UN SPAGHETTI WESTERN ANIMADAMENTE CAMALEÓNICO

Uno ya no sabe a que atenerse. Desde siempre, las propuestas de animación que nos venían tanto desde Pixar como de Dreamworks variaban desde la ñoñería mas infantil hasta un cierto grado de madurez emocional, buscando la implicación del espectador algo más adulto. Por otro lado, desde Studio Ghibli en Japón se trataban temas más profundos y existenciales, pero con el envoltorio de unos personajes aparentemente de lo más infantil, creando una sensación de perplejidad y asombro en todos los espectadores.

Ahora parece haber llegado desde Dreamworks el eslabón perdido entre ambas maneras de entender la animación contemporánea. En Rango, partimos de un carismático camaleón, muy influenciado por el personaje de Jack Sparrow -Piratas del Caribe- por sus ademanes inseguros, pero a su vez insolentes, bravucones y arrojados, no hay que olvidar que en su versión original, este reptil es doblado por el camaleónico Johnny Depp.

Este animal transita durante los primeros 20 minutos de la cinta intentando buscar su lugar en el mundo, alienado y con una profunda crisis de identidad. Estamos hablando de bastante más soledad y desamparo que la exhibida, por ejemplo, en Toy Story 3, acercándose más a la premiada El viaje de Chihiro. Esto desorienta a los expectadores más pequeños y confunde a los mayores.

Las reacciones de Rango son más propias de un adolescente que de un niño. Al avanzar la cinta, la película se enmarca en un spaghetti western, con la ecología y la pérdida de los recursos naturales como telón de fondo -como pasa en algunas películas de Hayao Miyazaki, como es el caso de caso de Ponyo en el acantilado, El castillo ambulante o Nausicaa en el valle del viento-.

Las referencias cinéfilas de la cinta son múltiples y variadas, en especial en su segundo tramo de metraje. El señor de los anillos, Apocalypse Now, Indiana Jones y Star Wars o la mítica Solo Ante el Peligro, son algunas de las películas a las que Rango rinde homenaje en sus escenas de acción y aventura. Aunque es impagable el cameo del personaje del Espíritu del Salvaje Oeste, que toma los rasgos rudos y la indumentaria -sombrero y poncho característico- de Clint Eastwood en El Bueno, el Feo y el Malo. Y no se pierdan los créditos finales, pues un rugiente homenaje sonoro y visual les espera.

DAVID PALOMAR Y SONIA BARROSO.-

Pie de foto: Johnny Depp y Rango, ¿quién es más camaleón de los dos?