MATT REEVES:
Matt Reeves está fascinado por la historia de Let me In y se le nota en todo lo que explica. Con una mezcla de contención y entusiasmo por haber podido contar su propia historia, independientemente de la película sueca de Tomas Alfredson que revolucionó el género en 2008, el director nos habla de su propia experiencia y de todo el proceso hasta llegar a día de hoy. Presentada en el Festival de Sitges fuera de competición, donde también tuvimos la oportunidad de conocer a dos niños actores, aunque sobradamente preparados, Kodi Smit-McPhee y Chloë Grace Moretz, el remake es una buena historia que merece la pena ser vista.
Matt Reeves nos confesó su grado de implicación con la historia. “Leí la novela y me enamoré de ella porque los detalles de la adolescencia que explicaba me recordaban a la mía”. Así como de sus miedos a la hora de prepararle. “Escribí el guión de nuestra versión antes de que se estrenase la de Tomas Alfredson (Déjame Entrar, 2008) y que aún no tenía fans la historia.Pero cuando se estrenó la cinta sueca me preocupé por la cantidad de fans que tuvo.La única manera de enfrentarme a este miedo fue ingnorarlo y decir a todo el equipo que no viesen la otra película para que se centrasen en nuestra versión”, y añadió “la película de Alfredson era bellísima, una joya, así que nosotros hicimos nuestra obra con todo el cariño y amor”.
También nos contó el uso que hizo de los efectos digitales. “Se trataba de mostrar el lado oscuro de la niña pero, donde no podía llegar la interpretación tenían que entrar los efectos digitales. Hay unos 10 planos impactantes y otros 200 que no llaman tanto la atención. Quería subrayar el miedo, la amenaza que siente el chico ante el acoso y que, cuando llegaran los efectos especiales éstos no fuesen tan espectaculares como para distraer al espectador de la historia”. Hizo un símil con el comienzo de una película que le fascinó de joven, El Exorcista. “En sus primeros cuarenta minutos no pasa nada de especial, aunque todo es amenazador y cuando las cosas ocurren te chocan porque la anfitriona del mal es una niña que debería ser pura e inocente”.
Asimismo, casi descartó hacer una segunda parte porque el final es "como el de El Graduado, pero más terrorífico".
DESAFÍOS
El director neoyorkino nos explicó que el mayor desafío que se encontró a la hora de preparar la película fue “encontrar a dos niños actores de 12 años que pudiesen hacer suya la historia”. Esto fue de gran dificultad. “Empecé buscando al niño y en el casting les pedía que hiciesen la escena en la que el niño hablba por teléfono con su padre. Pero todos lo hacían de forma muy melodramática”. Y recalcó la suerte de encontrarse con Kodi-Smit McPhee. “Cuando llegó Kodi la interpretó de manera muy auténtica plasmando las emociones de un chico”. El proceso de selección de la actriz protagonista también fue largo y complicado. “Todas la actrices que venían interpretaban vampiras, a pesar de ser una historia muy realista”. “Cuando vino Chloë le di las fotos de una fotoperiodista que retrataba a la familia Damm, unos sin techo que vivían en un coche y, a temporadas, estaban en un apartamento okupa, en unas condiciones en las que una niña de 12 años nunca debería vivir. Chloë enseguida captó la esencia”.
NIÑOS, AUNQUE SOBRADAMENTE PREPARADOS
Las auténticas estrellas que brillan con luz propia en esta historia de iniciación que parte de un relato de vampiros son los dos niños actores: el australiano Kodi-Smit McPhee y la estadounidense Chloë Grace Moretz. Los dos insuflan alma a los personajes del niño acosado y aislado, Owen y la vampira Abbey. Con una madurez impropia para su edad, nos comentaban que unos de los mayores desafíos con los que se enfrentaron en el rodaje “fue rodar en la nieve, descalzos y con mucho frío”. Los dos niños actores nos hablan de sus proyectos, ella está rodando con Scorsese, Hugo Cabret, mientras que él está preparando una comedia de animación. Mientras el trabajo se les acumula, ellos quieren seguir aprendiendo e ir más allá de los dos papeles que les han marcado ya sus carreras: Hit Girl, de Kick Ass, en el caso de Chloë y interpretar al hijo de Viggo Mortensen en The Road, en el caso de él. Dos propuestas de género, en el que no parecen quererse encasillar. “A mí me gustan las comedias, los dramas, etc. siempre que haya un transfondo emocional”, nos comenta Chloë. “ A mí me gustan más los retos dramáticos”, asegura Kodi, que se confiesas fascinado por la película Shutter Island.
Y por si nos fuesen suficientes elementos para seducir al público, esta versión cuenta con el respaldo de la Hammer, mítica productora de terror de los años 70, que vuelve con brío en una segunda etapa, en la que Let me in es su primera pero no única apuesta. Se preparan películas sobre Woman in Black y The Resident, así como un ambicioso proyecto capitaneado por Peter Weird. Lo dicho: no se la pierdan. Una terrorífica joya.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Matt Reeves junto a Kodi Smit-McPhee a su llegada a Sitges el pasado viernes.
Nota: El film se estrena este viernes 22 de octubre en toda España.
Próximamente. Críticas de Let me in, Herois y Los seductores.
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