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EVOLUCIÓN ALMODOVARIANA

EVOLUCIÓN ALMODOVARIANA

Pedro Almodóvar (1949) es uno de los cineastas más reconocidos del cine mundial porque ha hecho de sus películas un estilo muy original y también ha sabido contar cómo es la vida de la actual España en imágenes. Fue precursor de la movida madrileña y,en cierta manera, ayudó a la transición creativa a desprenderse de su pudor mental. Después, pasados los años, se ha reciclado caminando hacia argumentos más dramáticos pero en sus discursos todavía queda algo del Almodóvar loco de la primera época, de ese Almodóvar emprendedor de un sentido artístico que sólo él sabe hacer.

Sus obras han pasado de la absoluta locura a una madurez creativa sin dejar atrás la vida rural de su Castilla la Mancha natal. Almodóvar no se ha olvidado de ese ambiente libertino que plasma desde sus primeros pasos cinematográficos donde el franquismo empezaba a ser una página amarga de nuestra historia; tal vez hoy en día el movimiento artístico de la década de los ochenta del siglo XX nos parece algo lejano, pero hay que comprender a aquella sociedad que se revelaba para incitarse a la vida.

Ahora que se estrena en la gran pantalla Los amantes pasajeros de Pedro Almodóvar- protagonizada por Javier Cámara y Lola Dueñas entre otros- voy a aprovechar (como digo siempre) a revisar tres de sus trabajos para ver esa transformación que paso a paso ha convertido a Pedro Almodóvar en el contador de historias que es hoy haciendo algo novedoso para nuestro cine.

Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) fue la ópera prima de este realizador y además un fresco muy vivo de la movida madrileña donde muestra la ideología punk que estaba muy en auge en aquellos primeros años de nuestra democracia...Este trabajo puede pasar a ser una pieza fílmica de museo porque el ambiente que se respiraba en Madrid en aquel tiempo ya murió.

La película está protagonizada por Carmen Maura y una jovencísima Alaska que lleva todo el peso de esta metáfora sobre la emancipación personal e histórica de España. El argumento no descubre nada señalable pero se salva porque dentro de todo es muy original; con ella nacía un nuevo director de cine que se atrevió a revolucionar un país dormido y bastante asustadizo por el cambio.

Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón huyó de la moda del destape para sugerir algo más pornográfico para su época; puede que este hecho diera otro giro de ciento ochenta grados a la nueva generación de creadores que vio en Almodóvar a su álter ego y a un tipo a quien admirar: con esta película, el cine español cambió porque se dieron cuenta que la herramienta cinematográfica se hizo adulta para contar historias mucho más callejeras que podían llegar a la gente de a pie y eso fue todo un logro para la todopoderosa industria.

Cuando estrenó Kika (1993), Pedro Almodóvar ya era un director de cine reconocido en todo el mundo, su filmografía ya había traspasado las fronteras imaginarias de la genialidad porque su obra ya había dado un paso de gigante. Ahora se atrevía a contar historias de crímenes como es el caso de este filme protagonizado por una interpretación muy fresca de Verónica Forqué; en Kika todo lo que puede parecer simple no es simple porque encierra todo: los buenos no son tan buenos (tienen pasiones secretas) y los malos siguen siendo malos; aunque no perdió en ningún momento su filosofía de juventud aquí se muestra mucho más ambicioso y meticuloso desde que comenzara a hacer cine en sus principios.

Siguiendo los relatos de misterios hizo otro relato, pero en está ocasión, de intriga y asesinatos a lo almodovariano. La realizó basándose en la actualidad de los años 90 del siglo pasado donde nuestro país ya estaba modernizado en todos los sentidos; en el año 93 España había pasado página abriéndose más a Europa y también al mundo y nuestro director de cine más internacional no podía quedarse atascado en el movimiento de sus comienzos; se abrió al cine internacional con argumentos más recapacitados y subtramas que hacían al espectador no moverse de sus asientos hasta el rótulo de FIN.

En Kika examina (como en todas sus películas) su lado más pasional y en cierta manera retador con la sociedad, es como una pelea de pensamientos porque parece que él vive en un futuro construido a su imagen y semejanza.

Analicemos este futurismo almodovariano: en Kika el peso de sus personajes secundarios cuentan mucho y hacen evolucionar de una manera alocada a la protagonista principal. En esta película se percibe adonde puede llegar su talento sin olvidar sus comienzos rebeldes donde el cine era pura diversión.

El Almodóvar de Kika es un Almodóvar que ya ha madurado y puede emocionar al gran público con tan sólo un chasquido, aquí ha dejado atrás las reflexiones de la movida madrileña y se ha abierto más a la vida diaria donde hay problemas reales y personas luchando por la supervivencia.

Hable con ella (2002) es una película de soledades masculinas insatisfechas y agónicas; tal vez la historia sea una metáfora para contar lo que siente una persona cuando ve la muerte de un ser querido a su lado. Nuestro Almodóvar mostró en esta historia su lado más sensible y romántico porque hace un homenaje al cine mudo al contar una historia de amor imposible; pero ese no es el primer argumento, es un sub–argumento porque el principal es un discurso lleno de melancolía protagonizada por dos hombres: Javier Cámara y Dario Grandinetti que hacen la réplica a las dos protagonistas femeninas Leonor Watling y Rosario Flores que luchan entre la vida y la muerte en un hospital.

Así al mismo tiempo que nos enseña el arte con mayúsculas, Almodóvar hace un homenaje a la fortaleza de la mujer frente al hombre que solamente en Hable con ella espera un desenlace resistiéndose a los deseos más íntimos del ser humano. Gracias a está lectura aparece un análisis psicológico muy completo que al final nos hace creer en el homo sapiens frente a la enfermedad o al accidente del destino.

La película conserva una fotografía y ambientación ensoñadora que hizo cambiar toda la filmografía de este creador de luces y sombras: las luces y sombras de Almodóvar tienen algo muy español que cuesta ver reflejado en otros directores de este país; por ejemplo, en Hable con ella hace un homenaje a las corridas de toros en el personaje que interpreta Rosario Flores pero también se atreve a meter el mundo del ballet en el personaje de Leonor Watling dibujando así un retrato de su tierra muy aproximado a la realidad de ese momento.

En está cinta ya conocemos al creador en su madurez donde tiene un guión y psicología de los personajes impecables sin ningún rasguño en la operación de parir una película. Hable con ella merece la pena revisarla porque en ella el director ya es él con sus plenas facultades para llevar al espectador en un viaje por los delirios y los deseos ocultos del ser humano.

Y aquí termina este ejemplo de evolución almodovariana. Dentro del trabajo de este gran director español se pueden sacar varios ejemplos más que nos darían el mismo resultado, pero Pedro Almodóvar todavía está vivo y puede seguir evolucionando en temas y contenidos para sorprender a sus fans de todo el mundo.

JORGE GIRBAU BUSTOS.-

Pie de foto: Hable con ella, una de las piezas claves de Almodóvar.

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