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UNA HISTORIA PARA SENTIRSE MEJOR PERSONA EN EL MUNDO

UNA HISTORIA PARA SENTIRSE MEJOR PERSONA EN EL MUNDO

La pequeña Venecia (Shun Li y El poeta), de Andrea Segre, es el debut en una película de ficción de este realizador que proviene del mundo del documental. Y lo hace con una historia sencilla, humana y conmovedora.

Shun Li (Tao Zhao -Naturaleza Muerta-) es una trabajadora china en Italia, primero hace de costurera en un taller de Roma y, posteriormente, es trasladada a Chioggia, un pueblo de pescadores de la Laguna de Venecia. Allí entablará una relación de amistad con uno de los viejos lobos de mar del lugar, Bepi (Rade Serberzija), yugoslavo de origen, pero italiano de adopción, con el que compartirán un pedacito de sus vidas, de sus anhelos, de sus esperanzas...

Es hermoso comprobar como, a menudo, es más importante lo que se intuye, que lo que se ve claramente, una mirada, un gesto de complicidad, un abrazo...la comunicación no verbal entre estos dos personajes, ambos extranjeros en Italia, aunque una lo sea más que el otro, es muy potente y auténtica. En ella, se sustenta toda la magia de esta sencilla y, a la vez, emotiva historia sobre la necesidad de comprensión entre oriente y occidente, entre dos culturas distintas, más allá de las diferencias culturales y generacionales. Una historia que nos habla de tú a tú de la importancia de la amistad, de la familia y del sentido de pertinencia a una comunidad, valores esenciales como individuos completos dentro de la sociedad.

Sensible, que no sensiblera, sin caer en la lágrima fácil, el espectador ha de hacer un esfuerzo por no emocionarse con estos dos seres solitarios en un mundo difícil, dos trabajadores que luchan día a día por llevar el pan a su mesa y por tratar de cumplir sus sueños, a menudo truncados por las circunstancias que los rodean. Hay soledad y tristeza, pero también magia y atisbos de esperanza en esta historia humana y universal, que hace que salgamos del cine un poco mejor personas de lo que entramos. Y es que uno se da cuenta de que la poesía es cada vez más necesaria en este mundo actual sin alma.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Bepi y Shun Li, el mundo necesita más poesía.

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