NOSTÁLGICO PASEO POR EL PARÍS DE OTROS TIEMPOS
Midnight in París es un soplo de aire fresco en la filmografía de Woody Allen de estos últimos años. A través de un protagonista, Owen Wilson, perfecto en su papel de alter égo del propio director, asistimos a una historia que nos pasea por el París actual y por otras épocas de ensueño, tales como los años 20, poblado de artistas, músicos y pintores (cuyas apariciones estelares constituyen de lo mejor de la cinta) y también de la Belle Époque.
Con un guión divertido e ingenioso, Woody Allen logra entretener, divertir y ensoñarnos con un sinfín de personajes en sus fiestas, sus tertúlias en los cafés y en los espectáculos, etc.
Por otra parte, el film recupera la idea de que vivimos en un presente lleno de insatisfacciones y que "cualquier tiempo pasado fue mejor", aunque admite que uno siempre ha de ser veraz y honesto con lo que escribe y, por ende, con sus propios actos y su propia vida.
La película es un cálido y sincero tributo a la Ciudad de la Luz, que aparece retratada de día, de noche, bajo la lluvia, en el presente o en el pasado. París es un personaje más que se integra en una trama de comedia romántica de enredo. Así pues, se nos muestra un París de postal, pero a su vez bohemio e intelectual que se regocija apurando la botella de absenta con la nostalgia de tiempos pasados.
Hubiera estado mucho mejor que Carla Bruni hubiese cantado a las orillas del Sena, como hizo Audrey Hepburn con Moon River.
En definitiva, una cinta espléndida con unos personajes y una trama llena de pequeñas y nostálgicas sorpresas.
Una delicia para aquellos que siempre estamos con Allen haga lo que haga y también para aquellos escépticos de Allen actual, que añoran que cualquier película de Allen de épocas pasadas fue mejor.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Owen Wilson, Léa Seydoux, Woody Allen, Rachel Mc Adams, Martin Sheen y Adrien Brody posando para la prensa en la première de Cannes.
2 comentarios
Sonia -
carlos -