ES SÓLO UNA PELÍCULA DE NAVIDAD
El niño, rebautizado por un personaje estrafalario, El Brujo, (Robin Williams) es una especie de Mr. Fagin dickensiano tiene a su cargo a un buen grupo de niños músicos callejeros a los que explota, se convertirá en un pequeño Mozart...
Almibarada hasta el exceso, las peripecias del niño-músico que busca a sus papás acaban resultando algo ridículas y la trama se toma bastante previsible.
La historia carece de verisimilitud alguna, lo mejor de la función es sin duda Keri Russell como sufrida madre y Terrence Howard como asistente social, ajustado a su papel. Los demás, sobreactuados, empezando por Robin Williams.
La historia sólo se puede entender como un ñoño cuento de Navidad, aunque con un final demasiado perfecto para ser verdad.
SONIA BARROSO.-
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