NUEVAS COSTUMBRES, VIEJOS VALORES

Se están haciendo comunes las películas (Sin compromiso, Amor y otras drogas,  etc) en las que un hombre y una mujer aparentemente sin compromiso quieren dar el paso de amigos a amantes en un tono informal y cuasi-cómico.

En esta ocasión los protagonistas son una inspiradísma Mila Kunis (Cisne Negro) y un graciosillo Justin Timberlake. La primera desenvuelve su vis cómica y la hace cómplice en su papel de esforzada head-hunter en un acertado intento de ser la nueva Meg Ryan. El segundo, parece aspirar a ser el nuevo Tom Hanks combinando papeles en comedias ligeras con roles de más calado dramático tales como La Red Social o la aún no estrenada In Time, del director de Gattaca, Andrew Niccol. Uno no para de pensar en por qué tanto en la divertidísima Bad Teacher como en esta nueva propuesta, el amigo Justin quiere ridiculizarse una vez más con una autoparodia que hace sonreir la primera vez que la ves, pero produce tedio a la segunda propuesta fílmica.

La película tiene un inicio desenfadado, destacando un genial Woody Harrelson, y mostrando el buen feeling entre Mila y Justin. Conforme avanza se nota una reiteración de escenas que alargan innecesariamente, haciendo pensar que el director debería haber creado una subtrama que eliminara tanta repetición. Hacia el final, el film se vuelve absurdamente triste en un fallido intento de querer añadir trascendencia. El desenlace es inútil querer ocultarlo una vez has visto el cartel promocional.

Así pues, es una entretenida propuesta, pero desluce como comedia al no aportar nada nuevo al género y sólo el lucimiento escénico de la ucraniana salva la película.

DAVID PALOMAR.-

Pie de foto: Batidos de amor.