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LA ESCRITURA COMO MANIPULACIÓN ESTILÍSTICA DE LA REALIDAD

LA ESCRITURA COMO MANIPULACIÓN ESTILÍSTICA DE LA REALIDAD

El ladrón de palabras, de Brian Kulgman y Lee Sternthal, -que ejercen la triple labor de directores, guionistas y actores secundarios del film-, es la película que el sábado noche clausuró la 57ª edición de la Seminci de Valladolid. La película posee un argumento que gira alrededor de la creación literaria, la usurpación de la identidad del escritor y el papel de la escritura en la manipulación estilística de la realidad.

El film tiene puntos de contacto argumental con Conocerás al hombre de tus sueños, de Woody Allen, Posesion, de NeilLabute. y Adaptation, el ladrón de orquídeas, de Charlie Kaufman. Así pues, estamos ante un thriller dramático en tres tiempos, protagonizado por Bradley Cooper (también productor ejecutivo), Zoë Saldana, Jeremy Irons, Dennis Quaid y Olivia Wilde.

La trama gira alrededor de Dennis Quaid, un escritor que está haciendo una conferencia, donde conoce a Olivia Wilde y comienza a explicarle una historia: la de Rory Jansen (Bradley Cooper), un escritor frustrado que cuando va a París con su mujer (Zoë Saldana) compra un maletín que contiene un manuscrito perdido, donde se cuenta la historia de un ex-combatiente en la Segunda Guerra Mundial (Jeremy Irons). 

En la cinta se mezclan los tres tiempos narrativos: el presente real, el presente ficticio y el pasado para construir un relato donde se cuestiona la fina línea entre la integridad y la bondad, la mentira y la traición dentro del siempre difícil mundo de la creación y la edición literaria.

La trama se sigue con creciente interés, gracias a su sólido reparto, en especial al siempre efectivo Irons y a las polémicas y discutibles cuestiones que nos plantea una película con uno de los finales más controvertidos en el plano moral que se recuerdan en el cine actual. Recomendada para todos aquellos interesados en dejarse llevar por manipulaciones estilíticas de la realidad.

JR PALOMAR.-

Pie de foto: Bradley Cooper y Jeremy Irons, dos escritores con mucho qué decir.

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