EL VALIOSO PODER DE LA DIFERENCIA
X Men: First Class nos lleva al origen de los superhéroes X Men, a través de sus dos protagonistas principales: Erik Lehnsherr (excelente Michael Fassbender) y el profesor Charles Xavier (James Mc Avoy), antes de que sean Magneto y Profesor X, respectivamente. Conocemos su historia personal y sus traumas de la infancia, llegamos a saber cómo se forja la personalidad de cada uno, sus poderes, sus miedos y sus inseguridades.
Pero no se equivoquen, la película es mucho más que un relato iniciático: es la toma de consciencia de unos poderes que deben controlar y asumir para crear su propio yo y su lugar en el mundo.
El film de Matthew Vaughn hace hincapié en el preciado valor de la diferencia, en el cómo encontrar el lugar en el mundo y cómo aceptarse a uno mismo como paso previo para la aceptación colectiva. Todo ello emmarcado en una aventura que pasa de los campos de concentración nazis a la Guerra Fría y que tiene trazas de thriller, melodrama y ciencia-ficción, todo cocinado a un ritmo trepidante, aunque no apabullante.
Lo mejor de la cinta son el interés que suscitan sus dos protagonistas principales, cosa que no ocurre con algunos de los mutantes, algunos de ellos resultan insulsos o ridículos. No es así con Mística, la Reina Blanca o el malo malísimo de turno, un Sebastian Shaw, que toma los angulosos rasgos del siempre inquietante Kevin Bacon. No menos inquietante e interesante es el proceso vital de Magneto y la resolución de algunos enigmas: porqué dos amigos pueden convertirse en enemigos irreconciliables o cómo Profesor X acabará en silla de ruedas...
Una película que abre una posible nueva saga que reinterprete a estos míticos superhéroes de Marvel. Y es que afortunadamente, tenemos X Men para rato...
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Michael Fassbender se pone en la piel del inquietante Erik, alias Magneto.
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