LENNON, EL COMIENZO DE UNA LEYENDA
De todos es sabido el clima familiar disfuncional que le tocó vivir al joven John Lennon. Entre su madre y su tía Mimi se crió el joven Beatle justo cuando Elvis sacudía el pentagrama y las masas con su caracterísco movimiento de pelvis.
Nowhere boy, de Sam Taylor-Wood, no es una película musical aunque hay música en ella y a ratos parece asomar el aire a tv-movie de sobremesa de domingo, pues a eso se dedicaba la directora antes de esta interesante propuesta. Para romper con ello hay algunas escenas paisajístico-poéticas tipo Iñárritu para entendernos.
La película es un drama en toda regla, hay que estar bien cuerdo para asumir a tan temprana edad los vaivenes de la vida que en ella se relatan y este es el tema principal de este relato del florecimiento de un genio que ha dado pie a una leyenda y en el que Paul McCartney tiene bastante que decir.
A cada segundo que pasa un tiene la sensación de descubrir junto con el protagonista los pasos que le llevaron a ser de un granujilla a un artista capaz de expresarse gracias a la poesía, un pentagrama y la influencia de las personas que le querían. Aunque al fin y al cabo, el quería ser como Elvis ¿lo fue?
DAVID PALOMAR.-
Pie de foto: Imagen promocional de la cinta.
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