UNA FAMILIA DISFUNCIONAL, UN ASESINO Y UN SEGURO QUE COBRAR...

Killer Joe, de William Friedkin, fue la película sorpresa en el festival de Sitges. Trata de una familia disfuncional compuesta por Chris (Emile Hirsch), el hijo yonqui y con muchas deudas; Dottie (Juno Temple), la hija adolescente que no ha visto ningún chico en su vida; Ansel, (Thomas Hayden-Church el padre, mecánico y simplón; y Sharla  (Gina Gershon), una liberal madrastra.El hijo quiere contratar a un asesino a sueldo para matar a su madre y cobrar el dinero del seguro, para acabar con todos sus problemas económicos. Aunque desconocen que Joe, este mercenario (Matthew Mcconaughey) va a cobrarles un precio demasiado alto por sus servicios.

En demasiados momentos la trama parece sacada de un melodrama de Antena 3 de sobremesa y, de no ser por las esforzadas interpretaciones de sus protagonistas, la cinta pasaría sin pena ni gloria. Eso sí, William Friedkin la ha dotado de escenas de gran sordidez y violencia y otras más "calientes", a cargo sobre todo de las féminas de la historia. 

A pesar de que es entretenida y tiene algún que otro giro del guión interesante, sobre todo en su tramo final, la película no tendría mucha repercusión si no fuese por venir firmada por William Friedkin, artífice de las excelentes El exorcista y French Connection. Aquí, en cambio, no firma su mejor obra sinó una película un tanto irregular.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Matthew McConaughey y Emile Hirsch saldan deudas pendientes.