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LOS ZOMBIES TAMBIÉN TIENEN SENTIMIENTOS

LOS ZOMBIES TAMBIÉN TIENEN SENTIMIENTOS

Por todos es sabido que estos últimos tiempos el subgénero de los muertos vivientes ha experimentado un boom. Desde literatura que anuncia el Apocalipsis zombie como el futuro más probable de la Humanidad, hasta el éxito de la serie Walking Dead e incluso en los próximos meses se estrenará World War Z. También se han hecho versiones más heterodoxas, como es el caso de Bienvenidos a Zombieland, de Ruben Fleischer, en clave de comedia de acción, o Juan de los muertos, de Alejandro Brugués, cuyos protagonistas eran los zombies de la Habana. 

En Memorias de un zombie adolescente, de Jonathan Levine, se nos ofrece una nueva vuelta de tuerca al subgénero. La vamos a denominar "rom-zom", al tratarse de una comedia romántica que nos explica la relación entre una chica "viva" y un muerto viviente con aspiraciones de llegar a ser algo más que un cadáver que se alimenta de sesos y de carne humana.

Con sólo comenzar la película nos damos cuenta por dónde va a ir la historia, al introducirnos la voz en off relatando los pensamientos de R, el zombie protagonista (el cada vez más ascendente Nicholas Hoult, pues le hemos visto en Jack el Cazgigantes y es Bestia en X Men). El espectador ya se percata que este muerto viviente es distinto, que no se conforma con su inevitable destino. Pero no será hasta que conozca a Julie (Teresa Palmer), la hija del líder de la resistencia humana frente al Apocalipsis zombie (interpretado por John Malkovich), que no descubrirá qué potencialidades tiene en realidad. 

Esta historia de amistad y amor por encima de las diferencias, se burla de los tópicos del subgénero y de los zombies (de su aspecto, de su manera de proceder, de sus hábitos) y nos presenta un esperanzado relato en el que se pueden subvertir las reglas tradicionales y lo que se espera del subgénero. Ésta es ante todo una película que pretende, a través de los sentimientos, explicar que otra Humanidad es posible: más solidaria, más cooperativa, más unida y que, a veces, no hay que fiarse de las apariencias sinó del interior de los seres.

En este relato interesa destacar el poder del amor, la fuerza de los buenos sentimientos y la lucha contra la propia naturaleza en pos de la aceptación social. Así pues, el que se espere horror, gore sanguinoliento, cuerpos desmembrados y litros de hemoglobina, con esta película va a salir decepcionado. En cambio, a los no fans del subgénero o aquellos que busquen una mirada nueva y original, seguro que le va a agradar.

SONIA BARROSO.- 

Pie de foto: R, un zombie evolucionado y con sentimientos.

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