje sólo hay que utilizarla cuando sea necesario. Es defensor de un cine de desnudamiento, que evite por toda costa los mecanismos de la ficción. El movimiento cinéma vérité surgió en los años cincuenta como respuesta a las películas de Hollywood. En opinión de los nuevos cineastas la ilusión y la fascinación que producían las películas clásicas americanas era una forma sutil de manipular la realidad y engañar a los espectadores, y por ello reivindicaban un cine que fuera más auténtico.

Bestiaire es una película muda, atípica y lenta. Nos muestra la cotidianeidad de los animales que viven en el parque Safari de Quebec y nos quiere hacer ver que los animales sufren como nosotros, ya que, les han privado de su libertad (y de su dignidad) y están presos en los campos de concentración de hoy en día. El canadiense no quiere adoctrinar al público y soltar su discurso, en vez de eso desea hacer un cine lo más objetivo que sea posible, un cine que sea testigo de la crueldad al que son sometidos continuamente. Un cine, claro está, que pueda acercarse lo más posible a la verdad y para ello retrata la cotidianeidad de esos animales. No hay un personaje central como en las películas convencionales y ello hace difícil que nos sintamos identificados con el relato. Es cierto que no estamos acostumbrados a este tipo de cine, pero aunque pueda ser aburrida y lenta, es un cine honesto y que tiene una estética muy definida. Aunque pueda ser paradójico en Bestiaire el ser humano es una especie que nos puede resultar extraña y ajena, y en cambio, los animales se nos muestran cercanos, aunque hayan perdido toda dignidad. Porque gracias a la empatía podemos sentir lo que el otro siente.

Wavumba el primer largo de Jeroen Van Velzen es una película fascinante y mágica. Nos invita a sumergirnos en un mundo de ensueño que tiene los días contados. Las bellas imágenes nos transportan a otra dimensión y durante el magnífico viaje quedan suspendidas las convenciones sociales a las cuales estamos sometidos los hijos de Occidente. Nos muestra una época donde la vida era mucho más apacible y a la vez arriesgada.

El cineasta quiere hacer un homenaje a África, esa tierra donde se esconden grandes tesoros e inimaginables historias. Van Velzen está enamorado de esa tierra y quiere reivindicar la dignidad de otras culturas. Hay muchas maneras de entender el mundo y por ello hay que defender la diversidad como si fuera un tesoro. Se trata de un relato que tiene como protagonista el último pescador de la tribu Wavumba de Kenya. La película muestra la cotidianeidad del viejo y de su joven ayudante. El viejo desea capturar un último tiburón antes de que llegue su hora, pero aunque su mente se mantenga lúcido su cuerpo está debilitado por el paso de los años. Sin embargo, los años no le han acobardado, ya que, no necesitan más que un bote pequeño para salir a pescar mar a dentro.

A menudo la ficción y el documental pasan a convertirse en uno solo, se fusionan en un solo cuerpo y Wavumba es un claro ejemplo de que el cine no entiende de categorías y de convenciones. A veces resulta sumamente complicado diferenciar la una de la otra y eso es lo que hace especial a esta obra. ¿Dónde termina la historia y comienza el mito? Es verdaderamente fascinante. La historia te atrapa en sus redes. Te cautiva con la sencilla y a la vez extraordinaria historia del viejo y el mar. 

BEÑAT EIZAGIRRE INDO.-

Pie de foto: Wavumba, un fascinante relato entre la ficción y el documental.

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