LAS ÚLTIMAS HORAS DE SALVADOR
"Salvador" es una película irregular. Sus mayores bazas son las de un reparto en estado de gracia. Atención a la vulnerable fortaleza de Daniel Brühl como Salvador y a las extraordinarias interpretaciones de Tristán Ulloa en la piel de su abogado y del "carcelero converso" interpretado por Leonardo Sbaraglia. Por otro lado, la narración es un tanto confusa y no se explican los auténticos motivos que llevan al personaje de Puig Antich a ser un revolucionario en su época. A pesar de ello, es un ejercicio de cine político, que no cuesta de verse, gracias a un buen ritmo narrativo, que adolece un poco en su tramo final.
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