LA CONSPIRACIÓN: UN ALEGATO CONTRA LA INJUSTICIA
La conspiración, la nueva película de Robert Redford, nos sitúa en 1865, tras la Guerra de Secesión Americana, en el brutal asesinato del presidente Abraham Lincoln, su vicepresidente y su secretario de Estado de mano de uno grupo de rebeldes sureños.
La película comienza con un pequeño prólogo sobre el campo de batalla para seguir con una portentosa pero algo confusa secuencia en paralelo, a ritmo de thriller frenético, sobre la planificación y ejecución de dicho asesinato. Ya a continuación se centra en el proceso judicial contra Mary Surratt (una impecable Robin Wright), una de las acusadas, sólo por el hecho de ser la madre de John Surrat, uno de los presuntos conspiradores contra Lincoln.
Con una fotografía e iluminación muy especiales, que nos pretenden acercar a la época histórica, así como arrojar luz sobre los acontecimientos que rodearon al injusto juicio llevado a cabo por un tribunal militar contra Mary Surratt. La cinta se centra en los esfuerzos que lleva a cabo un joven abogado, capitán Unionista (interpretado con convicción por James McAvoy) para superar sus prejuicios contra su defendida y hacer todo lo posible para que tenga un proceso con plenas garantías legales y constitucionales.
Robert Redford nos plantea un feroz alegato contra la injusticia y la intolerancia (de los del norte frente a los del sur). Así como, realiza una crítica a la desproporcionada manera de calmar la sed de venganza de toda una Nación a través de la búsqueda de un "cabeza de turco", en este caso Mary Surratt, para cerrar las dolorosas heridas perpetradas por dicho asesinato.
Es cierto que, a partir de ahí, se pueden encontrar muchos paralelismo post 11-S con la situación actual de Estados Unidos y el modo furibundo de buscar y castigar a los culpables de dicha masacre.
Robert Redford se proclama un firme defensor de los derechos humanos de la persona que, en la cinta, han sido cruelment pisoteados por la todopoderosa Maquinaria del Estado. Además de abogar por el cumplimiento de la ley, las garantías de la obtención de un juicio justo y del respeto a la Constitución por encima de todo. En este sentido, la película consigue lo que se propone. Y si además, lo hace de modo entretenido, con un gran sentido del ritmo y consigue un cinéfilo homenaje a las películas judiciales de la década de los 70 y 80, estamos ante una gran película de mensaje político-social.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Defensor y defendida en la búsqueda de la verdad.
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