RIDLEY SCOTT NO ES UNO DE LOS NUESTROS
American Gangster, es otra vuelta de tuerca al género que popularizaron, Scorsese, Coppola, de Palma y Friedkin. De factura impecable, ambientación muy cuidada y con un detallado retrato del Harlem de finales de los '60 y principios de los '70, época en que la heroína era una de las únicas vías de escape para un país sumido en la crisis de la guerra de Vietnam.
En este marco surgió la figura de Frank Lucas, un afroamericano de estrato humilde nacido al sur de la Unión. Siendo el chófer de Bumpy Johnson, el capo del barrio, asciende a su posición al morir el viejo capo. Lucas da un giro al negocio, no sólo compite sinó que desplaza a la mafia italiana ya que importa la mercancía personal y directamente desde el sudeste asiático con la inestimable complicidad de parte del mismísimo ejército americano.
Por otro lado la película se centra en la investigación que lleva a cabo el detective Richie Roberts, uno de los pocos policías insobornables del NY de la época.
A destacar la actuación de Denzel Washington como el Amo y Señor, no sólo de Harlem sino de toda la cinta, que probablemente con su maestría y elegancia se haga valedor de su segunda estatuilla. Russell Crowe, en su papel de honesto y mujeriego detective se queda cinco escalones más abajo. De resto del reparto, mencionar a la magnífica secundaria Ruby Dee quien le da perfecta réplica a Washington en el papel de su madre.
Títulos como El Padrino, Uno de los nuestros, Scarface, Cotton Club o French Connection (de la cuál la película hace un simpático guiño), son las fuentes de las que bebe Ridley Scott para componer una cinta épica y de ritmo vibrante, pero sin ese preciado y buscado toque con el que se distinguen las obras maestras. Véanla, pasarán un rato entretenido. Son retazos de buen cine americano.
SONIA BARROSO.-
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