CLINT EASTWOOD DEMUESTRA SU GENIO Y FIGURA
Trouble with the Curve (Golpe de Efecto), es la nueva película del Clint Eastwood como actor, dándonos la sorpresa a todos sus fans, demostrando de nuevo su genio y figura, cuando nos pensábamos que iba a retirarse tras el testamento interpretativo de Gran Torino. En la dirección, el debut de Robert Lorenz, el socio de Eastwood en Malpaso y director de second unit en la mayoría de sus películas como director.
La trama es sencilla: Gus (Eastwood) es un ojeador de baseball que busca nuevos talentos en las ligas inferiores para las mayores, se hace viejo y,aparte de agriársele el caracter, se está quedando ciego. Su hija Mickey (Amy Adams), una prestigiosa y competente abogada, experta en baseball le ayudará en su último trabajo, que servirá para confrontarles o quién sabe si unirles más como padre e hija. Entre tanto, conocerán a Johnny (Justin Timberlake), un ex-jugador de baseball que trabaja de ojeador para al competencia.
La película, con el baseball como telón de fondo, y la búsqueda de un jugador completo que sepa tirar las curvas con efecto, es un notable drama familiar. Los conflictos generacionales y personales entre padre e hija, que quedarán revelados a lo largo del metraje, son más interesantes por un guión bien trabado, que deja paso a muchos toques de humor y algunas subtramas entretenidas -como la romántica- y unos actores en estado de gracia. Así pues, aparte de las relaciones familiares, de los problemas asociados a la vejez y de ineccesibilidad emocional en el comportamiento de algunos personajes, la película nos recuerda que no hay que desfallecer ni renunciar hasta conseguir el sueño personal de cada uno.
Especialmente sobresalientes están un Clint Eastwood que repite el patrón de hombre de carácter difícil, pero de gran corazón, como ya hizo en Million Dollar Baby o Gran Torino y una Amy Adams, que brilla en sus contarréplicas. Ambos elevan esta película muy por encima de la media de este tipo de producciones deportivas con drama familiar de fondo. También resultan simpáticas las intervenciones de Justin Timberlake (con bastante papel y muy dotado para la comedia) y de John Goodman, como socio y amigo de Gus.
Nos ha gustado la película, no sólo por el buen hacer de sus actores, por su guión con chispas de ingenio, sinó también porque la historia no se hace pesada para los neófitos de este deporte, sinó que la trama avanza de manera ágil y dinámica, pasando unas muy buenas casi dos horas en una sala de cine. Recomendable para fans del actor, en plena forma a pesar de sus 82 años, y de una Amy Adams que cada día demuestra más su talento.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Clint y Amy interpretan a un padre y una hija que tendrán que resolver sus conflictos mientras persiguen sus sueños.
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