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UN CUENTO PARA LOS MÁS PEQUEÑOS

UN CUENTO PARA LOS MÁS PEQUEÑOS

Bryan Singer está actualmente enfrascado en una película que todos los fans de X Men tenemos muchas ganas de ver: X Men, Days of future past, de la cuál cada día tenemos más y mejores noticias, acerca de su reparto y producción y que tiene aún lejana fecha de estreno: el 14 de julio de 2014. Antes de enfrascarse en la nueva aventura mutante, Singer parece haber querido relajarse con una historia totalmente distinta, la adaptación cinematográfica en 3D del popular cuento infantil, Jack y las habichuelas mágicas, que lleva por título, Jack el Cazagigantes.

Es muy fácil criticar una película por infantil, inocente y sencilla, pero en un mundo tan complejo emocional, personal y tecnológicamente es bueno celebrar una propuesta que puede presumir de ser totalmente blaca y apta para un público de lo más familiar.

Las aventuras medievales que nos propone Singer es un periplo a la antigua usanza, con aroma de los años 80, de Willow o de Legend, aunque un poco de cartón piedra, a pesar de sus múltiples y variados efectos visuales para reproducir a toda la troupe de malvados gigantes que amenazan el reino de Croister. Este reino está gobernado por un rey que confía la mano a su hija a un pérfido y ambicioso Sir Roderick (un sobreactuado Stanley Tucci); de Isabelle (Eleanor Tomlinson), su hija, una joven y bella princesa que sólo quiere vivir aventuras y casarse por amor y de caballeros más o menos fieles, como Elmont (Ewan McGregor), capitán de la guardia real. Jack, el agricultor (un cada vez más ascendente, Nicholas Hoult), se convertirá en el héroe inesperado de la historia, capaz de alterar el curso de los acontecimientos, a pesar de su torpeza inicial.

Con esta sencilla trama la película se estructura en introducción, nudo y desenlace, como toda historia que se precie, yendo claramente de menos a más. Hay momentos francamente jocosos (como los de las improvisadas "brochetas" que se cocinan los gigantes y algunas soluciones sencillas, como el método de despertar a un gigante), que reflejan la inocencia de una propuesta destinada a cautivar y a entretener a los más pequeños de la casa. Hay otros momentos de poderosa imaginería visual -pues la planta de las habichuelas y los propios gigantes están bastante bien logrados-, aunque es cierto que muchos otros aspectos del diseño de producción son bastante pobres. 

Por ello, para que un espectador adulto pueda entrar en ella, es preciso dejar los prejuicios a un lado y rescatar al niño que cada uno lleva en su corazón. Es una película por y para los peques de la casa, ellos sí van a disfrutar realmente de este cuento, hecho a caballo entre la artesanía narrrativa y la modernidad digital. 

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Jack, Elmond e Isabelle, los tres héroes de la historia medieval.

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