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UNA PEQUEÑA GOTA EN UN INFINITO UNIVERSO

UNA PEQUEÑA GOTA EN UN INFINITO UNIVERSO

Bestias del Sur Salvaje, de Behn Zeitlin, es una de las sorpresas de la temporada y no sólo por haber conseguido 4 de las principales nominaciones a los Oscar (película, director, guión adaptado y actriz principal), sinó sobre todo porque estamos ante una película mágica, especial y fascinante, que posiblemente sea amada sólo por una selecta minoría. 

La película es una pequeña gran historia de supervivencia sobre aquello que nos hace humanos y nos conecta con el resto del Universo. Hushpuppy es una imaginativa niña de 6 años que vive con su padre en La Bañera (un pueblo imaginario situado a las orillas del Misissipi). Son felices con lo poco que poseen e incluso las inundaciones y los entierros son celebrados con una gran fiestas entre vecinos. Un día llega una gran inundación que parece asolarlo todo, amenazando su supervivencia, así como la niña descubre que su papá está gravemente enfermo, lo que aún acaba de trastocar más si cabe su mundo...

Con estas premisas, Zeitlin costruye en su ópera prima un hermoso relato de enorme poesía visual, pues a las poderosas imágenes les acompaña una banda sonora con mucha fuerza y magia compuesta por el mismo director junto a Dan Romer, sólo hay que ver el impresionante amalgama de sonidos e imágenes del principio de la película. Se trata de una fábula que habla de aquellas pequeñas cosas que son lo que hace que la vida tenga sentido, es decir, que si al Universo le falla una pieza, hay que mirar de recomponerla para que todo vuelva a su orden. Asimismo, también está muy presente el mito del buen salvaje Roussoniano en la manera de vivir de sus protagonistas, libres e indomables. 

La relación familiar que se establece entre dos actores debutantes es de gran complicidad. Por un lado, la fascinante Quevenzhané Wallis -un prodigio de exprevisividad y una auténtica fuerza de la Naturaleza, que la ha llevado, a pesar de sus pocas líneas de diálogo, a ser nominada al Oscar como actriz principal- y por otro, el rebelde Wink (Dwight Henry), que se dedicaba a la panadería. Todo entre ellos suena a autenticidad, como lo es alguna de las escenas paterno-filiales más emocionantes que se han visto últimamente en la gran pantalla. 

La libertad del individuo, las ansias de vivir, el sentido de supervivencia tras un desastre natural que amenaza con acabar con su mundo, la solidaridad en tiempos difíciles y el poder de la familia son algunos de los temas por los que la película transita, de manera nada ortodoxa, sinó con mucha imaginación y originalidad, creando un relato único sobre lo pequeños -y a la vez grandes- que somos dentro del Orden del Universo. Una historia para dejarse sorprender, conmover y disfrutar, una pequeña gran joya que puede dar la sopresa en los próximos Oscar el 24 de febrero.

SONIA BARROSO.-

Pie de foto: La historia de Hushpuppy con su papá emocionará a las plateas.

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