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BUSCANDO ETERNAMENTE A NEMO

BUSCANDO ETERNAMENTE A NEMO

Buscando a Nemo (2003) es la historia de un pececillo payaso que se aleja de la protección y el calor de su padre; así la productora Disney-Pixar- después de Walt- Disney- creó una galería de personajes tiernos y malvados, que pasada una década, son una vuelta de tuerca al tradicional género de la animación.

Ahora para celebrar sus primeros diez años de vida, Nemo vuelve a la gran pantalla en 3D. Creo que es una ocasión maravillosa para recordar esta hermosa película con una analítica que quiere acercar al lector a su didáctica moraleja. Para ello, nos vamos a aproximar a sus tres personajes principales y, desde ahí, podremos entender mejor esta obra que nos vuelve niños con su mirada profunda.

El primero es: Marlín, el padre de Nemo, que es viudo y sólo tiene a su hijo en el mundo submarino donde vive; también es el héroe de esta historia buscando desesperadamente a su hijo por casi todos los océanos de este planeta. Aquí nos damos cuenta de sus miedos a lo desconocido y a la tristeza que tiene en casi todo el filme por haber perdido todo en su vida.

Marlín está lleno de dudas y de inseguridades, por eso, en él recae la moraleja de esta nueva pincelada de seres para la filmografía histórica de la animación. Gracias a él, la película cobra sentido y sentimiento y descubrimos que hay lugares y criaturas en el mundo que ni siquiera podemos imaginar ni leer en los libros de biología.

Pero este pez ya adulto tiene rasgos y carácter que recuerdan a los humanos y, por eso, en algunos trozos de la obra está cerca de los espectadores que sufren con su tormento y con sus debilidades. Esta figura es a la primera que reconocemos en nuestros corazones de Buscando a Nemo porque estamos con él en toda la película haciendo de Marlín un verdadero héroe por rescatar a su perdido retoño.

El segundo personaje es Dory, una pez cirujano azul, va a ser la protagonista de Buscando a Dory (2015), la secuela de esta producción. Ella es divertida y es la que lleva la batuta de la búsqueda de Marlín haciendo, en más de una ocasión reír, al espectador. Esta pececilla tiene amnesia y rara vez se acuerda del lugar donde está y que hace allá, originando algún conflicto en su espíritu veleta, pero que es de gran ayuda para el padre de Nemo porque gracias a sus despistes hace cambiar a su compañero de viaje.

Esta protagonista despistada es el hilo conductor para que todo cambie y poder llegar a su meta; también se puede ver su evolución porque todo pasa para ella por casualidad y a veces no sabe ni quién es. Esta duda existencial deja la historia a la fantasía de Dory que da otro ritmo más divertido al argumento.

Puede ser un personaje muy cerca de una filosofía existencialista porque sus preguntas a sí misma siempre son morales y deductivas en un mundo salvaje: contrasta este carácter con el miedo constante a lo desconocido de su inseparable amigo para cruzar los océanos apenas sin poder descansar; gracias a sus meteduras de pata, esta producción enseña la vida por dentro de las aguas para conocer a los diferentes peces que existen.

En definitiva, es un personaje entrañable porque en ningún momento de la película se le odia, al contrario, sufres con sus olvidos y quieres llegar a ella para liberarla de cualquier daño moral o físicoque puede llegar a dañar, pero Dory es muy inteligente e intuitiva llegando a reflexiones que son enseñanzas que pueden hacer de nuestras vidas un poco más apacibles navegando por esos mares de preguntas filosóficas.

Este trío de protagonistas lo completa Nemo, que es el alma máter de todo este lío. A Nemo se le adora -no es una casualidad que se llame como el personaje de 20.000 leguas de viaje submarino- porque es el aventurero de toda esta trama y como es un buen explorador se acaba extraviando en un lugar totalmente desconocido para él.

Gracias a él se juntan en el celuloide esta trama para reforzar la imaginación de los pequeños de la casa. Nemo sueña con ser un viajero incansable y, a pesar de sus complicaciones, no cambia de parecer porque toda criatura necesita viajar para comprender su mundo.

Nemo también conoce la cárcel para un pez (una pecera) esto nos da un discurso sobre la libertad que es necesaria para evolucionar. Al final los tres personajes cambian de carácter; unos se vuelven más fuertes como Nemo, otros se encuentran a sí mismos como Dory y otros recuperan su confianza en consigo mismos como Marlín.

En conclusión: Buscando a Nemo es la película que continúa la tradición de Disney y, por eso merece la pena verla, porque nos acerca a un tipo de cine clásico de animación inocente y nostálgico, que deambula entre los sentimientos y la fantasía creando un mundo difícil de olvidar.

JORGE GIRBAU BUSTOS.-

Pie de foto: Los tres entrañables peces protagonistas.

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