LA ALEGRE DIVORCIADA
Nancy Meyers se ha especializado en comedias elegantes cuyas protagonistas son mujeres de clase media alta, exitosas en su trabajo pero cuya vida amorosa es prácticamente inexistente. Este es el caso de Diane Keaton en Cuando menos te lo esperas o el de Meryl Streep en No es tan fácil, última incursión de esta actriz-todoterreno en la comedia, en la que cada vez parece sentirse más cómoda.
La historia se centra en las peripecias sexuales y sentimentales de Jane (Meryl Streep), que tiene una aventura con su ex-marido, Jake (Alec Baldwin), quien está casado con una joven explosiva, por la cuál abandonó a Jane y con la que tiene un hijo. A su vez, Jane conoce a un arquitecto (Steve Martin), que le va a proyectar la reforma de su casa, con el que entabla amistad.
La cinta sirve como espejo de los nuevos modelos de familia, la relación de padres divorciados con sus hijos y nos plantea la cuestión de dejar atrás el pasado y avanzar hacia adelante después de una ruptura sentimental. Ante esto, la cinta sugiere dos posibles vías: dejarse atrapar, de nuevo, por sentimientos que aún parecen anclados dentro de uno mismo, pero que permanecían silenciados; o pasar página y sumergirse en otra nueva relación. Todo ello, aderezado por situaciones de gran comicidad y otras, que invitan a la reflexión.
En definitiva, una película para pasarlo bien de manera inteligente. Porque la diversión no está reñida con la reflexión.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Meryl, entre dos hombres, Alec y Steve.
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