IRAK ME LASTRA EMOCIONALMENTE
Invasor supone el regreso del realizador vasco Daniel Calparsoro a la dirección después de siete años. Y lo hace con una historia muy ambiciosa, un thriller político-militar, basado en la novela de Fernando Marías y con un gran reparto, Alberto Ammann, Imma Cuesta, Karra Elejalde y Antonio de la Torre.
Un médico presencia una matanza en una misión accidentada al Irak y pierde parcialmente la memoria. De regreso a casa, algunas alucinaciones le producen confusión al respecto de lo que ocurrió hasta verlo más claro. A partir de entonces se plantea un dilema moral: qué debe decir al respecto? qué ha de callar? es lícito explicar la verdad o es mejor mantenerse en silencio? El conflicto entre el deber y el honor, entre salvaguardar la seguridad propia y familar o hacer lo que es correcto está muy presente en el protagonista, atormentándole y haciéndole sentir culpable.
Todas estas preguntas conforman una cinta que, pretende ir más allá del simple thriller y que tiene influencias claras de las películas de intriga de los años 70, como ya ocurría en Argo. También la trama puede recordarnos a los dilemas morales del sargento Brody de Homeland. Además, podría tener un correlato con la realidad con lo que ocurrió en la cárcel de Abu Ghraib. Asimismo, la pérdida de memoria del protagonista bebe de las fuentes de Jason Bourne en la trilogía interpretada por Matt Damon. Pero no nos equivoquemos, Invasor se inspira en Argo, en la saga Bourne y en Homeland, pero sólo es una inspiración, en realidad, no es tan acertada como sus referentes.
No obstante, y a pesar de que la película posee una impecable factura técnica y un reparto de campanillas que cumple con solidez su oficio, nos resulta demasiado ambiciosa. En el intento de explicar demasiadas cosas, de abarcar tantos aspectos, de querer ser tan profunda y a la vez tan liviana, tan compleja y a la vez tan esquemática (sólo hay que ver el extraño villano de Karra Elejalde), la película, que tiene un estupendo e interesante material de partida, va quedando coja de manera progresiva.
Invasor funciona bien como simple entretenimiento, pero a la hora de ir ahondando en la historia, el guión de Javier Gullón y Jorge Arenillas va haciendo aguas y cada vez nos resulta menos interesante y más opaco lo que nos pretende explicar. Resulta más pretenciosa y efectista que efectiva. Y no imaginamos lo que podría haber sido y no acaba de ser: una combinación impactante entre thriller político-militar y drama moral con un protagonista creíble y bien construído, a pesar de estar amnésico y poseer un gran sentimiento de culpa.
JR PALOMAR.-
Pie de foto: Alberto Ammann, un doctor lastrado por un dilema moral.
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