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MÁS HISTORIAS MÍNIMAS

MÁS HISTORIAS MÍNIMAS

Carlos Sorín vuelve a las constantes de su cine: pequeñas historias cotidianas sobre las relaciones familares y personales, encuentros casuales y otros provocados; paisajes de la Patagonia infinitos, etc. Un cine sin estridencias, de tempos pausados y relajados, que encierra un universo cotidiano y particular y, por consiguiente, también universal.

Días de pesca bien podría formar parte de aquella maravillosa película que fue Historias Mínimas, pues todas las piezas del puzzle de la vida vuelven a encajar aunque, de manera inevitables, este relato suene a ya visto, ya oído y narrado anteriormente.

Así pues, no hay grandes sorpresas en el trascurrir vital de Marco Tucci (un creíble y entrañable Alejandro Awada). Su visita vacacional a la Patagonia con el pretexto de desarrollar el hobby de la pesca del tiburón, encierra un propósito más alto y más noble: reanudar la relación con su hija Ana (Victoria Almeida), a la que hacia tiempo que no veía, así como conocer al resto de su familia. En el camino, se encontrará y relacionará, de manera casual, con personas desconocidas (el manager de boxeo, los jóvenes excursionistas) que irán enriqueciendo su periplo; así como, vivirá algunos acontecimientos inesperados. 

Las historias de Sorín son tan particulares y familiares que, incluso se rodea de sus parientes en las películas, en ella aparece su nieto Santiago y también su hijo Nicolás, que es el autor de todas las bandas sonoras de sus cintas. Aquí, de nuevo, una bella banda sonora que acompaña al protagonista y al espectador a través de una trama, sin grandes conflictos, sinó todo lo contrario.

El suyo no es un cine de tramas ni subtramas, el suyo es un cine que retrata el devenir cotidiano y donde son más importantes las pequeñas conversaciones, los ínfimos gestos, los silencios, que las grandilocuencia visual y argumental. Así pues, sólo el espectador paciente que disfrutó con los relatos de Historias mínimas o Bombón el perro, podrá apreciar esta película no apta para espectadores de la nerviosa y fragmentada post-modernidad.

SONIA BARROSO.- 

Pie de foto: La historia de Marco podría formar parte de sus Historias Mínimas.

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