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No sólo de Hollywood vive el espectador

Afortunadamente el cine europeo nos depara, aunque sea con cuentagotas, gratas sorpresas. La película francesa “De latir mi corazón se ha parado” es un caso que lo demuestra.

 

Tiene un comienzo demoledor. El protagonista, un soberbio Romain Duris (Arsène Lupin, Una casa de loscos, Las muñecas rusas) reflexiona sobre su vida y sobre la de su progenitor. Ambos se hallan en el inevitable cambio de roles que el ciclo de la vida define. Este hecho, es el eje de una muy bien interpretada y dirigida cinta.

 

El marco en el que se hallan nuestros protagonistas es el París de los sinvergüenzas. En el mismo se hallan, los que tienen poco, los que quieren tener más y los que quitan a quienes menos tienen.

 

Padre e hijo pertenencen a este último y detestable grupo. Ambos viven historias de amor, se enfrentan a la vida y sufren las consecuencias, pero !ai! el tiempo pasa y nada es lo que era... Así ha sido y así será...

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