PERFIL DE UN ACTOR INQUIETANTE: VINCENT CASSEL

El Auditori Meliá estaba lleno hasta la bandera para ver como Vincent Cassel, recibía merecidamente el Gran Premi Honorífic. Cassel, hijo del también actor Jean-Pierre Cassel y casado con la bella actriz italiana, Monica Belluci, con quien ha compartido planos en Doberman, de Jan Kounen, Flash-Back (El Apartamento) o Irreversible, de Gaspar Noé , es un actor francés de raza como pocos.

Carismático, feo pero ambiguamente atractivo, violento e inquietante, explotó como actor (y de qué modo) en El Odio, de Matthieu Kassovitz. Luego ha coqueteado con buenos resultados en películas de género de lo más variopintas, desde El Pacto de los lobos -que ya presentó en Sitges en 2003, y donde volvía a coincidir con su esposa y madre de sus dos hijos-; Los Ríos de Color Púrpura, junto a Jean Renó; o Promesas del Este, de Cronenberg, donde curiosamente tuvo un duelo interpretativo de gran altura con el que fue el Gran Premi Honorífic del año pasado, Viggo Mortensen.

Actor muy activo y trabajador incansable, últimamante tiene pendiente de estreno Black Swan, de Darren Aronowsky, que abrió Venecia con clamoroso éxito y ha estado rodando por tierras catalanas, The Monk, donde aparece nuestro catalán más afrancesado, Sergi López. Aparte de recoger el galardón, Cassel vino a presentar Notre Jour Viendra, un contundente descenso a los infiernos de dos personajes, el de Cassel, que hace de cicerone del de Olivier Barthalamy, quien también estuvo en Sitges, acompañado del director de esta controvertida propuesta, Romain Gavras, hijo de Costa Gavras. Afortunadamente, Cassel va a dar guerra para rato.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Vincent Cassel, actor todo-terreno, recogiendo el Gran Premi Honorífic.