EL AMOR ES DIVERTIDO
Precedida de un gran éxito de taquilla en Francia, donde la han visto más de cuatro millones de espectadores, Los seductores, de Pascal Chaumeil, sería una comedia romántica de enredo más de no contar con algunos ingredientes que la hacen sobresalir.
En primer lugar, unos actores en estado de gracia, empezando por la química que ofrecen la pareja protagonista. Romain Duris, al que estamos acostumbrados a ver en dramas de gran calado, tipo De latir mi corazón se ha parado, ha hecho pocas incursiones en el género, a excepción de Una casa de locos y su continuación Las muñecas rusas, pero la verdad es que se mueve como pez en el agua como Álex Lippi, un auténtico profesional de la seducción al que no hay mujer que se le resista con su estrategia de lloros, palabras adecuadas y mucha cara. La víctima será Vanessa Paradis que, a pesar de que parece un témpano en muchas ocasiones,la mujer de Johnny Depp luce guapa cuando se desmelena un poco y se atreve a bailar con él una escena, que no desvelaremos. Ellos están bien arropados por los secundarios Julie Ferrier y François Damiens, que ofrecen el contrapunto cómico a la pareja protagonista.
En segundo lugar, un guión milimétrico, que combina muy bien la acción dinámica y la comedia más glamourosa salpicada de escenas desternillantes, homenajes a música y cine de los 80 y mucho buen rollo. Eso es lo que destila Los seductores, que es divertimento en estado puro. Una delicia para los que quieran sentarse en el cine y no pensar en nada muy trascendente.
SONIA BARROSO.-
Pie de foto: Romain Duris seduce -y mucho- en esta comedia sofisticada ambientada en Montecarlo.
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