CUANDO LOS VILLANOS SE APODERAN DE LA FUNCIÓN
Iron Man 3, de Shane Black, quien hasta ahora sólo ejercía como guionista de la franquicia, toma las riendas para sellar el final de la trilogía marveliana del hombre de hierro, la estrella más rutilante y canallesca de Los Vengadores. Lamentablemente, no es el broche de oro que todos esperábamos, pues hay momentos un tanto aburridos y soporíferos, aunque también cuenta con imágenes para el recuerdo y secundarios más que interesantes.
Absorbido por su trabajo y absorto del mundo real, Tony Stark (Robert Downey Jr.) no se encuentra en sus horas más brillantes. Su amada Pepper Pots (Gwyneth Paltrow) sigue al frente de las Industrias Stark y anhela su presencia. En su equipo sigue Jon Favreau, quien retoma el personaje de Happy Hogan de la primera parte, abandonando las tareas de director.
La aparición de Aldrich Killian (Guy Pearce), un eminente científico de la competencia con ideas evolutivas revolucionarias y la amenaza externa a escala global de un mediático terrorista con ínfulas de Bin Laden, apodado El Mandarín (un estelar Ben Kingsley) pondrán a prueba su capacidad de reacción. Para ello, Stark contará con la ayuda de su "colega", el coronel Rhodes (un discreto Don Cheadle), así como un inesperado aliado infantil, Haley (Ty Simpkins), un personaje con mucho gancho.
La introducción de la historia y de los personajes es muy inspirada -especialmente de los villanos de la función-, no obstante, el tedio se apodera de la película a la mitad de su metraje, únicamente salvado por la aparición del niño, que proporciona algunos momentos de nostalgia y complicidad entre el fan y su héroe. En la parte final, los efectos especiales, la acción característica de la saga y muchas sorpresas consiguen remontar el vuelo.
Las ideas actuales sobre cómo se genera el miedo y el terror a escala global a través de un icono mediático del mal, así como la posibilidad de que el mundo sea tomado por los pequeños, los lisiados, los tullidos y los que no cuentan para nada es bastante llamativa y le añaden un plus que consigue despertar el interés del espectador.
A pesar de ello y de tener elementos que la elevan por encima de su flojísima segunda parte, cuestionándonos sobre cuál sería la mejor entrega de la trilogía, sin duda, nos quedamos con el espíritu comiquero y de serie B de la original. Pues estamos en la tercera ante un digno pero discreto cierre de saga. Hablando de cierres, no os perdáis los larguísimos títulos de crédito finales, pues tras ellos, aguarda una simpática escena. Los amantes de Marvel seguiremos viendo hacer de las suyas a Iron Man en Los Vengadores 2.
D.PALOMAR/S.BARROSO.-
Pie de foto: Stark y la mujer más bella del mundo con armadura.
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