BOND ESTÁ EN CRISIS
Quantum of Solace es la nueva entrega de las aventuras del agente 007, pero está muy a años luz de su antecesora, Casino Royale, a pesar de que esta segunda comienza donde acabó la anterior.
En primer lugar, aparece un James Bond atípico, torturado por la pérdida de un antiguo amor que lo ha dejado totalmente en crisis de valores, perdiendo todas sus señas de identidad: ya no es mujeriego, ni bebe Martini agitado pero no mezclado, ni le gusta fardar con aquello de ..."me llamo Bond, James Bond...".
En cambio, es un alma en pena, que vaga sin moralidad, matando a todo bicho viviente que se le pone por delante. Es un héroe de acción mutado, cada vez con más parecidos al Jason Bourne de otra exitosa saga de acción, cuyo especialista de escenas de acción ha diseñado y coreografiado -casualmente- las del nuevo Bond.
Y es que es como película de acción trepidante y adrenalínica es como funciona más esta entrega. El malo, el francés Mathieu Amalric, nos recuerda demasiado a un ecologista Al Gore y la chica Bond, Olga Kurylenko es atractiva, pero no pone demasiada carne en el asador, es más bien, un reverso femenino del ahora vengativo agente.
Así pues, la crisis también ha llegado al universo creado por Ian Fleming.
SONIA BARROSO.-
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